CONTACTO

Torrelavega/Cantabria
parroquiabarriocovadonga@gmail.com

domingo, 4 de abril de 2021

sábado, 3 de abril de 2021

SÁBADO SANTO: Oración de la mañana



CAMINO DE VIDA Y ESPERANZA

Saludo:                 

Nuestro hermano Jesús ha muerto. Él se entregó y dio su vida por todos nosotros. 

En la oración de hoy reflexionaremos sobre el camino de vida y esperanza que Jesús, con su muerte, nos enseñó.





 





Interrogantes:          


  •           El COVID-29 nos ha robado nuestra libertad, nuestras relaciones sociales, nuestras rutinas... pero, ¿Qué nos ha aportado? ¿Qué hemos aprendido a valorar?

  •     ¿Por qué nos da miedo parar? ¿Nos da miedo parar a pensar en qué hemos invertido nuestro tiempo?

  •     ¿Éramos felices antes de la pandemia?

  •     Si nuestra vida acabara ahora ¿merecería la pena todo lo vivido?


Canto:                            Siempre en la vida



Peticiones libres:                     


Padre Nuestro                             rezado         

Padre nuestro que estás en el cielo, 

santificado sea tu Nombre;

venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad 
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy 
nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos 
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.


Oración final:                 

A ti, Señor, levanto mis ojos a ti que habitas en el cielo y entre los hijos de los hombres. Levanto mis ojos de donde viene mi esperanza. La esperanza me llega a borbotones de tu inmenso amor, de que no te olvidas nunca de mí.

Muchos hombres ponen su esperanza en que tengan suerte en el juego, en que todo les salga bien, en la solución de sus problemas.

Mi esperanza es pronunciar tu nombre. Mi alegría se llama conocerte, saber de tu bondad infinita, más allá de donde alcanza mi razón.

Tú eres una puerta abierta, una ventana llena de luz.

Cuando los hombres me miran, me preguntan por qué sigo creyendo, por qué tú sigues siendo mi esperanza, me digo:

Si te conocieran, Si supieran sólo un poco de ti,

Si ellos descubrieran lo que tú me has dado, estoy seguro de que no dirían lo que dicen; pues tú eres maravilloso, acoges mis pies cansados.

Por eso, por todo y por siempre, Tú, señor, eres mi esperanza.

Amén


viernes, 2 de abril de 2021

VIERNES SANTO : Oración de la mañana


 CAMINO DE ENTREGA


Saludo


Jesús fue ejemplo de servicio, ayudando a todas las personas por igual y con toda la humildad del mundo. 

Como vimos ayer, no tuvo ningún reparo en lavar los pies a sus discípulos como signo de servicio. 

Hoy dará un paso más, al entregarse en cuerpo y alma por nosotros. 

En esta oración de Viernes Santo, intentaremos reflexionar sobre lo importarte y difícil que entregarse por los demás, sin buscar el propio beneficio.





Salmo:  “Dicen que estoy amenazado de muerte”


Dicen que estoy "amenazado de muerte"
porque ando en malas compañías
y frecuento zonas conflictivas,
porque no llevo guardaespaldas
y aparezco en medio de las refriegas;
dicen que mis gestos son peligrosos,
que voy por mal camino, que exagero....
Tal vez.

 

Dicen que estoy "amenazado de muerte"
Porque soy un lázaro cualquiera,
porque mi piel es distinta,
porque soy extranjero, porque tengo una vida que no es vida,
porque otros tienen preferencia....
Tal vez.


Dicen que estoy "amenazado de muerte".
es una advertencia para intimidarme,
meterme miedo en el alma y en el cuerpo
y dejar que todo siga el curso
que beneficia a los de siempre.


Sea lo que fuere, estoy tranquilo
porque, si me matan, no me quitan la vida.
Me sembrarán contigo y ganaré
desbordando sueños.

Los cristianos no estamos amenazados de muerte.
Estamos amenazados de vida".
Porque Tú eres la vida,
aunque estés crucificado.

Ni yo ni nadie estamos amenazados de muerte.
¡Estamos amenazados de vida, de esperanza, de amor…!
Porque tu hora, Señor, ha llegado,
Y recorres nuestro mundo como un rio de agua viva

Porque tu hora, Señor, ha llegado,
Y recorres nuestro mundo como un rio de agua viva.


Vídeo:                         Entrega de sanitarios







Interrogantes:          


¿En qué medida valoramos el esfuerzo de los demás?


Si alguien no cumple las medidas sanitarias. ¿Le decimos algo?


Realmente cumplimos con las medidas sanitarias?

