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miércoles, 10 de junio de 2020

Tiempo ordinario: Miércoles



Miércoles de la 10ª semana
Tiempo Ordinario



(Se hace la señal de la cruz y se dice:)
- Dios mío, ven en mi auxilio.
- Señor, date prisa en socorrerme.
- Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en un principio ahora y siempre. Por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.



Himno:    Porque  los pobres no tienen (Quilapayún 1974)



1.                         Porque los pobres no tienen
adonde volver la vista,
la vuelven hacia los cielos
con la esperanza infinita
De encontrar lo que su hermano
en este mundo le quita

¡Palomita! ¡Qué cosas tiene la vida Ay zambita!

2.                         Porque los pobres no tienen
adonde volver la voz,
la vuelven hacia los cielos,
buscando una confesión,
ya que su hermano no escucha
la voz de su corazón.

3.                         Porque los pobres no tienen
en este mundo esperanzas;
se amparan en la otra vida
como a una justa balanza.
Por eso las procesiones,
las velas, las alabanzas.

4.                         De tiempos inmemoriales
que se ha inventado el infierno
para asustar a los pobres
con sus castigos eternos.
Y el pobre, que es inocente,
con su inocencia, creyendo

5.                         El cielo tiene las riendas,
la tierra y el capital;
y a los soldados del Papa,
les llena bien el morral;
y al que trabaja le meten
la gloria como un bozal

6.                         Para seguir la mentira
lo llama su confesor;
le dice que Dios no quiere
ninguna revolución,
ni pliegos, ni sindicatos;
que ofende su corazón.

Salmodia:
                               Salmo 61          La paz en Dios.

Ant.: Aguardamos la alegre esperanza, la aparición gloriosa de nuestro Salvador.

Sólo en Dios descansa mi alma,
porque de él viene mi salvación;
sólo él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré.

¿Hasta cuándo arremeteréis contra un hombre
todos juntos, para derribarlo
como a una pared que cede
o a una tapia ruinosa?

Sólo piensan en derribarme de mi altura,
y se complacen en la mentira:
con la boca bendicen,
con el corazón maldicen.

Descansa sólo en Dios, alma mía,
porque él es mi esperanza;
sólo él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré.

De Dios viene mi salvación y mi gloria,
él es mi roca firme,
Dios es mi refugio.

Pueblo suyo, confiad en él,
desahogad ante él vuestro corazón,
que Dios es nuestro refugio.

Los hombres no son más que un soplo,
los nobles son apariencia:
todos juntos en la balanza subirían
mas leves que un soplo.

No confiéis en la opresión,
no pongáis ilusiones en el robo;
y aunque crezcan vuestras riquezas,
no les deis el corazón.

Dios ha dicho una cosa,
y dos cosas que he escuchado:

"Que Dios tiene el poder
y el Señor tiene la gracia;
que tú pagas a cada uno
según sus obras.".

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant.: Aguardamos la alegre esperanza, la aparición gloriosa de nuestro Salvador.

                        Salmo 66             Que todos los pueblos alaben al Señor.

Ant.: Que Dios ilumine su rostro sobre nosotros y nos bendiga.

El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.

Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.

Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra.

Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.

La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe..

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant.: Que Dios ilumine su rostro sobre nosotros y nos bendiga.

            Cántico: Colosenses 1,12-20:   Himno a Cristo, primogénito
de toda criatura y primer resucitado de entre los muertos
Ant.: Por medio de Él fueron creadas todas las cosas, y todo se mantiene en Él.
Damos gracias a Dios Padre,
que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz.

Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.

Él es imagen de Dios invisible,
primogénito de toda criatura;
porque por medio de Él
fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e invisibles,
Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado por Él y para Él.

Él es anterior a todo, y todo se mantiene en Él.
Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.

Porque en Él quiso Dios que residiera toda la plenitud.
Y por Él quiso reconciliar consigo todos los seres:
los del cielo y los de la tierra,
haciendo la paz por la sangre de su cruz.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant.: Por medio de Él fueron creadas todas las cosas, y todo se mantiene en Él.

Lecturas                         Que tu palabra nos cambie el corazón


Que tu palabra nos cambie el corazón.
Que tu palabra nos cambie el corazón.
Transforma en nieve el carbón de nuestro gris corazón
Que tu palabra nos cambien el corazón
Primera lectura             Segundo libro de los Reyes          2, 1.6 - 14.
Los separó un carro de fuego, y Elías subió al cielo.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
- “Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; os aseguro que ya han recibido su paga.
Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará.
Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Os aseguro que ya han recibido su paga.
Tú, cuando vayas a rezar, entra en tu aposento, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará.
Cuando ayunéis, no andéis cabizbajos, como los hipócritas que desfiguran su cara para hacer ver a la gente que ayunan. Os aseguro que ya han recibido su paga.
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará”.

