Quinta Semana de Pascua
Martes
(Se hace la señal de la cruz y se dice:)
- Dios mío, ven
en mi auxilio.
- Señor, date
prisa en socorrerme.
- Gloria al
Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya Himno: Gratitud 1. Dios no sé cómo explicar
esto
que siento dentro de mi corazón
No
encuentro palabras que puedan expresar
o
describir mi gratitud por ti (bis)
Te doy gracias, Señor,
gracias por la vida y
el amor.
Gracias por brindarme
libertad.
Te doy gracias, mil
gracias, Señor
2.
Aunque
no merezco tu favor,
tú
me amaste sin ninguna condición.
No
entiendo qué viste en mí
para
sufrir hasta morir en esa cruz por mi
3.
Sin
embargo veo en mi alma.
Me
pregunto la razón
que
te hizo pensar en mí
para
sufrir tanto dolor
por
tu amor, por darme salvación
Te
doy gracias, mil gracias Señor..
Salmo
19: Oración por la victoria del rey.
Salmo 19:
Ant:. Aleluya.
Ant:. Aleluya.
Ant.: Ahora se estableció el reinado de nuestro Dios, y la
potestad de su Cristo. Aleluya.
Que te escuche el Señor el día del
peligro,
que te sostenga el nombre del Dios
de Jacob;
que te envíe auxilio desde el
santuario,
que te apoye desde el monte Sión.
Que se acuerde de todas tus
ofrendas,
que le agraden tus sacrificios;
que cumpla el deseo de tu corazón,
que dé éxito a todos tus planes.
Que podamos celebrar tu victoria
y en el nombre de nuestro Dios alzar
estandartes;
que el Señor te conceda todo lo que
pides.
Ahora reconozco que el Señor
da la victoria a su Ungido,
que lo ha escuchado desde su santo
cielo,
con los prodigios de su mano
victoriosa.
Unos confían en sus carros,
otros en su caballería;
nosotros invocamos el nombre
del Señor, Dios nuestro.
Ellos cayeron derribados,
nosotros nos mantenemos en pie.
Señor, da la victoria al rey
y escúchanos cuando te invocamos.
Gloria al Padre y al Hijo y al
Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y
siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.: Ahora se estableció el reinado de nuestro Dios, y la
potestad de su Cristo. Aleluya.
Salmo
20,2 – 8. 14: Acción de gracias por la victoria del rey
Ant.: Has asumido, Señor, el poder y comenzaste a
reinar. Aleluya.
Señor, el rey se alegra por tu
fuerza,
¡y cuánto goza con tu victoria!
Le has concedido el deseo de su
corazón,
no le has negado lo que pedían sus
labios.
Te adelantaste a bendecirlo con el
éxito,
y has puesto en su cabeza una corona
de oro fino.
Te pidió vida, y se la has
concedido,
años que se prolongan sin término.
Tu victoria ha engrandecido su fama,
lo has vestido de honor y majestad.
Le concedes bendiciones incesantes,
lo colmas de gozo en tu presencia;
porque el rey confía en el Señor,
y con la gracia del Altísimo no
fracasará.
Levántate, Señor, con tu fuerza,
y al son de instrumentos cantaremos
tu poder.
Gloria al Padre y al Hijo y al
Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y
siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.: Ahora se estableció el reinado de nuestro Dios, y la
potestad de su Cristo. Aleluya.
Cántico: Apocalipsis
4, 5 – 12: Himno de
los redimidos.
Ant.: Que te sirva toda la creación, porque tú lo mandaste y
existió. Aleluya.
Eres digno, Señor, Dios nuestro,
de recibir la gloria, el honor y el
poder,
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no
existía fue creado.
Eres digno de tomar el libro y abrir
sus sellos,
porque fuiste degollado
y con tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo
y nación;
y has hecho de ellos para nuestro
Dios
un reino de sacerdotes,
y reinan sobre la tierra.
Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza, la
sabiduría,
la fuerza, el honor, la gloria y la
alabanza.
Gloria al Padre y al Hijo y al
Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y
siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.: Que te sirva toda la creación, porque tú lo mandaste y
existió. Aleluya.
Lecturas
Primera
lectura: Hechos de
los Apóstoles 14, 19 - 28.
Contaron a la Iglesia lo que Dios
había hecho por medio de ellos.
En aquellos días,
llegaron unos judíos de Antioquía y de Iconio y se ganaron a la gente;
apedrearon a Pablo y lo arrastraron fuera de la ciudad, dejándolo por muerto.
Entonces lo rodearon los discípulos; él se levantó y volvió a la ciudad.
Al día siguiente, salió
con Bernabé para Derbe; después de predicar el Evangelio en aquella ciudad y de
ganar bastantes discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía,
animando a los discípulos y exhortándolos a perseverar en la fe, diciéndoles
que hay que pasar mucho para entrar en el reino de Dios.
