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miércoles, 24 de junio de 2020

Natividad de San Juan Bautista: Oración del atardecer





Natividad de 
San Juan Bautista
Solemnidad

(Se hace la señal de la cruz y se dice:)
- Dios mío, ven en mi auxilio.
- Señor, date prisa en socorrerme.
- Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en un principio ahora y siempre. Por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.



Himno:   Llamado a San Juan Bautista (Aquiles Báez Trío y Betzayda Machado)

1.                          A darte los años vengo, San Juan.
A darte los años vengo, a darte los años vengo.
He venido sin poder.
He venido sin poder ay he venido sin poder,
hoy por ser día de tu santo;
que no vengo a dar saber, San Juan.

El veinticuatro de junio a San Juan rinden honores
con bandera de colores y un replicar de tambores. (bis)

A la eh y a la oh, a la eh, la eh, la eh, la he y la oh. (bis)
   
¿Dónde estás San Juan Bautista donde estás que no te veo que vine a cantar con él y me voy con los deseos (bis)

A la eh y a la oh, a la eh, la eh, la eh, la he y la oh. (bis)
¡¡San Juan!!

Salmodia:
                               Salmo 14                           ¿ Quién es justo ante el Señor?

Ant.: Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan.

Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda
y habitar en tu monte santo?

El que procede honradamente
y practica la justicia,
el que tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua,

el que no hace mal a su prójimo
ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor,

el que no retracta lo que juró
aun en daño propio,
el que no presta dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.
El que así obra nunca fallará.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant.: Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan.

                        Salmo 111                                                 Felicidad del justo.
Ant.: Éste vino para dar testimonio de la verdad.

Dichoso quien teme al Señor
y ama de corazón sus mandatos.
Su linaje será poderoso en la tierra,
la descendencia del justo será bendita.

En su casa habrá riquezas y abundancia,
su caridad es constante, sin falta.
En las tinieblas brilla como una luz
el que es justo, clemente y compasivo.

Dichoso el que se apiada y presta,
y administra rectamente sus asuntos.
El justo jamás vacilará,
su recuerdo será perpetuo.

No temerá las malas noticias,
su corazón está firme en el Señor.
Su corazón está seguro, sin temor,
hasta que vea derrotados a sus enemigos.

Reparte limosna a los pobres;
su caridad es constante, sin falta,
y alzará la frente con dignidad.

El malvado, al verlo, se irritará,
rechinará los dientes hasta consumirse.
La ambición del malvado fracasará.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant.: Éste vino para dar testimonio de la verdad.

                        Cántico: Apocalipsis 15, 3-4:                Himno de adoración
Ant.: Juan era la lámpara que ardía y brillaba.
Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos,
¡oh Rey de los siglos!

¿Quién no temerá, Señor,
y glorificará tu nombre?
Porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiestos.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant.: Juan era la lámpara que ardía y brillaba.

Lecturas                                          Tu Palabra me da vida


Tu Palabra me da vida, confío en Ti, Señor.
Tu Palabra es eterna, en ella esperaré.

Dichoso el que con vida intachable,
camina en la ley del Señor.
Dichoso el que guardando sus preceptos,
lo busca de todo corazón.

Postrada en el polvo está mi alma,
devuélvame la vida tu Palabra;
mi alma está llena de tristezas,
consuélame, Señor, con tus promesas.



Primera lectura             Libro de Isaías               49, 1 - 6.
Te hago luz de las naciones.

Escuchadme, islas; atended, pueblos lejanos: Estaba yo en el vientre, y el Señor me llamó; en las entrañas maternas, y pronunció mi nombre. Hizo de mi boca una espada afilada, me escondió en la sombra de su mano; me hizo flecha bruñida, me guardó en su aljaba y me dijo:
- “Tú eres mi siervo, de quien estoy orgulloso”.
Mientras yo pensaba:
- “En vano me he cansado, en viento y en nada he gastado mis fuerzas”, en realidad mi derecho lo llevaba el Señor, mi salario lo tenía mi Dios. Y ahora habla el Señor, que desde el vientre me formó siervo suyo, para que le trajese a Jacob, para que le reuniese a Israel —tanto me honró el Señor, y mi Dios fue mi fuerza —:
- “Es poco que seas mi siervo y restablezcas las tribus de Jacob y conviertas a los supervivientes de Israel; te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra”.
Canto:                                                       Juan el bautista (Francisco Ruiz).
Salmo 33(32),4-5.18-19.20.22.
Porque la palabra del Señor es recta
y él obra siempre con lealtad;
él ama la justicia y el derecho,
y la tierra está llena de su amor.

