Tiempo ordinario
Lunes de la duodécima semana
Oración del atardecer
Vísperas
(Se hace la señal de la cruz mientras se
dice:)
V/. -Dios mío, ven en mi auxilio.
R/. -Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre y al Hijo y al
Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y
siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya
Himno: Pobrecito mi patrón (Facundo
Cabral)
El diablo
fue al mar a escribir la historia del mundo
pero no
había agua
Dios, se la
había bebido
Juan Comodoro
buscando agua, encontró petróleo
pero se
murió de sed
Yo no sé
quién va más lejos
la montaña o
el cangrejo
pobrecito mi
patrón
piensa que
el pobre soy yo.
Quién sabe
si el apoyarse
es mejor que
el deslizarse
Pobrecito mi
patrón
piensa que
el pobre soy yo
Más que el
oro, es la pobreza
lo más caro
en la existencia
pobrecito mi
patrón
piensa que
el pobre soy yo.
Dominar es
su manera
y así nadie
se libera
pobrecito mi
patrón
piensa que
el pobre soy yo.
Solamente lo
barato
se compra
con el dinero
pobrecito mi
patrón
piensa que
el pobre soy yo.
Qué me
importa ganar diez
si sé contar
hasta seis
pobrecito mi
patrón
piensa que
el pobre soy yo.
Salmodia
Salmo
135 - A Himno pascual.
Ant.: Dad gracias al Señor, porque es eterna su
misericordia. Aleluya.
Dad gracias al Señor
porque es bueno:
porque es eterna su
misericordia.
Dad gracias al Dios de
los dioses:
porque es eterna su
misericordia.
Dad gracias al Señor de
los señores:
porque es eterna su
misericordia.
Sólo él hizo grandes
maravillas:
porque es eterna su
misericordia.
Él hizo sabiamente los
cielos:
porque es eterna su
misericordia.
Él afianzó sobre las
aguas la tierra:
porque es eterna su
misericordia.
Él hizo lumbreras
gigantes:
porque es eterna su
misericordia.
El sol que gobierna el día:
porque es eterna su
misericordia.
La luna que gobierna la
noche:
porque es eterna su
misericordia.
Gloria al Padre y al
Hijo y al Espíritu Santo
como era en el
principio, ahora y siempre,
por los siglos de los
siglos. Amén.
Ant.: Dad gracias al Señor, porque es eterna su
misericordia. Aleluya.
Salmo
135 – B
Ant.: Grandes y maravillosas son tus
obras, Señor, Dios omnipotente
Él hirió a Egipto en
sus primogénitos:
porque es eterna su
misericordia.
Y sacó a Israel de
aquel país:
porque es eterna su
misericordia.
Con mano poderosa, con
brazo extendido:
porque es eterna su
misericordia.
Él dividió en dos
partes el mar Rojo:
porque es eterna su
misericordia.
Y condujo por en medio
a Israel:
porque es eterna su
misericordia.
Arrojó en el mar Rojo
al faraón:
porque es eterna su
misericordia.
Guió por el desierto a
su pueblo:
porque es eterna su
misericordia.
Él hirió a reyes
famosos:
porque es eterna su
misericordia.
Dio muerte a reyes
poderosos:
porque es eterna su
misericordia.
A Sijón, rey de los
amorreos:
porque es eterna su
misericordia.
Y a Hog, rey de Basán:
porque es eterna su
misericordia.
Les dio su tierra en heredad:
porque es eterna su
misericordia.
En heredad a Israel su siervo:
porque es eterna su
misericordia.
En nuestra humillación, se acordó de nosotros:
porque es eterna su
misericordia.
Y nos libró de nuestros
opresores:
porque es eterna su
misericordia.
Él da alimento a todo
viviente:
porque es eterna su
misericordia.
Dad gracias al Dios del
cielo:
porque es eterna su
misericordia.
Gloria al Padre y al
Hijo y al Espíritu Santo
como era en el
principio, ahora y siempre,
por los siglos de los
siglos. Amén.