En cada Iglesia
designaban presbíteros, oraban, ayunaban y los encomendaban al Señor, en quien
habían creído. Atravesaron Pisidia y llegaron a Panfilia. Predicaron en Perge,
bajaron a Atalía y allí se embarcaron para Antioquía, de donde los habían
enviado, con la gracia de Dios, a la misión que acababan de cumplir. Al llegar,
reunieron a la Iglesia, les contaron lo que Dios había hecho por medio de ellos
y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe. Se quedaron allí
bastante tiempo con los discípulos.
Canto:
Que Canten
Los Niños, Juana, Canción Infantil
Que canten los niños, que alcen la voz
que hagan al mundo escuchar
que unan sus voces y lleguen al sol
en ellos está la verdad
Que canten los niños que viven en paz
y aquellos que sufren dolor
que canten por esos que no cantarán
porque han apagado su voz
1.
Yo
canto para que me dejen vivir
yo canto
para que sonría mamá
yo canto
por que sea el cielo azul
y yo para
que no me ensucien el mar
yo canto
para los que no tienen pan
yo canto
para que respeten la flor
yo canto
por que el mundo sea feliz
yo canto
para no escuchar el cañón
2.
yo
canto por que sea verde el jardín
y yo para
que no me apaguen el sol
yo canto
por el que no sabe escribir
y yo por el
que escribe versos de amor
yo canto
para que se escuche mi voz
y yo para
ver si les hago pensar
yo canto
porque quiero un mundo feliz
y yo por si
alguien me quiere escuchar
Mi paz os doy
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus
discípulos:
- “La paz os dejo, mi paz os doy; no
os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se
acobarde. Me habéis oído decir: ‘Me voy y vuelvo a vuestro lado’. Si me
amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os
lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis
creyendo.
Ya no hablaré mucho con vosotros,
pues se acerca el Príncipe del mundo; no es que él tenga poder sobre mí, pero
es necesario que el mundo comprenda que yo amo al Padre, y que lo que el Padre
me manda yo lo hago”.
Reflexión: La paz os dejo, mi paz os doy.
Son muchos los conflictos que sacuden hoy nuestra sociedad.
Además de las tensiones y enfrentamientos que se producen entre las personas y
en el seno de las familias, graves conflictos de orden social, político y
económico impiden entre nosotros la convivencia pacífica.
Para resolver los conflictos, los hombres han de hacer
siempre individual y colectivamente una opción: o escogemos la vía del diálogo
y del mutuo entendimiento, o seguimos los caminos de la violencia y del
enfrentamiento destructor. Por eso, muchas veces, lo más grave no es la
existencia misma de los conflictos, sino que una sociedad termine creyendo que
los conflictos sólo se pueden resolver por medio de la violencia o la
imposición de la fuerza.
Frente a esta “cultura de la violencia” que tanto se ha
cultivado entre nosotros, necesitamos promover hoy una “cultura de la paz”. La
fe en la violencia ha de ser sustituida por la fe en la eficacia de los caminos
no violentos.
Hemos de aprender a resolver nuestros problemas por vías
dignas del ser humano. No estamos hechos para vivir permanentemente en el
enfrentamiento violento. Antes que cualquier otra cosa, somos hombres y estamos
llamados a entendernos buscando honestamente soluciones justas para todos.
Esta “cultura de la paz” exige buscar la eliminación de las
injusticias sin introducir otras nuevas y sin alimentar y ahondar más las
divisiones. Sólo los que se resisten a los medios injustos y combaten todo
atentado contra la persona pueden ser constructores de paz.
Una “cultura de paz” exige además crear un clima de diálogo
social promoviendo actitudes de respeto y escucha mutuos. Una sociedad avanza
hacia la paz renunciando a los dogmatismos, buscando el acercamiento de
posturas y esclareciendo en el diálogo las razones enfrentadas.
La “cultura de paz” se enraíza siempre en la verdad.
Deformarla o manipularla al servicio de intereses partidistas o de estrategias
oscuras no conduce a la verdadera paz. La mentira y el engaño al pueblo
engendran siempre violencia.
La “cultura de paz” sólo se asienta en una sociedad cuando
las gentes están dispuestas al perdón sincero, rechazando sentimientos de
venganza y revancha. El perdón libera de la violencia del pasado y genera
nuevas energías para construir el futuro entre todos.
En medio de esta sociedad, los cristianos hemos de escuchar
de manera nueva las palabras de Jesús, «la paz os dejo, mi paz os doy», y hemos
de preguntarnos qué hemos hecho de esa paz que el mundo no puede dar pero
necesita conocer.
(Guardamos unos minutos de
silencio y reflexionamos sobre lo leído)
Responsorio breve:
Ant.: La paz os dejo, mi paz os doy, dice
el Señor. Aleluya, aleluya.
no os la doy yo como la da el mundo.
