El día 30 de septiembre celebró la Comunidad de Nuestra Sra. de Covadonga una eucaristía de acción de gracias, presidida por FR. Fernando Serrano, por la vida y el ministerio de Fray José Antonio Rodríguez, fallecido en Oviedo hace unos días.
Introducción leída por Ramón Fernández:
"Buenas tardes hermanos y hermanas en la fe.
Hoy estamos aquí, en
este templo, para dar gracias a Dios por la vida de un hermano, por la vida de
José Antonio.
Seguro que la palabra
hermano no os ha sonada extraña. Tal vez una de las palabras más utilizadas por
él cuando quería definir la relación que tenía que haber entre nosotros. Su
significado encierra una forma de entender las relaciones humanas, la necesidad
de vivir en comunidad y su forma de evangelizar. Gracias a él con esta palabra
aprendimos, entre otras muchas cosas, el valor de lo que supone mantener la
comunión en la fe, la fe de los que siguen a Jesús de Nazaret. Es por ello, y
por otras muchas razones, por lo que nos hemos sentido hermanos y te sentimos
como un hermano.
Un hermano mayor con el
que crecimos y que nos ayudó a ir construyendo una parte de nuestras vidas.
Hoy nos convocas para
rezar y acudimos a la convocatoria, para hacer aquello que tantas veces y de
tantas formas diferentes nos enseñaste. Contigo descubrimos que rezar era una
forma de expresión capaz de unirnos, de acercarnos a los demás y de hacernos
crecer en la fe.
Cada uno a su manera,
cada cual, desde su sentimiento, desde su experiencia. Todos unidos en una
misma fe vamos a dar gracias por tu presencia en nuestras vidas.
José Antonio, entre las
personas que hoy rezamos contigo, en esta iglesia que tanta vida nos ha dado,
seguro que hay vivencias, recuerdos, aprendizajes, experiencias que, de una u
otra manera, han contribuido a formarnos como cristianos, o si no al menos,
como personas. Agradecimiento eterno por todo lo que nos has dado y que no
siempre te hemos sabido trasladar.
Ahora es tarde para
hacerlo. Te fuiste sin decir adiós. Sin darnos oportunidad. Es el momento de
sacar una enseñanza, que seguro compartes y no es otra que: “No dejes de
decirle al que tienes al lado, cada día, lo mucho que le quieres o lo mucho que
significa para ti. Mañana puede ser tarde, puede que se vaya sin dejarte tiempo
a decirle lo importante que es”. Aprendamos de la experiencia, nos dirías.
Tu
llegada a esta comunidad supuso un cambio importante, por muchos motivos. Entre
otras muchas cosas, fuiste un descubrimiento para muchos jóvenes, y para otros
que no lo eran tanto. Todos, unos y otros, fuimos afortunados al tener la
oportunidad de afrontar, ayudados por ti, un periodo vital que no era fácil.
Eran momentos
complicados en nuestra sociedad, en nuestro barrio y, sobre todo, en nuestras
vidas. Y ahí pudimos contar con un hermano, entregado de manera entusiasta a su
vocación, a su opción de vida y a dar a los jóvenes de este barrio una
oportunidad.
Dinámico, alegre,
incansable, innovador, un adelantado a su tiempo, atrevido, directo. Ese, eras
tú, nuestro hermano.
Tú fuiste capaz de
acogernos, de entender lo que necesitábamos, de ofrecernos alternativas, de
apoyarnos, de enseñarnos el camino, de hacernos propuestas para crecer como
personas, de ponernos a pensar en los demás, de entender la necesidad de
trabajar para hacer un poco mejor nuestro entorno y nuestra sociedad, de que
ser cristiano no solo era rezar, de invitarnos
a descubrir lo que significaba vivir en comunidad, de cómo ser parte de
la iglesia de Jesús, del valor del respeto, de la importancia de la familia y
su cuidado, de la responsabilidad, de la solidaridad, del trabajo en equipo,
del cuidado de las cosas comunes, de la importancia de los valores, del
esfuerzo… y podríamos seguir la lista con una interminable relación de acciones
dirigidas a hacernos ser mejores personas y mejores cristianos y, de paso, a
hacer un mundo un poco mejor.
La asociación juvenil,
pionera en nuestra ciudad, grupos de confirmación, el grupo Scout, grupos de
jóvenes, la vida en comunidad, la dinamización social orientada al bien común,
campañas solidarias, tu labor pastoral y la de tus hermanos, gestiones aquí y
allá, la búsqueda de recursos, una capacidad extraordinaria para organizar a
las personas, un poder de convocatoria enorme, y podría seguir. Todo ello para
hacer iglesia, para darnos la posibilidad de crecer en un ambiente cristiano.
