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domingo, 10 de mayo de 2020

Tiempo de Pascua; Oración de la mañana- Laudes


Quinto domingo de Pascua

Inicio        Yo celebraré

Yo celebraré,delante del Señor
cantaré un canto nuevo.
Yo le alabaré porque él has hecho
grandes cosas

 (Se hace la señal de la cruz)
En el nombre del Padre, y del Hijo del Espíritu Santo. Como era en un principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén, aleluya.
Himno:         Ven a la fiesta


Ven a la fiesta es el momento de rezar y de cantar 
hoy celebramos  que en nuestras vidas Dios viviendo siempre está

1.    Ven a la fiesta a participar
nos hace falta tu calor
Jesús te invita para celebrar su amor
atento tú estarás a responder. Por eso..
2.      Ven a la fiesta para recordar 
milagros que renacen hoy
Jesús hoy viene para con todos estar
atento tú estarás a responder. Por eso..
Salmodia:
     Salmo 62, 2-9                El alma sedienta de Dios

Ant.: El que tenga sed, que venga a beber de balde el agua viva. Aleluya.  

Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.

¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.

Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos.

En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant.: El que tenga sed, que venga a beber de balde el agua viva. Aleluya. 

      Daniel 3, 57 - 88. 56             Toda la creación alabe al Señor

Ant:  Rendid homenaje, al Señor, que hizo el cielo y la tierra, el mar y los manantiales. Aleluya.
Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.

Ant:  Rendid homenaje, al Señor, que hizo el cielo y la tierra, el mar y los manantiales. Aleluya.

     Salmo 149                      Alegría de los santos.
Ant.: Los fieles festejan la gloria del Señor. Aleluya.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:
para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.
Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant.: Aleluya. Ha resucitado el Señor, tal como lo había anunciado. Aleluya.

Lecturas
Que tu palabra nos cambie el corazón
Que tu palabra nos cambie el corazón, 
que tu palabra nos cambie el corazón. 
Transforma nieve el carbón de nuestro gris corazón.
1.      Que tu palabra sea como la linterna
Que nos enseñe por dónde caminar
Y transformar el dolor en una suave canción
Para llevar al mundo tu calor.
2.      Que tu palabra sea como la comida
Que nos sostenga y nos haga vivir.
El pan para compartir, la fuerza para vivir.
Palabra, pan que Dios va a repartir.
3.      Que tu Palabra sea la Buena Noticia
Que todo el mundo sueña con escuchar.
Palabra para salvar, palabra para curar,
Palabra con poder que nos puede cambiar.
Primera lectura                   Hechos de los Apóstoles 6, 1 - 7.
Eligieron a siete hombres llenos de espíritu.

En aquellos días, al crecer el número de los discípulos, los de lengua griega se quejaron contra los de lengua hebrea, diciendo que en el suministro diario no atendían a sus viudas. Los Doce convocaron al grupo de los discípulos y les dijeron:
- “No nos parece bien descuidar la palabra de Dios para ocuparnos de la administración. Por tanto, hermanos, escoged a siete de vosotros, hombres de buena fama, llenos de espíritu y de sabiduría, y los encargaremos de esta tarea: nosotros nos dedicaremos a la oración y al ministerio de la palabra”.
La propuesta les pareció bien a todos y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y de Espíritu Santo, a Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Parmenas y Nicolás, prosélito de Antioquía. Se los presentaron a los apóstoles y ellos les impusieron las manos orando.
La palabra de Dios iba cundiendo, y en Jerusalén crecía mucho el número de discípulos, incluso muchos sacerdotes aceptaban la fe
Canto              Salmo 22,       Aleluya de la tierra

1.    ¿Quién quiere resucitar a este mundo que se muere?
¿Quién cantará el aleluya de esa nueva luz que viene?
¿Quién cuando mire la tierra y las tragedias observe,
sentirá en su corazón el dolor de quien se muere?
¿Quién es capaz de salvar a este mundo decadente,
y mantiene la esperanza de los muchos que la pierden?

El que sufre, mata y muere, desespera y enloquece,
y otros son espectadores, no lo sienten.

2.    ¿Quién bajará de la cruz a tanto cristo sufriente,
mientras los hombres miramos, impasivos e indolentes?
¿Quién grita desde el silencio de un ser que a su Dios retiene,
porque se hace palabra que sin hablar se la entiende?
¿Quién se torna en aleluya porque traduce la muerte,
como el trigo que se pudre y de uno cientos vienen?

¡Aleluya! cantará, quien perdió la esperanza,
y la tierra sonreirá. ¡Aleluya!

Evangelio                          Juan 14, 1 - 12
Yo soy el camino, y la verdad, y la vida.

