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viernes, 6 de octubre de 2023

Acción de gracias por Fray José Antonio Rodríguez

 El día 30 de septiembre celebró la Comunidad de Nuestra Sra. de Covadonga una eucaristía de acción de gracias, presidida por FR. Fernando Serrano, por la vida y el ministerio de Fray José Antonio Rodríguez, fallecido en Oviedo hace unos días.



Introducción leída por Ramón Fernández:

"Buenas tardes hermanos y hermanas en la fe.

Hoy estamos aquí, en este templo, para dar gracias a Dios por la vida de un hermano, por la vida de José Antonio.

Seguro que la palabra hermano no os ha sonada extraña. Tal vez una de las palabras más utilizadas por él cuando quería definir la relación que tenía que haber entre nosotros. Su significado encierra una forma de entender las relaciones humanas, la necesidad de vivir en comunidad y su forma de evangelizar. Gracias a él con esta palabra aprendimos, entre otras muchas cosas, el valor de lo que supone mantener la comunión en la fe, la fe de los que siguen a Jesús de Nazaret. Es por ello, y por otras muchas razones, por lo que nos hemos sentido hermanos y te sentimos como un hermano.

Un hermano mayor con el que crecimos y que nos ayudó a ir construyendo una parte de nuestras vidas.

Hoy nos convocas para rezar y acudimos a la convocatoria, para hacer aquello que tantas veces y de tantas formas diferentes nos enseñaste. Contigo descubrimos que rezar era una forma de expresión capaz de unirnos, de acercarnos a los demás y de hacernos crecer en la fe.

Cada uno a su manera, cada cual, desde su sentimiento, desde su experiencia. Todos unidos en una misma fe vamos a dar gracias por tu presencia en nuestras vidas.

José Antonio, entre las personas que hoy rezamos contigo, en esta iglesia que tanta vida nos ha dado, seguro que hay vivencias, recuerdos, aprendizajes, experiencias que, de una u otra manera, han contribuido a formarnos como cristianos, o si no al menos, como personas. Agradecimiento eterno por todo lo que nos has dado y que no siempre te hemos sabido trasladar.

Ahora es tarde para hacerlo. Te fuiste sin decir adiós. Sin darnos oportunidad. Es el momento de sacar una enseñanza, que seguro compartes y no es otra que: “No dejes de decirle al que tienes al lado, cada día, lo mucho que le quieres o lo mucho que significa para ti. Mañana puede ser tarde, puede que se vaya sin dejarte tiempo a decirle lo importante que es”. Aprendamos de la experiencia, nos dirías.

Tu llegada a esta comunidad supuso un cambio importante, por muchos motivos. Entre otras muchas cosas, fuiste un descubrimiento para muchos jóvenes, y para otros que no lo eran tanto. Todos, unos y otros, fuimos afortunados al tener la oportunidad de afrontar, ayudados por ti, un periodo vital que no era fácil.

Eran momentos complicados en nuestra sociedad, en nuestro barrio y, sobre todo, en nuestras vidas. Y ahí pudimos contar con un hermano, entregado de manera entusiasta a su vocación, a su opción de vida y a dar a los jóvenes de este barrio una oportunidad.

Dinámico, alegre, incansable, innovador, un adelantado a su tiempo, atrevido, directo. Ese, eras tú, nuestro hermano.

Tú fuiste capaz de acogernos, de entender lo que necesitábamos, de ofrecernos alternativas, de apoyarnos, de enseñarnos el camino, de hacernos propuestas para crecer como personas, de ponernos a pensar en los demás, de entender la necesidad de trabajar para hacer un poco mejor nuestro entorno y nuestra sociedad, de que ser cristiano no solo era rezar, de invitarnos  a descubrir lo que significaba vivir en comunidad, de cómo ser parte de la iglesia de Jesús, del valor del respeto, de la importancia de la familia y su cuidado, de la responsabilidad, de la solidaridad, del trabajo en equipo, del cuidado de las cosas comunes, de la importancia de los valores, del esfuerzo… y podríamos seguir la lista con una interminable relación de acciones dirigidas a hacernos ser mejores personas y mejores cristianos y, de paso, a hacer un mundo un poco mejor.

La asociación juvenil, pionera en nuestra ciudad, grupos de confirmación, el grupo Scout, grupos de jóvenes, la vida en comunidad, la dinamización social orientada al bien común, campañas solidarias, tu labor pastoral y la de tus hermanos, gestiones aquí y allá, la búsqueda de recursos, una capacidad extraordinaria para organizar a las personas, un poder de convocatoria enorme, y podría seguir. Todo ello para hacer iglesia, para darnos la posibilidad de crecer en un ambiente cristiano.

