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lunes, 11 de mayo de 2020

Tiempo de Pascua: Oración del atardecer- Lunes


Quinta semana de Pascua
Lunes



(Se hace la señal de la cruz y se dice:)
- Dios mío, ven en mi auxilio.
- Señor, date prisa en socorrerme.
- Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya


Himno:    El alzar de mis manos



El alzar de mis manos, Señor,

suba a Ti, como ofrenda de la tarde.
Y el clamor de mi humilde oración
suba a ti, como incienso en tu presencia.

1.    Coloca, Señor, una guardia en mi boca,
un centinela a la puerta de mis labios
y no dejes, Señor, que se incline
a la maldad mi corazón.

2.    Mis ojos, Señor, están vueltos a ti.
En ti me refugio, no me abandones.
Guárdame del lazo que me han tendido,
líbrame de la trampa del malhechor

Salmodia:
   Salmo 10:                             El Señor, esperanza del justo.

Ant.: Tened valor: yo he vencido al mundo. Aleluya.

Al Señor me acojo, ¿por qué me decís:
"Escapa como un pájaro al monte,
porque los malvados tensan el arco,
ajustan las saetas a la cuerda,
para disparar en la sombra contra los buenos?
Cuando fallan los cimientos,
¿qué podrá hacer el justo?"

Pero el Señor está en su templo santo,
el Señor tiene su trono en el cielo;
sus ojos están observando,
sus pupilas examinan a los hombres.

El Señor examina a inocentes y culpables,
y al que ama la violencia él lo odia.
Hará llover sobre los malvados ascuas y azufre,
les tocará en suerte un viento huracanado.

Porque el Señor es justo y ama la justicia:
los buenos verán su rostro.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant.: Tened valor: yo he vencido al mundo. Aleluya.

        Salmo 14:                       ¿Quién es justo ante el Señor?.

Ant.: Se hospedará en tu tienda, habitará en tu monte santo. Aleluya.

Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda
y habitar en tu monte santo?

El que procede honradamente
y practica la justicia,
el que tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua,

el que no hace mal a su prójimo
ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor,

el que no retracta lo que juró
aun en daño propio,
el que no presta dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.

El que así obra nunca fallará.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant.: Se hospedará en tu tienda, habitará en tu monte santo. Aleluya.

         Cántico: Efesios 1, 3-10:            El Dios Salvador.

Ant.: Cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí. Aleluya.

Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

Él nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos santos
e irreprochables ante Él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Este es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
recapitular en Cristo todas las cosas
del cielo y de la tierra.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant.: Cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí. Aleluya.
Lecturas
Primera lectura              Hechos de los Apóstoles 14, 5 - 18.
Os predicamos el Evangelio, para que dejéis los dioses falsos y os convirtáis al Dios vivo.

En aquellos días, se produjeron en Iconio conatos de parte de los gentiles y de los judíos, a sabiendas de las autoridades, para maltratar y apedrear a Pablo y a Bernabé; ellos se dieron cuenta de la situación y se escaparon a Licaonia, a las ciudades de Listra y Derbe y alrededores, donde predicaron el Evangelio.
Había en Listra un hombre lisiado y cojo de nacimiento, que nunca había podido andar. Escuchaba las palabras de Pablo, y Pablo, viendo que tenía una fe capaz de curarlo, le gritó, mirándolo:
- “Levántate, ponte derecho”.
El hombre dio un salto y echó a andar. Al ver lo que Pablo había hecho, el gentío exclamó en la lengua de Licaonia:
- “Dioses en figura de hombres han bajado a visitarnos“.
A Bernabé lo llamaban Zeus y a Pablo, Hermes, porque se encargaba de hablar. El sacerdote del templo de Zeus que estaba a la entrada de la ciudad, trajo a las puertas toros y guirnaldas y, con la gente, quería ofrecerles un sacrificio.
Al darse cuenta los apóstoles Bernabé y Pablo, se rasgaron el manto e irrumpieron por medio del gentío, gritando:
- “Hombres, ¿qué hacéis? Nosotros somos mortales igual que vosotros; os predicamos el Evangelio, para que dejéis los dioses falsos y os convirtáis al Dios vivo que hizo el cielo, la tierra y el mar y todo lo que contienen. En el pasado, dejó que cada pueblo siguiera su camino; aunque siempre se dio a conocer por sus beneficios, mandándoos desde el cielo la lluvia y las cosechas a sus tiempos, dándoos comida y alegría en abundancia”.
Con estas palabras disuadieron al gentío, aunque a duras penas, de que les ofrecieran sacrificio.
Canto                              Abandónate - Romina González

1.    La vida, la muerte y la paz
El mundo, el futuro y la tranquilidad
Todo esto te pertenece
Mientras no olvides que tú eres de Cristo el Señor
Mira a tu alrededor
Todo es tuyo y creado por Dios
Dime, ¿qué más puedes necesitar?
Sólo él basta, no temas que a tu lado está
Abandónate, entrégate en sus manos
Déjate caer a sus pies
Abandónate y haz su voluntad
Demuéstrale a todos que nada con él
Te faltará
2.    Espíritu, fe y comunión
Son los regalos que dios nos dejó
Tan infinito es su amor
Que nos promete la vida y la resurrección
3.    Corre a sus brazos, no tengas miedo
Déjate amar, confía en el señor
Déjate amar, confía en el señor

