Tiempo ordinario
viernes de la duodécima semana
Oración del atardecer
Vísperas
(Se hace la señal de la cruz mientras se
dice:)
V/. -Dios mío, ven en mi auxilio.
R/. -Señor, date
prisa en socorrerme.
Gloria al Padre y
al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el
principio, ahora y siempre,
por los siglos de
los siglos. Amén. Aleluya
Himno: Te damos gracias, Señor,
Te
damos gracias, Señor,
Te
damos gracias, Señor,
1. Te
damos gracias, Señor,
porque
has depuesto la ira
y
has detenido ante el pueblo
la
mano que lo castiga.
2. Tú
eres el Dios que nos salva,
la
luz que nos ilumina,
la
mano que nos sostiene
y
el techo que nos cobija.
3. Y
sacaremos con gozo
del
manantial de la Vida
las
aguas que dan al hombre
la
fuerza que resucita.
4. Entonces
proclamaremos:
«¡Cantadle
con alegría!
¡El
nombre de Dios es grande;
su
caridad, infinita!
5. ¡Que
alabe al Señor la tierra!
Contadle
sus maravillas.
¡Qué
grande, en medio del pueblo,
el
Dios que nos justifica!»
Salmodia
Salmo 144 - A Himno a la
grandeza de Dios.
Ant.: Día tras día te bendeciré, Señor, y narraré tus maravillas.
Te ensalzaré, Dios mío, mi rey;
bendeciré tu nombre por
siempre jamás.
Día tras
día, te bendeciré
y alabaré tu nombre por
siempre jamás.
Grande es
el Señor, merece toda alabanza,
es incalculable su
grandeza;
una generación pondera
tus obras a la otra,
y le cuenta tus
hazañas.
Alaban
ellos la gloria de tu majestad,
y yo repito tus
maravillas;
encarecen ellos tus
temibles proezas,
y yo narro tus grandes
acciones;
difunden la memoria de
tu inmensa bondad,
y aclaman tus
victorias.
El Señor
es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y
rico en piedad;
el Señor es bueno con
todos,
es cariñoso con todas
sus criaturas.
Que todas
tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus
fieles;
que proclamen la gloria
de tu reinado,
que hablen de tus
hazañas;
explicando
tus hazañas a los hombres,
la gloria y majestad de
tu reinado.
Tu reinado es un
reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad
en edad..
Gloria al Padre y al Hijo y al
Espíritu Santo
como era en el
principio, ahora y siempre,
por los siglos de los
siglos. Amén.
Ant.: Día tras día te bendeciré, Señor, y narraré tus maravillas.
Salmo
144 - B
Ant.: Los ojos de todos te están aguardando, Señor; tú estás
cerca de los que te invocan.
El Señor
es fiel a sus palabras,
bondadoso en todas sus
acciones.
El Señor sostiene a los
que van a caer,
endereza a los que ya
se doblan.
Los ojos
de todos te están aguardando,
tú les das la comida a
su tiempo;
abres tú la mano,
y sacias de favores a
todo viviente.
El Señor
es justo en todos sus caminos,
es bondadoso en todas
sus acciones;
cerca está el Señor de
los que lo invocan,
de los que lo invocan
sinceramente.
Satisface
los deseos de sus fieles,
escucha sus gritos, y
los salva.
El Señor guarda a los
que lo aman,
pero destruye a los
malvados.
Pronuncie
mi boca la alabanza del Señor,
todo viviente bendiga
su santo nombre
por siempre jamás.
Gloria al Padre y al Hijo y al
Espíritu Santo
como era en el
principio, ahora y siempre,
por los siglos de los
siglos. Amén.
Ant.: Los ojos de todos te están aguardando, Señor; tú estás
cerca de los que te invocan.
Cántico:
Ap 15, 3-4 Himno de adoración
Ant.: Justos y verdaderos son tus
caminos, ¡oh Rey de los siglos¡
Grandes y
maravillosas son tus obras,
Señor, Dios
omnipotente,
justos y verdaderos tus
caminos,
¡oh Rey de los siglos!
¿Quién no temerá, Señor,
y glorificará tu
nombre?
