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lunes, 27 de abril de 2020

Tiempo de Pascua: Oración del atardecer-Lunes-Vísperas



Tiempo de Pascua
Lunes de la tercera semana
Oración del atardecer
Vísperas

(Se hace la señal de la cruz mientras se dice:)
V/.    -Dios mío, ven en mi auxilio.
R/.    -Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo             
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya


Himno:           Himno a la Alegria



1.    Escucha, hermano, la canción de la alegría,
el canto alegre del que espera un nuevo día.

Ven, canta, sueña cantando, vive soñando el nuevo sol
en que los hombres  volverán a ser hermanos. (bis)

2.    Si en tu camino sólo existe la tristeza
y el llanto amargo de la soledad completa.

3.    Si es que no encuentras la alegría en esta tierra;
búscala, hermano, más allá de las estrellas.
Salterio
                               Salmo 122:                 El Señor, esperanza del pueblo


Ant:. Será el Señor luz perpetua y tu Dios será tu esplendor. Aleluya.

Me brota del corazón un poema bello,
recito mis versos a un rey;
mi lengua es ágil pluma de escribano.

Eres el más bello de los hombres,
en tus labios se derrama la gracia,
el Señor te bendice eternamente.

Cíñete al flanco la espada, valiente:
es tu gala y tu orgullo;
cabalga victorioso por la verdad y la justicia,
tu diestra te enseñe a realizar proezas.
Tus flechas son agudas, los pueblos se te rinden,
se acobardan los enemigos del rey.

Tu trono, oh Dios, permanece para siempre,
cetro de rectitud es tu cetro real;
has amado la justicia y odiado la impiedad:
por eso el Señor, tu Dios, te ha ungido
con aceite de júbilo
entre todos tus compañeros.

A mirra, áloe y acacia huelen tus vestidos,
desde los palacios de marfiles te deleitan las arpas.
Hijas de reyes salen a tu encuentro,
de pie a tu derecha está la reina,
enjoyada con oro de Ofir.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant:. Será el Señor luz perpetua y tu Dios será tu esplendor. Aleluya.

                        Salmo 123:         Nuestro auxilio es el nombre del Señor

Ant: La trampa se rompió y escapamos. Aleluya.

Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,
-que lo diga Israel-,
si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,
cuando nos asaltaban los hombres,
nos habrían tragado vivos:
tanto ardía su ira contra nosotros.

Nos habrían arrollado las aguas,
llegándonos el torrente hasta el cuello;
nos habrían llegado hasta el cuello
las aguas espumantes.

Bendito el Señor, que no nos entregó
en presa a sus dientes;
hemos salvado la vida, como un pájaro
de la trampa del cazador:
la trampa se rompió, y escapamos.

Nuestro auxilio es el nombre del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: La trampa se rompió y escapamos. Aleluya.

                        Cántico: Efesios 1, 3-10                        El Dios Salvador

Ant: Cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí. Aleluya.

Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

Él nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos santos
e irreprochables ante Él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Este es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
recapitular en Cristo todas las cosas
del cielo y de la tierra.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant:  Cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí. Aleluya.

Lecturas
Primera lectura                   Libro de los Hechos de los Apóstoles 6, 8-15.
No lograban hacer frente a la sabiduría y al espíritu con que hablaba.
En aquellos días, Esteban, lleno de gracia y poder, realizaba grandes prodigios y signos en medio del pueblo. Unos cuantos de la sinagoga llamada de los libertos, oriundos de Cirene, Alejandría, Cilicia y Asia, se pusieron a discutir con Esteban; pero no lograban hacer frente a la sabiduría y al espíritu con que hablaba. Indujeron a unos que asegurasen:
- “Le hemos oído palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios”.
Alborotaron al pueblo, a los ancianos y a los escribas, agarraron a Esteban por sorpresa y lo condujeron al Sanedrín, presentando testigos falsos que decían:
- “Este individuo no para de hablar contra el templo y la Ley. Le hemos oído decir que ese Jesús de Nazaret destruirá el templo y cambiará las tradiciones que recibimos de Moisés”.
Todos los miembros del Sanedrín miraron a Esteban, y su rostro les pareció el de un ángel.
Canto                                             Si el Grano de Trigo...


Si el grano de trigo no muere en el surco,
no brota la espiga, no nace el fruto.