    Evangelio                  Juan 14, 21 – 26.
El Defensor que enviará el Padre os lo enseñará todo.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
- “El que acepta mis mandamientos y los guarda, ése me ama; al que me ama lo amará mi Padre, y yo también lo amaré y me revelaré a él”.
Le dijo Judas, no el Iscariote:
- “Señor, ¿qué ha sucedido para que te reveles a nosotros y no al mundo?”.
Respondió Jesús y le dijo:
- “El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él.
El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió.
Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho”.
Reflexión:
Los apóstoles han encontrado el propósito de su vida: predicar el Evangelio y hacer el bien a cuantos encuentran. No esperan que las personas vayan a buscarlos; más bien es la fuerza del Evangelio la que los impulsa a salir a los caminos, porque eso llena su vida. El apóstol se sabe enviado, nunca dueño del Evangelio, ni siquiera su administrador; es su esclavo y servidor.
La misión apostólica compete a todo bautizado en el nombre de Jesús. Los cristianos hemos recibido la Palabra de Dios y, en el bautismo, también hemos sido constituidos profetas. Recordemos que, con la unción del Crisma, recibimos el espíritu de Dios, justamente con ese propósito de recepción y, en cierta manera, eso se actualiza cada vez que participamos de las celebraciones comunitarias y nos sentamos a recibir la palabra. Al escuchar cada lectura aclamamos y damos gracias a Dios por su palabra. Luego recibimos también las palabras del misterio eucarístico y concluimos con la consigna de llevar a los demás lo que en aquella celebración recibimos, cuando se nos despide.
¿Qué hacemos para alimentar nuestra vocación apostólica?  

(Guardamos unos minutos de silencio y reflexionamos sobre lo leído)
Responsorio breve:
Ant.: El Espíritu Santo será quien os lo enseñe todo. Aleluya, aleluya.
          y os vaya recordando todo lo que os he dicho. Aleluya, aleluya.
          Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
          El Espíritu Santo será quien os lo enseñe todo. Aleluya, aleluya.
Magníficat.                            Mi alma glorifica al Señor mi Dios
Ant.:    El Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho. Aleluya, aleluya.


Mi alma glorifica al señor, mi Dios,
gózase mi espíritu en mi salvador.
Él es mi alegría, es mi plenitud,
Él es todo para mí.

1.    Ha mirado la bajeza de su sierva,
muy dichosa me dirán todos los pueblos
porque en mí ha hecho grandes maravillas
el que todo puede, cuyo nombre es santo.

2.    Su clemencia se derrama por los siglos
sobre aquellos que le temen y le aman,
desplegó el gran poder de su derecha,
dispersó a los que creen que son algo.

3.    Derribó a los potentados de sus tronos
y ensalzó a los humildes y a los pobres,
los hambrientos se saciaron de sus bienes
y alejó de sí vacíos a los ricos.

4.    Acogió a Israel su humilde siervo,
acordándose de su misericordia,
como había prometido a nuestros padres
a Abraham y su descendencia para siempre

Ant.:    El Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho. Aleluya, aleluya.
Preces
Con espíritu gozoso, invoquemos a Cristo a cuya humanidad dio vida el Espíritu Santo, haciéndolo fuente de vida para los hombres, y digámosle:
 -     Renueva y da vida a todas las cosas, Señor
Cristo, salvador del mundo y rey de la nueva creación, haz que ya desde ahora, con el empuje de tu Espíritu,
 -     participemos en la construcción de tu Reino,
Señor, tú que vives en tu Iglesia hasta el fin de los tiempos,
 -     condúcela por el Espíritu Santo al conocimiento de la verdad plena
Que los enfermos, los moribundos y todos los que sufren encuentren luz en tu victoria,
 -     y que tu gloriosa resurrección los consuele y los conforte
Al terminar este día, te ofrecemos nuestro homenaje, oh Cristo, luz imperecedera,
 -     y te pedimos que con la gloria de tu resurrección ilumines a los que han muerto
Padre nuestro
Canción «Padrenuestro» 
Padre nuestro que estás en el Cielo.
Santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu Reino.
Hágase tu voluntad en la tierra como en el Cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
Final 
Oh Dios, que unes los corazones de tus fieles en un mismo deseo, inspira a tu pueblo el amor a tus preceptos y la esperanza en tus promesas, para que, en medio de las vicisitudes del mundo, nuestros corazones estén firmes en la verdadera alegría.
Por Nuestro Señor Jesús, Hijo tuyo, que vive entre nosotros  y, contigo y el Espíritu Santo, es Dios por los siglos de los siglos.
Amén.
Canto a María.
Ave María
Nico Montero (Canta Paola Rimada)



El sábado, día 16,
volveremos a celebrar la Eucaristía
sólo en la iglesia parroquial:
Parroquia Covadonga:
de lunes a sábado a las 7:30 de la tarde
domingo y festivos 9:30 y 12:30
Parroquia San Miguel de Campuzano:
sábados: a las 6:30 de la tarde
domingos y fiestas: 11:30 de la mañana 

No podremos ser más de noventa
y hemos de respetar las normas:
Ø venir con mascarilla
Ø ponerse guantes a la entrada
Ø ocupar sólo los sitios marcados
Ø no comulgaremos
Ø desinfección de las manos al salir
Ø evitar saludos de entrada y salida 





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