CONTACTO

Torrelavega/Cantabria
parroquiabarriocovadonga@gmail.com

jueves, 1 de abril de 2021

JUEVES SANTO: Oración de la mañana

 


CAMINO DE SERVICIO









Saludo:


Buenos días, estamos reunidos en oración en este jueves santo comenzamos el triduo pascual acompañando a Jesús.

El Señor ora, no es como otras veces. El oraba por nosotros pero hoy es diferente, ahora ora por sí mismo.

Él es Dios igual a su Padre, y míralo aquí, olvidándose de su divinidad, rogando porque él es hombre.

 ¿Qué es lo que pide?

Clama al padre para que aleje la hora de su muerte.

Pero Jesús sabe que la voluntad del Padre es entregarlo para salvar al mundo.

¡Oh! Padre mío, yo te ruego que apartes de mí este cáliz... pero no se haga mi voluntad sino la tuya.

Acompañemos y sintamos como nuestra esta oración.



Salmo:



Cenar con los amigos,
abrirles el corazón sin miedo,
lavarles los pies con mimo y respeto,
hacerse pan tierno compartido y vino nuevo bebido.
 Embriagarse de Dios, e invitar a todos
a hacer lo mismo.

Visitar a los enfermos,
cuidar a ancianos y niños,
dar de comer a los hambrientos
y de beber a los sedientos;
acoger a emigrantes y perdidos,
e invitar a todos a hacer lo mismo.

Enseñar al que no sabe,
dar buen consejo al que lo necesita,
corregir al que se equivoca.
Consolar al triste,
tener paciencia con las flaquezas del prójimo.
Pedir a Dios por amigos y enemigos,
e invitar a todos a hacer lo mismo.

Trabajar por la justicia,
desvivirse en proyectos solidarios,
superar las limosnas.
Amar hasta el extremo,
e invitar a todos a hacer lo mismo.

Ofrecer un vaso de agua,
brindar una palabra de consuelo,
abrazar con todas nuestras fuerzas,
denunciar leyes injustas,
salir de mi casa y círculo.
Construir una ciudad para todos,
e invitar a todos a hacer lo mismo.

Un gesto solo, uno solo,
desborda tu amor,
que se nos ofrece como manantial de vida.
Si nos dejamos alcanzar y lavar,
todos quedamos limpios,
como niños recién bañados,
para descansar en su regazo,
¡Lávame, Señor! ¡Lávanos, Señor!



"Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro. Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera.
 Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo.
 Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.
Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora? Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.

Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad.
Vino otra vez y los halló durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño.
 Y dejándolos, se fue de nuevo, y oró por tercera vez, diciendo las mismas palabras.
Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente. Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen.
Entonces vino a sus discípulos y les dijo: Dormid ya, y descansad. He aquí ha llegado la hora, y el Hijo del Hombre es entregado en manos de pecadores. Levantaos, vamos; ved, se acerca el que me entrega."



¿Quién soy yo, ante mi Señor que sufre?

 

¿Soy de los que, invitados por Jesús, se duerme y en lugar de acompañar, se evade cerrando los ojos a la realidad?

 

¿Me identifico con aquellos que huyeron por temor, abandonando al Maestro en la hora más trágica de su vida terrenal?

 

¿QUÉ HACEMOS EN NUESTRA VIDA DIARIA?

¿Aparcamos a un lado a los hermanos que nos necesitan, por temor a tener que afrontar y ayudar a solucionar sus problemas?





Jesús estaba intranquilo una angustia le apretaba el corazón, presentía momentos duros, como hombre tenía miedo mucho miedo.

Pero confiaba tanto en el padre que le pedía compasión, piedad, no quería sufrir y al mismo tiempo se entregaba a la voluntad de Dios, confiaba y sabía que era necesario.

Nosotros en este año hemos pasado también por momentos angustiosos, hemos vivido con mucho miedo, no entendemos el por qué de esta situación, y también clamamos a Dios para que nos ayude para que nos quite ya, ésta losa.

Confiemos como Jesús, pidamos al padre que nos dé fuerza para seguir su camino, para acompañar a Cristo en este día tan decisivo.

El que quiera hacer el gesto que se levante y coja un pie como signo de que queremos acompañar a Jesús hacia la Pascua.


















Padre nuestro, Tú que estás
en los que aman la verdad
haz que el Reino que por Ti se dio
llegue pronto a nuestro corazón,
y el amor que tu Hijo nos dejó,
ese amor, esté ya con nosotros.

Y en el pan de la unidad
Cristo danos Tú la paz
y olvídate de nuestro mal
si olvidamos el de los demás.
No permitas que caigamos en tentación,
¡oh Señor!, y ten piedad del mundo.




Señor Jesús,
acompáñame en el nuevo camino
que voy a emprender contigo esta noche.


Quiero abrir los ojos del corazón
y buscar dentro de mi
la entrega y el amor que Tú has sembrado
y yo guardo escondido.

Quiero vivir con fuerza y desde dentro
quiero beber tu Cáliz
y subir contigo a la cruz
hacer mía tu palabra
y dar razón de tu esperanza
amar como tú me amas.

Señor acompáñame en el nuevo camino
que junto a Ti, vamos a emprender esta noche.


No hay comentarios:

Publicar un comentario