 Canto:      Tú siempre serás mi hermano





Peticiones libres:                     




Padrenuestro:                  





Oración final:                 




Señor, Dueño del tiempo y de la historia, como Tú
 yo quiero ser fuego que purifica,
luz que ilumina en medio de las tinieblas, 
palabra que consuela en medio del sufrimiento.

Tú eres un Dios glorioso, lleno de vida y de esperanzas. 
Viniste al mundo para donarte 
y realizar un sacrificio perfecto de amor universal
 y romper así todas nuestras ataduras.


Confío en este gran misterio de amor 
y por eso no dejo de creer en Ti 
y en todo lo bueno que me ofreces para lograr mis sueños.

En tu cruz consigo las fuerzas para 
renovar mi corazón y vivir con actitud 
optimista creyendo que todo lo puedo en tu amor. Amén.


Reflexión:                 




¿QUÉ HACE DIOS EN UNA CRUZ?

José Antonio Pagola


Según el relato evangélico, los que pasaban ante Jesús crucificado sobre la colina del Gólgota se burlaban de él y, riéndose de su impotencia, le decían: «Si eres Hijo de Dios, bájate de la cruz». Jesús no responde a la provocación. Su respuesta es un silencio cargado de misterio. Precisamente porque es Hijo de Dios permanecerá en la cruz hasta su muerte.

Las preguntas son inevitables: ¿Cómo es posible creer en un Dios crucificado por los hombres? ¿Nos damos cuenta de lo que estamos diciendo? ¿Qué hace Dios en una cruz? ¿Cómo puede subsistir una religión fundada en una concepción tan absurda de Dios?

Un «Dios crucificado» constituye una revolución y un escándalo que nos obliga a cuestionar todas las ideas que los humanos nos hacemos de un Dios al que supuestamente conocemos. El Crucificado no tiene el rostro ni los rasgos que las religiones atribuyen al Ser Supremo.

El «Dios crucificado» no es un ser omnipotente y majestuoso, inmutable y feliz, ajeno al sufrimiento de los humanos, sino un Dios impotente y humillado que sufre con nosotros el dolor, la angustia y hasta la misma muerte. Con la Cruz, o termina nuestra fe en Dios, o nos abrimos a una comprensión nueva y sorprendente de un Dios que, encarnado en nuestro sufrimiento, nos ama de manera increíble.

Ante el Crucificado empezamos a intuir que Dios, en su último misterio, es alguien que sufre con nosotros. Nuestra miseria le afecta. Nuestro sufrimiento le salpica. No existe un Dios cuya vida transcurre, por decirlo así, al margen de nuestras penas, lágrimas y desgracias. Él está en todos los Calvarios de nuestro mundo.

Este «Dios crucificado» no permite una fe frívola y egoísta en un Dios omnipotente al servicio de nuestros caprichos y pretensiones. Este Dios nos pone mirando hacia el sufrimiento, el abandono y el desamparo de tantas víctimas de la injusticia y de las desgracias. Con este Dios nos encontramos cuando nos acercamos al sufrimiento de cualquier crucificado.

Los cristianos seguimos dando toda clase de rodeos para no toparnos con el «Dios crucificado». Hemos aprendido, incluso, a levantar nuestra mirada hacia la Cruz del Señor, desviándola de los crucificados que están ante nuestros ojos. Sin embargo, la manera más auténtica de celebrar la Pasión del Señor es reavivar nuestra compasión. Sin esto, se diluye nuestra fe en el «Dios crucificado» y se abre la puerta a toda clase de manipulaciones. Que nuestro beso al Crucificado nos ponga siempre mirando hacia quienes, cerca o lejos de nosotros, viven sufriendo.



Despedida:                     


Después de haber visto el ejemplo de Jesús reflejado en quienes se han involucrado para combatir esta pandemia desinteresadamente y luchando por el bienestar común, nos despedimos de esta oración de la mañana de viernes.

 Deseamos que estos difíciles momentos sirvan para que nos entreguemos aún más, como él lo hizo, con todas las personas que lo necesitan. 

jueves, 1 de abril de 2021

JUEVES SANTO: Oración de la mañana

 


CAMINO DE SERVICIO









Saludo:


Buenos días, estamos reunidos en oración en este jueves santo comenzamos el triduo pascual acompañando a Jesús.

El Señor ora, no es como otras veces. El oraba por nosotros pero hoy es diferente, ahora ora por sí mismo.

Él es Dios igual a su Padre, y míralo aquí, olvidándose de su divinidad, rogando porque él es hombre.

 ¿Qué es lo que pide?