Ant.: Grandes y maravillosas son tus
obras, Señor, Dios omnipotente
Cántico: Efesios 1, 3-10 El Dios Salvador
Ant.: Cuando llegó el momento culminante, Dios recapituló
todas las cosas en Cristo.
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor
Jesucristo,
que nos ha bendecido en
la persona de Cristo
con toda clase de
bienes espirituales y celestiales.
Él nos eligió en la persona de
Cristo,
antes de crear el
mundo,
para que fuésemos
santos
e irreprochables ante
Él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de
Cristo,
por pura iniciativa
suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de
su gracia,
que tan generosamente
nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza
suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la
redención,
el perdón de los
pecados.
El tesoro de su gracia,
sabiduría y prudencia
ha sido un derroche
para con nosotros,
dándonos a conocer el
misterio de su voluntad.
Este es el plan
que había proyectado
realizar por Cristo
cuando llegase el
momento culminante:
recapitular en Cristo
todas las cosas
del cielo y de la
tierra.
Gloria al Padre y al Hijo y al
Espíritu Santo
como era en el
principio, ahora y siempre,
por los siglos de los
siglos. Amén.
Ant.: Cuando llegó el momento culminante, Dios recapituló
todas las cosas en Cristo.
Lecturas
Primera lectura Segundo libro de los Reyes 17, 5 – 8. 13 – 15a. 18.
El Señor arrojó de su presencia a
Israel, y sólo quedó la tribu de Judá.
En aquellos días, Salmanasar, rey de
Asiria, invadió el país y asedió a Samaria durante tres años.
El año noveno de Oseas, el rey de
Asiria conquistó Samaria, deportó a los israelitas a Asiria y los instaló en
Jalaj, junto al Jabor, río de Gozán, y en las poblaciones de Media.
Eso sucedió porque, sirviendo a
otros dioses, los israelitas habían pecado contra el Señor, su Dios, que los
había sacado de Egipto, del poder del Faraón, rey de Egipto; procedieron según
las costumbres de las naciones que el Señor había expulsado ante ellos y que
introdujeron los reyes nombrados por ellos mismos.
El Señor había advertido a Israel y
Judá por medio de los profetas y videntes:
—«Volveos de vuestro mal camino,
guardad mis mandatos y preceptos, siguiendo la ley que di a vuestros padres,
que les comuniqué por medio de mis siervos, los profetas».
Pero no hicieron caso, sino que se
pusieron tercos, como sus padres, que no confiaron en el Señor, su Dios.
Rechazaron sus mandatos y el pacto
que había hecho el Señor con sus padres, y las advertencias que les hizo.
El Señor se irritó tanto contra
Israel que los arrojó de su presencia.
Sólo quedó la tribu de Judá.
Canto No juzgues (Hermana Glenda)
Nosotros miramos las
apariencias
Pero dios ve el corazon
Y tu que sabes, que sabes
de mi silencio
Dime que sabes, que sabes
de mis secretos
Que descubres de mi mirada
Que intuyes de mis palabras
Dime que sabes, y tu que
sabes
Que conoces de mi alegria
Dime que sabes
Que sabes de mi melancolia
Que conoces de mi poesia
Que intuyes de mi melodia
Tu no sabes nada, no sabes
nada
No sabes nada
Entonces por qué me juzgas
Si no sabes nada, no sabes
nada
Entonces por qué me juzgas
Si no sabes nada
Y yo que sé, que se yo de
tu silencio
Yo no se nada, no sé nada
de tus secretos
No se nada de tu poesia
Que se yo de tu melancolia
Yo tampoco se nada
Yo no se nada
Yo tampoco se nada
Entonces por que te juzgo
Si yo no se nada
No sabemos nada
Entonces por que nos
juzgamos
Si no sabemos nada
No sabemos nada
Entonces por que nos
juzgamos
Si no sabemos nada
No sabemos nada
Entonces por que nos
juzgamos
Si no sabemos nada
Evangelio Mateo
7, 1 - 5
Sácate primero la viga del ojo.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus
discípulos:
- “No juzguéis y no os juzgarán;
porque os van a juzgar como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán
con vosotros.