Y aquí no podemos
olvidar tus desvelos por ayudar a muchas de nuestras familias con consejos,
orientaciones y puntos de vista en los que encontrar respuestas para solucionar
algunos problemas con sus hijos. También ahí supiste hacer un trabajo
extraordinario.
En nuestro recuerdo,
también, como parte de los años compartidos contigo, aquellas iniciativas en
las que se conseguía implicar a la mayor parte de las familias del barrio,
fuesen o no parte de la iglesia: la campaña para la recogida de papel, la
operación huevo, compartimos caminando, sin olvidar los proyectos para
construir las salas de reuniones de la iglesia y su inseparable trabajo de
recogida de vidrio para, en parte, financiarla. El ímpetu que ponías traspasaba
los muros de esta iglesia y llegaba a todos los rincones del barrio. Un orgullo
haber sido parte de aquella historia y de haberla compartido contigo.
Campamentos y
actividades para los jóvenes, el día de convivencia parroquial, las fiestas del
barrio, la hoguera de San Juan, etc. Ideas, ideas y más ideas que, unas veces
tuyas, y otras veces de tus hermanos, poco a poco iban dándonos motivos para
formar parte de esta comunidad, para crecer, para sentirnos iglesia.
Aprendimos a celebrar
los acontecimientos más importantes de nuestra fe con una fuerza inusitada. Por
poner un ejemplo, la Semana Santa al completo, vivida con ilusión, con
esperanza y entendiendo cada una de las cosas que nos proponía. Todo gracias a
esta comunidad que fue haciéndose mayor en torno a vosotros, a ti y a tus
hermanos.
Hoy esas experiencias
vividas podríamos pensar que son anécdotas del pasado, de un pasado lejano.
Pero tenemos claro que todo ello supuso el cimiento de algo que floreció
entonces y que perdura en el tiempo, gracias al trabajo de las personas que
ayer hicieron, y hoy hacen posible esta comunidad parroquial.
Por todo ello, y por
mucho más que esta guardado en los corazones de cada una de las personas que
vivimos contigo estas experiencias, es por lo que nos juntamos a celebrar esta
eucaristía, a rezar y a dar gracias por haber sido parte de tu vida y porque tú
hayas sido parte de las nuestras.
Hermano, donde quiera
que estés, reza por nosotros y por esta comunidad a la que tanto diste."
OFRENDAS
En el altar
ponemos las ofrendas.
Seis
elementos fundamentales en la vida de José Antonio.
Los vivió y
compartió convencido de que el amor de Dios enriquece la vida de quien le
descubre.
Él nos
enamoró de Jesús de Nazaret y nos hizo participes de su mensaje.
LIBRO
NUEVO TESTAMENTO
Te ofrecemos
Señor el Libro del Nuevo Testamento, libro de vida personal y colectiva, fuente
y alimento, manantial para la Evangelización.
POSTER
SE BUSCA
Este poster
fue clave para nuestra comunidad, con el empezó un tiempo ilusionante sobre
todo para los jóvenes, queremos que esa ilusión siga presente.
PAÑOLETA
SCOUTS
Señor
también te presentamos una pañoleta del movimiento scouts, no es una pañoleta cualquiera es la pañoleta
que pertenecía a José Antonio, en ella se funden la historia y el futuro de
nuestra comunidad, por medio de lo que representa seguiremos amando y cuidando
tu creación.
LUZ
Te ofrecemos
Señor la luz de Cristo tomada y compartida de generación en generación, para
que siga latente en esta comunidad.
PAN Y
VINO
Te ofrecemos
Señor el Pan y el Vino, signo de entrega y comunión fraterna, que sea para
nosotros Pan de vida y Vino de salvación.
Despedida la celebración por el grupo Scout:
Queridos amigos y amigas:
Esta no es una despedida triste hacia José Antonio, sino una celebración de su maravillosa contribución a nuestras vidas y al tejido de nuestra comunidad.
Como tantas veces hemos escuchado, José Antonio fue siempre un faro de luz en nuestros días más oscuros y un compañero en nuestras alegrías más grandes. Su dedicación apasionada hacia la comunidad, su amor inquebrantable y su sabiduría han tocado nuestras almas y nos han inspirado a querer continuar siempre formándonos y creciendo.
Mientras se embarca en una nueva etapa de su viaje, llevando su labor pastoral a nuevos horizontes, recordemos su legado y sigamos sus pasos de apoyo, servicio y compasión.
Su influencia perdurará en nuestras vidas y en esta comunidad que tanto le recordará. Sus pasos imborrables servirán como guía para nuestros nuevos caminos.
Como dijo Baden-Powell (fundador del movimiento scout): "La felicidad no es el mero placer de tener una gran riqueza, sino el resultado de un trabajo activo."
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