Canto: Salmo 102         Vengan a mí (Hermana Glenda).


Vengan a mí los cautivos
Vengan a mí los que heridos están
Que yo los liberare, que yo los aliviare con mi Amor…
Vengan a mí los enfermos
Vengan a mí los que heridos están
Que yo los levantare,
Que yo los sanare, con mi Amor...
Vengan a mí los cansados
Vengan a mí los sedientos
Vengan a mí con sus pecados
Que los sanare, los liberare, los salvare con mi Amor….
Vengan a mí, soy su Dios...
 Evangelio                 Mateo 11, 25-30.Has escondido estas cosas a los sabios y las has revelado a la gente sencilla.

En aquel tiempo, exclamó Jesús:
- “Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera”.

Reflexión:
Jesús no tuvo problemas con la gente sencilla. El pueblo sintonizaba fácilmente con él. Aquellas gentes humildes que vivían trabajando sus tierras para sacar adelante una familia, acogían con gozo su mensaje de un Dios Padre, preocupado de todos sus hijos, sobre todo, de los más olvidados.
Los más desvalidos  buscaban su bendición: junto a Jesús  sentían a Dios más cercano. Muchos enfermos, contagiados por su fe en un Dios bueno, volvían a confiar en el Padre del cielo. Las mujeres intuían que Dios tiene que amar a sus hijos e hijas como decía Jesús, con entrañas de madre.
El pueblo sentía que Jesús, con su forma de hablar de Dios, con su manera de ser y con su modo de reaccionar ante los más pobres y necesitados, le estaba anunciando al Dios que ellos necesitaban. En Jesús experimentaban la cercanía salvadora de Padre.
La actitud de los “entendidos” era diferente. Lo que al pueblo sencillo le llena de alegría a ellos les indigna. Los  maestros de la ley no pueden entender que Jesús se preocupe tanto del sufrimiento y tan poco del cumplimiento del sábado. Los dirigentes religiosos de Jerusalén lo miran con recelo: el Dios Padre del que habla Jesús no es una Buena Noticia, sino un peligro para su religión.
Para Jesús, esta reacción tan diferente ante su mensaje no es algo casual. Al Padre le parece lo mejor. Por eso le da gracias delante de todos: «Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y las has dado a conocer a los sencillos. Sí, Padre, así te ha parecido mejor».
También hoy el pueblo sencillo capta mejor que nadie el Evangelio. No tienen problemas para sintonizar con Jesús. A ellos se les revela el Padre mejor que a los “entendidos” en religión. Cuando oyen hablar de Jesús, confían en él de manera casi espontánea.
Hoy, prácticamente, todo lo importante se piensa y se decide en la Iglesia, sin el pueblo sencillo y lejos de él. Sin embargo, difícilmente, se podrá hacer nada nuevo y bueno para el cristianismo del futuro sin contar con él. Es el pueblo sencillo el que nos arrastrará hacia una Iglesia más evangélica, no los teólogos ni los dirigentes religiosos.
Hemos de redescubrir el potencial evangélico que se encierra en el pueblo creyente. Muchos cristianos sencillos intuyen, desean y piden vivir su adhesión a Cristo de manera más evangélica, dentro de una Iglesia renovada por el Espíritu de Jesús. Nos están reclamando más evangelio y menos doctrina. Nos están pidiendo lo esencial, no frivolidades.
Responsorio Breve
Ant.: Guárdanos, Señor, como a las niñas de tus ojos.
A la sombra de tus alas escóndenos.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
          Guárdanos, Señor, como a las niñas de tus ojos..
Magníficat.                                                                  Magnificat - Mina

Ant:  Haz, Señor, proezas con tu brazo: dispersa a los soberbios y enaltece a los humildes..
(se hace la señal de la cruz mientras se comienza a cantar en latín) (traducción) 