Porque tú solo eres
santo,
porque vendrán todas
las acciones
y se postrarán en tu
acatamiento,
porque tus juicios se
hicieron manifiestos.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el
principio, ahora y siempre,
por los siglos de los
siglos. Amén.
Ant.: Justos y verdaderos son tus
caminos, ¡oh Rey de los siglos¡
LECTURAS
Primera
lectura Carta del
apóstol Judas 17, 20b - 25.
Dios puede preservaros de tropiezos
y presentaros ante su gloria sin mancha
Queridos hermanos, acordaos de lo
que predijeron los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo.
Idos asentando sobre el cimiento de
vuestra santa fe, orad movidos por el Espíritu Santo y manteneos así en el amor
de Dios, aguardando a que la misericordia de nuestro Señor Jesucristo os dé la
vida eterna.
¿Titubean algunos? Tened compasión
de ellos; a unos, salvadlos, arrancándolos del fuego; a otros, mostradles
compasión, pero con cautela, aborreciendo hasta el vestido que esté manchado
por la carne.
Al único Dios, nuestro salvador, que
puede preservaros de tropiezos y presentaros ante su gloria exultantes y sin
mancha, gloria y majestad, dominio y poderío, por Jesucristo, nuestro Señor,
desde siempre y ahora y por todos los siglos. Amén.
Canto Cristo fue
sincero
Cristo fue sincero. Cristo fue leal.
Supo ser valiente. Dijo la verdad.
1. Ay de vosotros, hipócritas
que vivis en la mentira;
todas las obras que hacéis
son engaño y falsedad;
que compráis y manejáis la verdad.
2. Ay de vosotros, hipócritas,
que os fijáis en pequeneces
pero olvidáis lo importante:
la justicia y la honradez.
Os calláis sin Proclamar la verdad,
3. Ay de vosotros, hipócritas,
que adornáis vuestros vestidos
pero por dentro estáis llenos
de basura y suciedad.
Renovad vuestro interior de verdad.
4. Ay de vosotros, hipócritas
que vivis de privilegios;
pisoteáis al hermano
Para escalar un puesto
y nunca le defendéis de verdad.
5. Ay de vosotros, hipócritas
que jugáis con cartas falsas
y saludáis con sonrisas
de dudosa diplomacia
pero nunca en vuestros labios hay
verdad
Evangelio Marcos 11,
27 – 33.
¿Con qué autoridad haces esto?.
En aquel tiempo, Jesús
y los discípulos volvieron a Jerusalén y, mientras paseaba por el templo, se le
acercaron los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos y le preguntaron:
- “¿Con qué autoridad
haces esto? ¿Quién te ha dado semejante autoridad?”.
Jesús les respondió:
- “Os voy a hacer una
pregunta y, si me contestáis, os diré con qué autoridad hago esto: El bautismo
de Juan ¿era cosa de Dios o de los hombres? Contestadme”.
Se pusieron a
deliberar:
- “Si decimos que es de
Dios, dirá: "¿Y por qué no le habéis creído?". Pero como digamos que
es de los hombres...”.
(Temían a la gente,
porque todo el mundo estaba convencido de que Juan era un profeta.)
Y respondieron a Jesús:
- “No sabemos”.
Jesús les replicó:
- “Pues tampoco yo os
digo con qué autoridad hago esto”.
Reflexión:
Jesús había expulsado del templo a los vendedores y
cambistas. Por eso, los sumos sacerdotes, los letrados y los senadores le
preguntan: ¿Con qué autoridad haces esto? Jesús percibe la mala intención con
que le hace la pregunta y decide hacerles una contrapregunta , de cuya
respuesta dependerá la suya: El bautismo de Juan, ¿era cosa de Dios o de los
hombres? Para no comprometerse con Jesús ni con la gente, responden que no
saben. Entonces también él se guarda su respuesta.
Ésta es la primera de las controversias que narra que narra
Marcos que preceden a la Pasión de Jesús. Se v acentuando la ruptura ente Jesús
y los jefes de la religión oficial que le llevará a su proceso condenatorio.