Los ojos del Señor están fijos sobre sus fieles,
sobre los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y sustentarlos en el tiempo de indigencia.

Nuestra alma espera en el Señor;
él es nuestra ayuda y nuestro escudo.
Señor, que tu amor descienda sobre nosotros,
conforme a la esperanza que tenemos en ti.
Salmo 33(32),4-5.18-19.20.22.
Porque la palabra del Señor es recta
y él obra siempre con lealtad;
él ama la justicia y el derecho,
y la tierra está llena de su amor.

Los ojos del Señor están fijos sobre sus fieles,
sobre los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y sustentarlos en el tiempo de indigencia.

Nuestra alma espera en el Señor;
él es nuestra ayuda y nuestro escudo.
Señor, que tu amor descienda sobre nosotros,
conforme a la esperanza que tenemos en ti.


A la orilla de un rio un hombre predicaba
y hablaba de otro hombre que estaba por llegar
era Juan el bautista era voz que  gritaba
que llegaba la hora de la verdad.

Hubo un hombre enviado
por Dios era su nombre Juan,
él no era la luz pero vino a preparar
los caminos que conducen a Jesús

A todo el que quería conocer los caminos
que Dios recorre a diario, hablando al corazón:
el bautista le hablaba de amor y de justicia,
porque estaba a las puertas el Salvador. 

Pero el hombre que hablaba de amor y de justicia,
fue un día encarcelado por capricho  de un rey.
Su cabeza cortaron su voz siguió gritando
los abusos de un hombre en el poder.

 Evangelio                                Lucas 1, 57 – 80
El nacimiento de Juan Bautista. Juan es su nombre.

A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la felicitaban.
A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como a su padre. La madre intervino diciendo:
- “¡No! Se va a llamar Juan”.
Le replicaron:
- “Ninguno de tus parientes se llama así”.
Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: “Juan es su nombre”. Todos se quedaron maravillados.
Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios.
Cantico de Zacarias

Bendito sea el Señor, El Santo de Israel,
Ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo,
por boca de sus santos profetas.
Su salvación nos libra de los enemigos
y de la mano de los que nos odian;
ha realizado así la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con justicia y santidad,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
y el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.


Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo:
- “¿Qué va a ser este niño?”.
Porque la mano del Señor estaba con él.
El niño iba creciendo, y su carácter se afianzaba; vivió en el desierto hasta que se presentó a Israel..
Reflexión:                                        Juan es su nombre
Desconcierto generalizado ante aquel cambio de nombre. Típico: cuando Dios tiene reservada una misión para alguien, lo primero que hace es cambiarle el nombre. Es una forma de expresar la novedad, porque cada nombre tiene un significado que va más allá de lo puramente familiar.
Por eso, antaño, los religiosos y religiosas, se cambiaban de nombre al iniciar una nueva etapa en su vida. Los papas siguen haciéndolo. Por tanto, no es de extrañar la extrañeza del vecindario cuando Zacarías dijo: Juan es su nombre. Se rompía la tradición familiar. Comenzaba una etapa nueva. Aquel niño, ¿qué iba a ser? ¿qué significado tenía ese giro nominal? Habría de pasar tiempo para saberlo.  Juan se convertiría en el eslabón unitivo de esa larga cadena entre lo antiguo y lo nuevo. Lucas es listo e intuitivo en ver más allá de la inmediatez. A él le han contado algo y hace una narración desde la pedagogía divina; lo que los exégetas llaman “hacer una lectura teológica de la realidad”. Lucas la hace en todo su evangelio.
Después vendría el “Benedictus”, todo un resumen de la historia de la salvación en forma de cántico laudatorio.
Es bueno saber qué significa el nombre bautismal que eligieron nuestros padres; y de él, ver si nuestra vida se corresponde con ese significado y comprender mejor nuestra misión en el mundo.
Aunque, la verdad, a veces hay nombres que no suenan muy bien que digamos… Se tratará entonces de que sepamos darle vida y contenido con nuestra personalidad y con nuestros actos… Si lo hacemos bien, pronto veremos que nos “hemos singularizado” más allá del nombre recibido… Claro que no todo podemos someterlo al significado de nuestro nombre, pero sí podemos darle “un estilo nuevo”.
Responsorio Breve