¿Por qué te fijas en la mota que
tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo?
¿Cómo puedes decirle a tu hermano:
"Déjame que te saque la mota del ojo", teniendo una viga en el tuyo?
Hipócrita; sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás sacar
la mota del ojo de tu hermano”.
Reflexión:
(Piensa en los textos en español de la canción)
Responsorio Breve
Ant.: Suba mi oración hasta ti, Señor.
Como incienso en tu presencia.
Gloria al Padre y al Hijo y al
Espíritu Santo
Suba mi oración hasta ti, Señor.
No juzguéis (Grupo ULTREYA)
Cómo te
atreves a ver
la paja
en el ojo ajeno
y no
miras en los tuyos,
corazón
de mis entrañas,
que
tienes un gran madero.
Por qué
publica tu boca
las
faltas de tus hermanos
si tu
corazón se quiebra
cuando
intentan tus dos manos
tirar la
primera piedra.
No
juzguéis para no ser juzgados,
no
juzguéis, por Dios os lo pido,
que con
la misma medida
con que
midáis seréis medidos.
Hipócrita
sin entrañas
de tu
hermano nunca digas
y en vez
de mirar la paja
mírate
tus propios ojos
y quita
de ellos la viga.
Pon amor
en tus palabras,
pon
dulzura en tu mirada,
y jamás
tu boca abras
que no se
mueva tu lengua
para
hablar sin respetar.
No
juzguéis para no ser juzgados,
no
juzguéis, por Dios os lo pido,
que con
la misma medida
con que
midáis seréis medidos.
Preces
Llenos de confianza en
Jesús, que no abandona nunca a los que se acogen a él, invoquémoslo, diciendo:
- Escúchanos, Dios nuestro
Señor Jesucristo, tú
que eres nuestra luz, ilumina a tu Iglesia,
- para que predique a los paganos el gran misterio que
veneramos, manifestado en la carne.
Guarda a los sacerdotes
y ministros de la Iglesia,
- y haz que, después de predicar a los otros, sean hallados
fieles, ellos también, en tu servicio.
Tú que, por tu sangre,
diste la paz al mundo,
- aparta de nosotros el pecado de discordia y el azote de la
guerra.
Ayuda, Señor, a los que
uniste con la gracia del matrimonio,
- para que su unión sea efectivamente signo del misterio de
la Iglesia.
Concede, por tu
misericordia, a todos los difuntos el perdón de sus faltas,
- para que sean contados entre tus santos.
Sólo el Amor - Silvio
Rodriguez
Debes amar
la arcilla que va en tus manos
Debes amar su arena hasta la locura
Y si no, no la emprendas que será en vano
Sólo el amor alumbra lo que perdura
Sólo el amor convierte en milagro el barro
Sólo el amor alumbra lo que perdura
Sólo el amor convierte en milagro el barro
Debes amar su arena hasta la locura
Y si no, no la emprendas que será en vano
Sólo el amor alumbra lo que perdura
Sólo el amor convierte en milagro el barro
Sólo el amor alumbra lo que perdura
Sólo el amor convierte en milagro el barro
Debes amar
el tiempo de los intentos
Debes amar
la hora que nunca brilla
Y si no, no pretendas tocar lo cierto
Sólo el amor engendra la maravilla
Sólo el amor consigue encender lo muerto
Sólo el amor engendra la maravilla
Sólo el amor consigue encender lo muerto
Y si no, no pretendas tocar lo cierto
Sólo el amor engendra la maravilla
Sólo el amor consigue encender lo muerto
Sólo el amor engendra la maravilla
Sólo el amor consigue encender lo muerto
Final
Quédate
con nosotros, Señor Jesús, porque atardece; sé nuestro compañero de camino,
levanta nuestros corazones, reanima nuestra débil esperanza; así, nosotros,
junto con nuestros hermanos, podremos reconocerte en las Escrituras y en la
fracción del pan. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu
Santo y eres Dios por los siglos de los siglos. Amén.
Canto a María
Salve
Dominicana en Español
No hay comentarios:
Publicar un comentario