Y aquí no podemos olvidar tus desvelos por ayudar a muchas de nuestras familias con consejos, orientaciones y puntos de vista en los que encontrar respuestas para solucionar algunos problemas con sus hijos. También ahí supiste hacer un trabajo extraordinario.

En nuestro recuerdo, también, como parte de los años compartidos contigo, aquellas iniciativas en las que se conseguía implicar a la mayor parte de las familias del barrio, fuesen o no parte de la iglesia: la campaña para la recogida de papel, la operación huevo, compartimos caminando, sin olvidar los proyectos para construir las salas de reuniones de la iglesia y su inseparable trabajo de recogida de vidrio para, en parte, financiarla. El ímpetu que ponías traspasaba los muros de esta iglesia y llegaba a todos los rincones del barrio. Un orgullo haber sido parte de aquella historia y de haberla compartido contigo.

Campamentos y actividades para los jóvenes, el día de convivencia parroquial, las fiestas del barrio, la hoguera de San Juan, etc. Ideas, ideas y más ideas que, unas veces tuyas, y otras veces de tus hermanos, poco a poco iban dándonos motivos para formar parte de esta comunidad, para crecer, para sentirnos iglesia.

Aprendimos a celebrar los acontecimientos más importantes de nuestra fe con una fuerza inusitada. Por poner un ejemplo, la Semana Santa al completo, vivida con ilusión, con esperanza y entendiendo cada una de las cosas que nos proponía. Todo gracias a esta comunidad que fue haciéndose mayor en torno a vosotros, a ti y a tus hermanos.

Hoy esas experiencias vividas podríamos pensar que son anécdotas del pasado, de un pasado lejano. Pero tenemos claro que todo ello supuso el cimiento de algo que floreció entonces y que perdura en el tiempo, gracias al trabajo de las personas que ayer hicieron, y hoy hacen posible esta comunidad parroquial.

Por todo ello, y por mucho más que esta guardado en los corazones de cada una de las personas que vivimos contigo estas experiencias, es por lo que nos juntamos a celebrar esta eucaristía, a rezar y a dar gracias por haber sido parte de tu vida y porque tú hayas sido parte de las nuestras.

Hermano, donde quiera que estés, reza por nosotros y por esta comunidad a la que tanto diste."

OFRENDAS

En el altar ponemos las ofrendas.

Seis elementos fundamentales en la vida de José Antonio.

Los vivió y compartió convencido de que el amor de Dios enriquece la vida de quien le descubre.

Él nos enamoró de Jesús de Nazaret y nos hizo participes de su mensaje.

 

LIBRO NUEVO TESTAMENTO

Te ofrecemos Señor el Libro del Nuevo Testamento, libro de vida personal y colectiva, fuente y alimento, manantial para la Evangelización.

POSTER SE BUSCA

Este poster fue clave para nuestra comunidad, con el empezó un tiempo ilusionante sobre todo para los jóvenes, queremos que esa ilusión siga presente.

PAÑOLETA SCOUTS

Señor también te presentamos una pañoleta del movimiento scouts,  no es una pañoleta cualquiera es la pañoleta que pertenecía a José Antonio, en ella se funden la historia y el futuro de nuestra comunidad, por medio de lo que representa seguiremos amando y cuidando tu creación.

LUZ

Te ofrecemos Señor la luz de Cristo tomada y compartida de generación en generación, para que siga latente en esta comunidad.

PAN Y VINO

Te ofrecemos Señor el Pan y el Vino, signo de entrega y comunión fraterna, que sea para nosotros Pan de vida y Vino de salvación.



Despedida la celebración por el grupo Scout:

Queridos amigos y amigas:


Esta no es una despedida triste hacia José Antonio, sino una celebración de su maravillosa contribución a nuestras vidas y al tejido de nuestra comunidad.


Como tantas veces hemos escuchado, José Antonio fue siempre un faro de luz en nuestros días más oscuros y un compañero en nuestras alegrías más grandes. Su dedicación apasionada hacia la comunidad, su amor inquebrantable y su sabiduría han tocado nuestras almas y nos han inspirado a querer continuar siempre formándonos y creciendo.

Mientras se embarca en una nueva etapa de su viaje, llevando su labor pastoral a nuevos horizontes, recordemos su legado y sigamos sus pasos de apoyo, servicio y compasión. 

Su influencia perdurará en nuestras vidas y en esta comunidad que tanto le recordará. Sus pasos imborrables servirán como guía para nuestros nuevos caminos.

Como dijo Baden-Powell (fundador del movimiento scout): "La felicidad no es el mero placer de tener una gran riqueza, sino el resultado de un trabajo activo."