Ant.: Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos.
Tras de mí viene un hombre que existía antes que yo.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos.

A tu puerta hemos llegado, Juan          Soledad Bravo


Preces
Invoquemos con alegría a Dios, que eligió a Juan Bautista para anunciar a los hombres la venida del reino de Cristo, y digámosle:
-    Guía, Señor, nuestros pasos por el camino de la paz
Tú que llamaste a Juan desde el vientre de su madre para preparar los caminos de tu Hijo,
-    ayúdanos a ir tras el Señor con la misma fidelidad con que Juan fue delante suyo.
Así como concediste al Bautista poder reconocer al Cordero de Dios, 
-    haz que tu Iglesia lo señale y que los hombres de nuestra época lo reconozcan.
Tú que dispusiste que tu profeta menguara y que Cristo creciera,
-    enséñanos a ceder ante los otros para que tú te manifiestes.
Tú que, con el martirio de Juan, quisiste reivindicar la justicia,
-    haz que demos, sin cansarnos, testimonio de tu verdad.
Acuérdate de los que han salido ya de este mundo,
-    dales entrada en el lugar de la luz y de la paz.

Himno a San Juan Bautista 

San Juan era un gran profeta, consagrado antes de nacer,
con el alma pura y limpia, transparente como el cristal,
llamado fue para llevar, la más grande de las misiones,
fue nombrado precursor, en la viña del Señor.

Pregonero, voz que clamó en el desierto,
llevaba en su pregón el más grande,
mensaje de salvación.
Pregonero, voz que clamó en el desierto,
llevaba en su pregón el más grande,
mensaje de salvación,
así era Juan, el profeta de Dios.

Se entregó por mucho tiempo, a una vida de oración,
para darse por completo y ser fuerte en su misión,
fue probado en el desierto, como el oro en el crisol,
como el trigo en el molino, como la uva en el lagar.

Enseñaba y bautizaba, proclamaba la llamada de Dios,
iba abriendo los caminos donde pasara el Señor.
Muchos pueblos conquistó, fue maestro y fue pastor,
fue quien bautizó a Jesús, fue testigo de la luz.

Final
Oh Dios, que suscitaste a san Juan Bautista para que preparase a Cristo, el Señor, un pueblo bien dispuesto, concede a tu familia el don de la alegría espiritual y dirige la voluntad de tus hijos por el camino de la salvación y de la paz. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
Canto a María  

Canto a María – (Franklin Barrera) 
  
De este nuevo amanecer,
Tú fuiste crepúsculo, mujer.
Tu sí fue la respuesta
con que el hombre Dios
Pudo nacer...

En su candoroso andar,
las heridas Cristo no sufrió.
Tus brazos fueron
cuna de sonrisa
Y algodón...

Madre del mundo, virgen paciente,
tímido umbral que le abres paso al cielo.
Dicen que hoy muere en la cruz
Tu hijo Jesús...

Desde un niño hasta los treinta
Como una hoja junto a ti, rama vital.
Pero este crudo otoño
los hubo, de separar...

Pero llegará pronto el día,
en que lo vuelvas a er María
En gloria del Reino,
Celestial...

Madre del mundo, virgen paciente
Tímido umbral que le abres paso al cielo
Dicen que hoy muere en la cruz
Tu hijo semilla de luz

De este triste atardecer,
tú fuiste crepúsculo...
Mujer...













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