Jesús amaba el diálogo, pero también la sinceridad. Y cuando
su interlocutor procede con doblez, él se niega a entrar en ese juego. No
estaba en duda la autoridad de Jesús; a la gente le encantaban las enseñanzas
que salían de su boca, tanto por su contenido como por la manera de
expresarlas: “hablaba con autoridad, no como los letrados”: Él era la Palabra
de Dios en voz humana, palabra a la que hemos remitirnos siempre.
Si Jesús trata de trasmitir la Buena Noticia de manera
inequívoca, clara y alegre, sus detractores lo hacen con doblez, con tono
triste y sembrando confusión.
Este intento de Jesús, de no querer entrar en una discusión
embrollada e inútil, ¿no debería de animarnos a nosotros a evitar a toda costa
cuestiones estériles y hasta, en muchas ocasiones, fuentes de desencuentros y
enfados, y mostrar nuestros puntos de vista con claridad, sencillez y sinceridad?
(Guardamos unos minutos de silencio y
reflexionamos sobre lo leido)
Responsorio breve:
Ant.: La palabra de
Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza,
dando
gracias a Dios Padre por medio de Cristo.
Gloria
al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
La palabra de Cristo habite entre vosotros en toda
su riqueza.
Magníficat. Magnificat
Anima Mea Dominum (Taizé)
Ant.:
Acuérdate de tu misericordia, Señor.
† (Con el video de fondo, hacemos la señal de la cruz y
recitamos el canto de María)
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre y al
Hijo y al Espíritu Santo
como era en el
principio, ahora y siempre,
por los siglos de los
siglos. Amén.
Ant.:
Acuérdate de tu misericordia, Señor.
Preces
Invoquemos a Cristo, en
quien confían los que conocen su nombre, diciendo:
- Señor, ten piedad
Señor Jesucristo,
consuelo de los humildes,
- dígnate sostener
con tu gracia nuestra fragilidad, siempre inclinada al pecado.
Que los que por nuestra
debilidad estamos inclinados al mal
- por tu
misericordia obtengamos el perdón.
Señor, a quien ofende
el pecado y aplaca la penitencia,
- aparta de nosotros
el azote de tu ira, merecido por nuestros pecados.
Tú que perdonaste a la
mujer arrepentida y cargaste sobre los hombros la oveja descarriada,
- no apartes de nosotros
tu misericordia.
Tú que por nosotros
aceptaste el suplicio de la cruz,
- abre las puertas del cielo
a todos los difuntos que en ti confiaron.
Canto Coplas del payador perseguido (Jorge Cafrune)
La
canción es muy larga. Quien quiera la letra, se la puedo proporcionar
Final
Dios
misericordioso y eterno, que quisiste que tu Hijo sufriese por la salvación de
todos, haz que, inflamados en tu amor, sepamos ofrecernos a ti como hostia
viva. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
Canto a María. Madre del silencio (Coro Sentimento)
1. Si el frío me atrapa, si algo me
asusta,
Si en la oscuridad, si en esta vida
injusta
No tengo el valor de avanzar sin
temor,
si al vacío me empujan.
Como un niño a tientas busco una
salida,
Me envuelve el dolor, y me siento
perdida,
En la inmensidad mi madre celestial,
viene y calma mi herida.
Me tomas en brazos, si caigo
rendida,
Si cierro los ojos tú acudes aprisa,
Ya no tengo miedo,
te noto enseguida por mi
sueño velar.
2. Y así pasan los días, sintiendo tu
aliento
Entre calma y tormento, indefensa
ante el viento,
Invocando tu amor, al cielo, en tu
honor,
te espero en silencio.
Me tomas en brazos, si caigo
rendida,...
3. Sosiego y ternura, Virgen del
consuelo,
Protégeme, Madre, Madre del
silencio,
Perdona mi culpa si en algo te
ofendo,
te quiero alabar.
Me acojo a tu amparo, dirijo mi
ofrenda,
Gloriosa y bendita, te ruego
clemencia,
Viendo tus ojos, que son fortaleza,
me llenas de paz.
A ti, reina del cielo, también de la
tierra,
Las gracias te doy por tu dulce
inocencia,
Por haber mantenido a través de los
tiempos
tu eterna bondad.
Buscando en la noche tu brillante
luna
Que alumbra el sendero y a vivir me
ayuda
Encuentro tu mano y ya no me suelto,
Ya te siento cerca de mi corazón…
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