1.      Si no es por la Sangre del santo madero,
donde crucificaron al Nazareno,
en vano trabajan los jornaleros.

2.      El grano en el surco, la savia en el tronco,
y nosotros con Cristo, marchemos todos.
El mundo que gime tendrá su gozo

3.      Señor, pan y vino levanto hasta el cielo
por los ricos y pobres, por los que han muerto;
ofrezco mi vida por todos ellos

Evangelio                                                                               Juan 6, 22-29
Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna
Lectura del santo evangelio según san Juan 6, 22-29
Después que Jesús hubo saciado a cinco mil hombres, sus discípulos lo vieron caminando sobre el lago.
Al día siguiente, la gente que se había quedado al otro lado del lago notó que allí no había habido más que una lancha y que Jesús no había embarcado con sus discípulos, sino que sus discípulos se habían marchado solos.
Entretanto, unas lanchas de Tiberíades llegaron cerca del sitio donde habían comido el pan sobre el que el Señor pronunció la acción de gracias. Cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron:
- “Maestro, ¿cuándo has venido aquí?”.
Jesús les contestó:
- “Os lo aseguro, me buscáis, no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros. Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre; pues a éste lo ha sellado el Padre, Dios”.
Ellos le preguntaron:
- “Y, ¿qué obras tenemos que hacer para trabajar en lo que Dios quiere?”.
Respondió Jesús:
- “La obra que Dios quiere es ésta: que creáis en el que él ha enviado”.
Reflexión:
La fuerza del Espíritu se hace presente en Esteban que además de hacer milagros mostraba una gran sabiduría, para hablar de Jesús.
Esa fuerza del Espíritu se nota también en el impulso misionero que moviliza a muchos cristianos por las calles y plazas de nuestros pueblos y ciudades, para convencer a otros de adherirse a determinado credo o congregación.
Hay, sin embargo, un punto crítico para discernir la obra de Dios. ¿Cuáles son las señales que unen a los fieles con Jesús?
La fe no es sólo un asunto público. Lo más característico del cristiano es su testimonio de vida. Ser testigo nace de un convencimiento profundo que comienza por apartarse de los valores que el mundo tiene por ideales o metas a conseguir como la riqueza, el placer o el poder al precio que sea.
Debemos calibrar si los valores del Evangelio son los que priman entre nosotros.
·           ¿Cuál es el afán diario de nuestra vida?
·           ¿Dónde detectamos los valores de Cristo en nuestra familia?
Responsorio Breve

Ant.: El Hijo del hombre tiene que ser elevado. Aleluya, aleluya.
          para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Aleluya, aleluya.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
          Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.


Magníficat


Ant: Lo que nace de la carne es carne, lo que nace del Espíritu es espíritu. Aleluya.

(se hace la señal de la cruz mientras se comienza a cantar) 




Maravillas hizo en mí,  mi alma canta de gozo
pues al ver mi pequeñez  se detuvieron sus ojos
y el que es Santo y poderoso hoy aguarda por mi sí.
Mi alma canta de gozo, maravillas hizo en mí.

Maravillas hizo en mí, del alma brota mi canto
el Señor me ha amado, más que los lirios del campo.
Por el Espíritu Santo él habita hoy en mí,
no cese nunca mi canto, maravillas hizo en mí.

Por el Espíritu Santo él habita hoy en mí,
no cese nunca mi canto, maravillas hizo en mí. 
El Señor hizo en mí, maravillas, Santo es mi Dios

Ant: Jesús entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. Aleluya.

Preces
Con espíritu gozoso, invoquemos a Cristo a cuya humanidad dio vida el Espíritu Santo, haciéndolo fuente de vida para los hombres, y digámosle:
- Renueva y da vida a todas las cosas, Señor
Cristo, salvador del mundo y rey de la nueva creación,
- haz que ya desde ahora, con el espíritu, vivamos en tu reino,
donde estás sentado a la derecha del Padre
Señor, tú que vives en tu Iglesia hasta el fin de los tiempos,
- condúcela por el Espíritu Santo al conocimiento de la verdad plena
Que los enfermos, los moribundos y todos los que sufren encuentren luz en tu victoria,
- y que tu gloriosa resurrección los consuele y los conforte
Al terminar este día, te ofrecemos nuestro homenaje, oh Cristo, luz imperecedera,
- y te pedimos que con la gloria de tu resurrección ilumines a los que han muerto

Adoctrinados por el mismo Señor, nos atrevemos a decir:

Padre nuestro 


Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,

como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal


Padre nuestro. 

Canto a María

Madre del mundo (Betsaida)



De este nuevo amanecer
tú fuiste el crepúsculo mujer
tu sí fue la respuesta
con que el hombre Dios pudo nacer.

En su candoroso andar
las heridas, Cristo, nos sufrió,
sus brazos fueron cuna de sonrisa
y algodón.

Madre del mundo, virgen paciente,
tímido umbral, que abres paso al cielo.
Dicen que hoy muere en la cruz
tu hijo Jesús.

Creció el niño hasta los treinta,
como una hoja junto a ti, rama vital,
pero este crudo otoño los hubo
de separar

Pero llegará pronto el día
en que lo vuelvas a ver María,
en la gloria del reino celestial.

Madre del mundo, virgen paciente,
tímido umbral, que abres paso al cielo,
dicen que hoy muere en la cruz
tu hijo, semilla de luz.  

De este triste atardecer
tú fuiste el crepúsculo mujer.


¡quédate en casa!



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