                   Magnificat anima mea     Glorifica mi alma al Señor,
    Magnificat Dominum et exultavit     Glorifica al Señor y se alegra
                      spiritus meus in Deo     mi espíritu en Dios
                                  salutari meo.    mi salvación
                   Magnificat, Magnificat.    Glorifica, Glorifica.
             Quia respexit humilitatem     porque ha mirado la humildad
                                ancillae suae:     de su esclava:
                          ecce enim ex hoc     He aquí que, por eso,
                        beateam me dicent     me dirán dichosa
                     omnes generationes,    todas las generaciones
                                                   (música) ......................................................
                  Magnificat, anima mea     Glorifica mi alma
   Magnificat, Dominum et exultavit    Glorifica al Señor y se alegra
                      spiritus meus in Deo     mi espíritu en Dios
                                  salutari meo.    mi salvación.
                   Magnificat, Magnificat.    Glorifica, Glorifica.
                 Quia fecit mihi magnam     Porque hizo en mi cosas grandes
                                qui potens est,    El que todo lo puede
                et sanctum nomen eius.     Y santo es su nombre
                   Magnificat, Magnificat,    Glorifica, Glorifica.
                     Dominum et exultavit    al Señor y se alegra
                      spiritus meus in Deo     mi espíritu en Dios mi salvación
                         Glorifica, Glorifica.     Magnificat, Magnificat.

Ant:  Santa Catalina, siempre y en todas partes, buscaba, encontraba, y estaba unida a Dios por medio de un afecto amoroso nunca interrumpido. Aleluya.

Preces
Aclamemos, hermanos, a Dios, nuestro salvador, que se complace en enriquecernos con sus dones, y digámosle con fe:
-    Multiplica la gracia y la paz, Señor
Dios eterno, mil años en tu presencia son como un ayer que pasó;
-    ayúdanos a recordar siempre que nuestra vida es como hierba que florece por la mañana, y por la tarde se seca.
Alimenta a tu pueblo con el maná, para que no perezca de hambre,
-    y dale el agua viva, para que nunca más tenga sed.
Que tus fieles busquen los bienes de arriba y aspiren a ellos,
-    y te glorifiquen también con su trabajo y su descanso.
Concede, Señor, buen tiempo a las cosechas,
-   para que la tierra dé fruto abundante.
Líbranos, Señor, de todo peligro,
-    y bendice nuestros hogares.
Que los difuntos puedan contemplar tu faz,
-    y que nosotros tengamos un día parte en su felicidad.
Confiemos nuestras súplicas a Dios, nuestro Padre, terminando esta oración con las palabras que el Señor nos enseñó:

A modo de Padrenuestro
Elegia a Ramón Sijé - (Miguel Hernández / Joan Manuel Serrat)


"En Orihuela, su pueblo y el mío se me ha muerto como del rayo Ramón Sijé, a quien tanto quería.

Yo quiero ser llorando en hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma tan temprano.
Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumentos,
a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler, me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión mas grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.
Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.

Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes,
sedientas de catástrofes y hambrienta.

Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.

Volverás a mi huerto y a mi higuera
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera
de angelicales ceras y labores.

Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.

Alegrarás la sombra de mis cejas
y tu sangre se irá a cada lado
disputando tu novia y las abejas.

tu corazón sea terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.

A las aladas almas de las rosas
de almendro de nata te requiero
que tenemos que hablar de muchas cosas
compañero del alma, compañero"

Final
Señor Dios nuestro, hemos escuchado la palabra de tu Hijo. Ya que él no tenía miedo de comprometerse en favor de gente voluble, te pedimos que liberes nuestra fe de toda superficialidad y rutina y que nos ayudes a comprometernos con los demás sin miedos y sin condiciones. Porque tú nos has amado primero en Cristo Jesús nuestro Señor. Amén.
Canto a María  
Hoy he vuelto Madre– (Coro Angelus) 


Cuántas veces siendo niño te recé
Con mis besos, te decía que te amaba
Poco a poco, con el tiempo, alejándome de Ti
Por caminos que se alejan, me perdí
Por caminos que se alejan, me perdí

Y hoy he vuelto, madre, a recordar
Cuántas cosas dije ante tu altar
Y al rezarte puedo comprender
Que una madre no se cansa de esperar
Que una madre no se cansa de esperar

Al regreso, me encendías una luz
Sonriendo desde lejos, me esperabas
En la mesa, la comida aún caliente y el mantel
Y tu abrazo es mi alegría de volver
Y tu abrazo es mi alegría de volver

Aunque el hijo se alejara del hogar
Una madre siempre espera su regreso
El regalo más hermoso que a los hijos da el Señor
Es su madre y el milagro de su amor
Es su madre y el milagro de su amor




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