Aleluya, aleluya.
Gloria
al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
La paz os dejo, mi paz os doy, dice
el Señor. Aleluya, aleluya.
Magníficat.
Mi alma canta
(Magníficat)
Ant.: Sí me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre.
Aleluya
1. Mi alma canta,
canta la grandeza del Señor
y mi espíritu
se estremece de gozo en Dios,
mi Salvador.
Mi alma canta,
canta la grandeza del Señor
y mi espíritu
se estremece de gozo en Dios,
mi Salvador.
2. Porque miró con bondad
la pequeñez de su servidora,
Porque miró con bondad
la pequeñez de su servidora,
en adelante todas la gentes
me llamaran feliz,
me llamaran feliz,
me llamaran feliz!
3. Derribó del trono a los poderosos
y elevó a los humildes,
colmó de bienes a los hambrientos
y despidió a los ricos con las manos
vacías.
Mi alma canta,
canta la grandeza del Señor
y mi espíritu
se estremece de gozo en Dios,
mi Salvador.
Ant.: Sí me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre.
Aleluya
Preces
Aclamemos alegres a
Cristo, que después de ser sepultado en el seno de la tierra resucitó
gloriosamente a una vida nueva, y digámosle confiados:
- Rey de la gloria,
escúchanos
Te rogamos, Señor, por
los obispos, los presbíteros y los diáconos: que sirvan con celo a tu pueblo
- y lo conduzcan
por el camino del bien
Te rogamos, Señor, por
los que sirven a la Iglesia con el estudio de tu palabra:
- que escudriñen
tu doctrina con pureza de corazón y deseo de adoctrinar a tu pueblo
Te rogamos, Señor, por
todos los fieles de la Iglesia: que combatan bien el combate de la fe,
- y, habiendo
corrido hasta la meta, alcancen la corona merecida
Tú que eres compasivo y
siempre cuidaste de todos los que necesitaban de Ti,
- cuida de las que
compasión, y entrega cuiden de nosotros,pero no sólo en este día, sino en todos
sus días.
¡Gracias,
enfermera!
Tú que en la cruz
clavaste y borraste el protocolo que nos condenaba,
- destruye también
en nosotros toda clase de esclavitud y líbranos de toda tiniebla
Tú que al bajar al
lugar de los muertos abriste las puertas del abismo,
- recibe a
nuestros hermanos difuntos en tu reino
Padre nuestro
Gloria a
Jesús El señor al cordero de Dios
Gloria...
Gloooria...gloria.. Gloooria
A Jesús el Señor
Al Cordero de Dios
Al Nombre sobre
todo...nombre...
A Jesús el Señor,
al Cordero de Dios;
Al nombre sobre
todo..... Nombre..
Final
Señor, tú que en la
resurrección de Jesucristo nos has engendrado de nuevo para que renaciéramos a
una vida eterna, fortifica la fe de tu pueblo y afianza su esperanza, a fin de
que nunca dudemos que llegará a realizarse lo que nos tienes prometido.
Por
Nuestro Señor Jesús, Hijo tuyo, que vive entre nosotros y, contigo y el Espíritu Santo, es Dios por
los siglos de los siglos. Amén.
Canto a María.
La voz de
maría Lupita
Aguilar
La voz de María, dentro
del alma mía
es como un bálsamo,
unge mis heridas y sana mi vida.
La voz de María dulce
melodía,
acerca mi corazón cada
vez más al corazón de Jesús.
Las manos de María sobre
el alma mía,
santa bendición y
su protección para la vida mía.
La voz de María, las
manos de María,
su sonrisa dulce que
me hace cantar, eres Madre mía.
Los ojos de María, dentro
del alma mía,
penetran mi
corazón, derriten el hielo, curan las heridas.
El amor de María dulce
poesía,
susurra a mi
corazón cada vez más el nombre de Jesús.
Mirada de María sobre
el alma mía,
su gran ternura, esplendida
belleza, inmensa armonía.
La voz de María, mirada
de María,
su sonrisa dulce que
me hace cantar…
Eres Madre mía.
12 de mayo día de
las enfermeras
"Allí
Estaré"
El sábado, día 16,
volveremos a celebrar la Eucaristía
sólo en la iglesia parroquial:
Parroquia Covadonga:
de lunes a sábado a las 7:30 de la tarde
domingo y festivos 9:30 y 12:30
Parroquia San Miguel de Campuzano:
sábados: a las 6:30 de la tarde
domingos y fiestas: 11:30 de la mañana
No
podremos ser más de noventa
y
hemos de respetar las normas:
Ø
venir con mascarilla
Ø
ponerse guantes a la entrada
Ø
ocupar sólo los sitios marcados
Ø
no comulgaremos
Ø
desinfección de las manos al salir
Ø
evitar saludos de entrada y salida
No hay comentarios:
Publicar un comentario