Clama al padre para que aleje la hora de su muerte.

Pero Jesús sabe que la voluntad del Padre es entregarlo para salvar al mundo.

¡Oh! Padre mío, yo te ruego que apartes de mí este cáliz... pero no se haga mi voluntad sino la tuya.

Acompañemos y sintamos como nuestra esta oración.



Salmo:



Cenar con los amigos,
abrirles el corazón sin miedo,
lavarles los pies con mimo y respeto,
hacerse pan tierno compartido y vino nuevo bebido.
 Embriagarse de Dios, e invitar a todos
a hacer lo mismo.

Visitar a los enfermos,
cuidar a ancianos y niños,
dar de comer a los hambrientos
y de beber a los sedientos;
acoger a emigrantes y perdidos,
e invitar a todos a hacer lo mismo.

Enseñar al que no sabe,
dar buen consejo al que lo necesita,
corregir al que se equivoca.
Consolar al triste,
tener paciencia con las flaquezas del prójimo.
Pedir a Dios por amigos y enemigos,
e invitar a todos a hacer lo mismo.

Trabajar por la justicia,
desvivirse en proyectos solidarios,
superar las limosnas.
Amar hasta el extremo,
e invitar a todos a hacer lo mismo.

Ofrecer un vaso de agua,
brindar una palabra de consuelo,
abrazar con todas nuestras fuerzas,
denunciar leyes injustas,
salir de mi casa y círculo.
Construir una ciudad para todos,
e invitar a todos a hacer lo mismo.

Un gesto solo, uno solo,
desborda tu amor,
que se nos ofrece como manantial de vida.
Si nos dejamos alcanzar y lavar,
todos quedamos limpios,
como niños recién bañados,
para descansar en su regazo,
¡Lávame, Señor! ¡Lávanos, Señor!



"Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro. Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera.
 Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo.
 Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.
Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora? Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.

Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad.
Vino otra vez y los halló durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño.
 Y dejándolos, se fue de nuevo, y oró por tercera vez, diciendo las mismas palabras.
Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente. Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen.
Entonces vino a sus discípulos y les dijo: Dormid ya, y descansad. He aquí ha llegado la hora, y el Hijo del Hombre es entregado en manos de pecadores. Levantaos, vamos; ved, se acerca el que me entrega."



¿Quién soy yo, ante mi Señor que sufre?

 

¿Soy de los que, invitados por Jesús, se duerme y en lugar de acompañar, se evade cerrando los ojos a la realidad?

 

¿Me identifico con aquellos que huyeron por temor, abandonando al Maestro en la hora más trágica de su vida terrenal?

 

¿QUÉ HACEMOS EN NUESTRA VIDA DIARIA?

¿Aparcamos a un lado a los hermanos que nos necesitan, por temor a tener que afrontar y ayudar a solucionar sus problemas?





Jesús estaba intranquilo una angustia le apretaba el corazón, presentía momentos duros, como hombre tenía miedo mucho miedo.

Pero confiaba tanto en el padre que le pedía compasión, piedad, no quería sufrir y al mismo tiempo se entregaba a la voluntad de Dios, confiaba y sabía que era necesario.

Nosotros en este año hemos pasado también por momentos angustiosos, hemos vivido con mucho miedo, no entendemos el por qué de esta situación, y también clamamos a Dios para que nos ayude para que nos quite ya, ésta losa.

Confiemos como Jesús, pidamos al padre que nos dé fuerza para seguir su camino, para acompañar a Cristo en este día tan decisivo.

El que quiera hacer el gesto que se levante y coja un pie como signo de que queremos acompañar a Jesús hacia la Pascua.


















Padre nuestro, Tú que estás
en los que aman la verdad
haz que el Reino que por Ti se dio
llegue pronto a nuestro corazón,
y el amor que tu Hijo nos dejó,
ese amor, esté ya con nosotros.

Y en el pan de la unidad
Cristo danos Tú la paz
y olvídate de nuestro mal
si olvidamos el de los demás.
No permitas que caigamos en tentación,
¡oh Señor!, y ten piedad del mundo.




Señor Jesús,
acompáñame en el nuevo camino
que voy a emprender contigo esta noche.


Quiero abrir los ojos del corazón
y buscar dentro de mi
la entrega y el amor que Tú has sembrado
y yo guardo escondido.

Quiero vivir con fuerza y desde dentro
quiero beber tu Cáliz
y subir contigo a la cruz
hacer mía tu palabra
y dar razón de tu esperanza
amar como tú me amas.

Señor acompáñame en el nuevo camino
que junto a Ti, vamos a emprender esta noche.