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
- “No perdáis la calma, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros. Y a donde yo voy, ya sabéis el camino”.
Tomás le dice:
- “Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?”.
Jesús le responde:
- “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto”.
Felipe le dice:
- “Señor, muéstranos al Padre y nos basta”.
Jesús le replica:
- “Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace sus obras. Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, creed a las obras. Os lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre”.
Responsorio:
Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; -dice el Señor-. Aleluya, aleluya.
Nadie va al Padre, sino por mí. Aleluya, aleluya.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; -dice el Señor-. Aleluya, aleluya.
Acción de Gracias:            Viviremos firmes en la fe
1.    Aunque rujan las tormentas, sea feroz el mar
En tu barca navegamos sin temor.
Tú, Jesús, vas con nosotros; se paró la tempestad,
Es la fe como una roca donde anclar.
Como Pedro te seguimos en nuestra misión
De llevar la Luz de Dios a los demás.
¡No nos sueltes de la mano!; no te queremos fallar.
Es la fe como una barca que no deja de avanzar.
Viviremos firmes en la fe.
En tus manos no hay por qué temer.
En Jesús cantamos, siempre en Él.
Viviremos firmes en la fe.
Viviremos firmes en la fe.
En tus manos no hay por qué temer.
En Jesús cantamos, siempre en Él.
Viviremos firmes en la fe.
2.    Sobre arena no podemos nada construir.
Una casa levantamos para Dios.
Es Jesús la roca firme donde levanto mi voz.
Un hogar edificado con amor.
Piedras vivas construiremos la nueva ciudad
Una fiesta de justicia y de perdón.
Todo estáis invitados! ¡El banquete comenzó!
Pan y vino y esperanza. Este es el Reino de Dios
3.    Como un árbol junto al río es nuestra raíz,
Bautizados en el agua y en luz. 
Hoy tu sangre nos da vida en el árbol de la 
Donde anidan los que ya son multitud.
Hoy alegres proclamamos que venció el Amor.
¡Dios nos quiere y a todos quiere salvar!
         Buen Jesús, hoy te pedimos crezca nuestra fe, Señor.
         La semilla que en Ti espera en gran árbol crecerá

Preces:
Invoquemos a Dios, Padre misericordioso, que resucitó a Jesús, nuestro Pastor y Salvador, y aclamémosle, diciendo:
-    Ilumínanos, Señor, con la luz de Cristo
Padre santo, que hiciste pasar a tu Hijo amado de las tinieblas de la muerte a la luz de la gloria,
-    haz que podamos llegar también nosotros a tu luz admirable y ayuda a tu pueblo a superar esta enfermedad.
Tú, que nos salvas por la fe,
-    haz que vivamos hoy según la fe en Ti y en nuestras fuerzas.
Tú que quieres que busquemos los bienes de todos, porque Cristo está en medio de nosotros,
-      fortalece nuestros afanes por salir todos juntos de esta pandemia.
Haz que nuestra vida, escondida con Cristo en ti, brille en el mundo
-    como signo que anuncie el cielo y la tierra nuevos.
Da, Señor, vivir al tu lado a los que de entre nosotros fueron a Ti
-    y consuela a sus familiares, que de manera tan dramática les han sido arrebatados .
Padre Nuestro:                     En el mar he oído hoy

En el mar he oído hoy, Señor, tu voz que me llamó
y me invitó a que me entregara a mis hermanos.
Esa voz me transformó, mi vida entera ya cambió,
y sólo pienso ahora, Señor, en repetirte:
Padre Nuestro, en ti creemos, Padre Nuestro, te ofrecemos,
Padre Nuestro, nuestras manos de hermanos.
(Durante la pausa rezamos el Padre nuestro)
Padre Nuestro, en ti creemos, Padre Nuestro, te ofrecemos,
Padre Nuestro, nuestras manos de hermanos. bis
Final

Señor, tú que te has dignado redimirnos y has querido hacernos hijos tuyos, míranos siempre con amor de padre y haz que cuantos creemos en Jesús, tu Hijo, y ponemos en Él nuestra esperanza, alcancemos la libertad verdadera y la herencia eterna. Por el mismo Jeús, tu Hijo, que vive entre nosotros y, contigo y el Espíritu, es Dios por los siglos de los siglos..

Canto a María.                Hoy he vuelto, Madre
1.      Cuántas veces siendo niño te recé
Con mis besos, te decía que te amaba
Poco a poco, con el tiempo, alejándome de Ti
Por caminos que se alejan, me perdí
Por caminos que se alejan, me perdí
Hoy he vuelto, madre, a recordar
Cuántas cosas dije ante tu altar
Y al rezarte puedo comprender
Que una madre no se cansa de esperar
Que una madre no se cansa de esperar
2.      Al regreso, me encendías una luz
Sonriendo desde lejos, me esperabas
En la mesa, la comida aún caliente y el mantel
Y tu abrazo es mi alegría de volver
Y tu abrazo es mi alegría de volver
3.      Aunque el hijo se alejara del hogar
Una madre siempre espera su regreso
El regalo más hermoso que a los hijos da el Señor
Es su madre y el regalo de su amor
Es su madre y el regalo de su amor 

¡ten cuidado! y
¡CUÍDATE!
                                         "Vivir":       Rozalén y Estopa

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