Tiempo de Pascua
Domingo de la Tercera Semana de Pascua
Oración del atardecer
Vísperas
(Se hace la señal de la cruz mientras se
dice:)
V/. - Dios mío, ven en mi auxilio.
R/. - Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre y
al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el
principio, ahora y siempre,
por los siglos de
los siglos. Amén. Aleluya
Himno: Sólo le pido a Dios (Mercedes Sosa
Sólo le
pido a Dios
Que el
dolor no me sea indiferente
Que la
reseca muerte no me encuentre
Vacía y
sola sin haber hecho lo suficiente
Sólo le pido
a Dios
Que lo
injusto no me sea indiferente
Que no me
abofeteen la otra mejilla
Después que
una garra me arañó esta suerte
Sólo le
pido a Dios
Que la
guerra no me sea indiferente
Es un
monstruo grande y pisa fuerte
Toda la
pobre inocencia de la gente
Es un
monstruo grande y pisa fuerte
Toda la
pobre inocencia de la gente
Sólo le
pido a Dios
Que el
engaño no me sea indiferente
Si un
traidor puede más que unos cuantos
Que esos
cuantos no lo olviden fácilmente
Sólo le
pido a Dios
Que el
futuro no me sea indiferente
Desahuciado
está el que tiene que marchar
A vivir una
cultura diferente
Sólo le
pido a Dios
Que la
guerra no me sea indiferente
Es un
monstruo grande y pisa fuerte
Toda la
pobre inocencia de la gente
Es un
monstruo grande y pisa fuerte
Toda la
pobre inocencia de la gente
Ant: Habiendo realizado la purificación de los pecados,
está sentado a la derecha de su majestad en las alturas. Aleluya.
Salmo 109, 1-5.7 El Mesías, Rey y Sacerdote
Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies».
Desde Sión extenderá el
Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a
tus enemigos.
«Eres príncipe desde el día de tu
nacimiento,
entre esplendores
sagrados;
yo mismo te engendré,
como rocío,
antes de la aurora».
El Señor lo ha jurado y no se
arrepiente:
«Tú eres sacerdote
eterno,
según el rito de
Melquisedec».
El Señor a tu derecha, el día de su
ira,
quebrantará a los
reyes.
En su camino beberá del
torrente,
por eso, levantará la
cabeza.
Gloria al Padre y al Hijo y al
Espíritu Santo
como era en el
principio, ahora y siempre,
por los siglos de los
siglos. Amén.
Ant: Habiendo realizado la purificación de los pecados,
está sentado a la derecha de su majestad en las alturas. Aleluya.
Ant: El Señor envió la redención a su
pueblo. Aleluya.
Salmo 110 Grandes son las obras del Señor.
Doy gracias al Señor de todo corazón,
en compañía de los
rectos, en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor,
dignas de estudio para los que las aman.
Grandes son las obras del Señor,
dignas de estudio para los que las aman.
Esplendor y belleza son
su obra,
su generosidad dura por
siempre;
ha hecho maravillas memorables,
el Señor es piadoso y clemente.
ha hecho maravillas memorables,
el Señor es piadoso y clemente.
Él da alimento a sus
fieles,
recordando siempre su
alianza;
mostró a su pueblo la fuerza de su obrar,
dándoles la heredad de los gentiles.
mostró a su pueblo la fuerza de su obrar,
dándoles la heredad de los gentiles.
Justicia y verdad son
las obras de sus manos,
todos sus preceptos
merecen confianza:
son estables para siempre jamás,
se han de cumplir con verdad y rectitud.
son estables para siempre jamás,
se han de cumplir con verdad y rectitud.
Envió la redención a su
pueblo,
ratificó para siempre
su alianza,
su nombre es sagrado y temible.
su nombre es sagrado y temible.
Primicia de la
sabiduría es el temor del Señor,
tienen buen juicio los
que lo practican;
la alabanza del Señor dura por siempre.
la alabanza del Señor dura por siempre.
Gloria al Padre y al Hijo y al
Espíritu Santo
como era en el
principio, ahora y siempre,
por los siglos de los
siglos. Amén.
Cántico:
Apocalipsis 19, 1-7
Las
bodas del Cordero
Ant:
Aleluya. Reina nuestro Dios, gocemos y démosle
gracias. Aleluya.
Aleluya.
La salvación y la
gloria y el poder son de nuestro Dios,
porque sus juicios son verdaderos y justos.
Aleluya.
porque sus juicios son verdaderos y justos.
Aleluya.
Aleluya.
Alabad al Señor, sus
siervos todos,
los que le teméis, pequeños y grandes.
Aleluya.
los que le teméis, pequeños y grandes.
Aleluya.
Aleluya.
Porque reina el Señor,
nuestro Dios, dueño de todo,
alegrémonos y gocemos y démosle gracias.
Aleluya.
alegrémonos y gocemos y démosle gracias.
Aleluya.
Aleluya.
Llegó la boda del Cordero,
su esposa se ha embellecido.
Aleluya.
Llegó la boda del Cordero,
su esposa se ha embellecido.
Aleluya.
Gloria al Padre y al
Hijo y al Espíritu Santo
como era en el
principio, ahora y siempre,
por los siglos de los
siglos. Amén.
LECTURAS
Primera lectura Libro de los Hechos de los Apóstoles
6, 1-7.
Eligieron a siete hombres llenos de
espíritu.
En aquellos días, al crecer el
número de los discípulos, los de lengua griega se quejaron contra los de lengua
hebrea, diciendo que en el suministro diario no atendían a sus viudas. Los Doce
convocaron al grupo de los discípulos y les dijeron:
- “No nos parece bien descuidar la
palabra de Dios para ocuparnos de la administración. Por tanto, hermanos,
escoged a siete de vosotros, hombres de buena fama, llenos de espíritu y de
sabiduría, y los encargaremos de esta tarea: nosotros nos dedicaremos a la
oración y al ministerio de la palabra.”
La propuesta les pareció bien a
todos y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y de Espíritu Santo, a Felipe,
Prócoro, Nicanor, Timón, Parmenas y Nicolás, prosélito de Antioquía. Se los
presentaron a los apóstoles y ellos les impusieron las manos orando.
La palabra de Dios iba cundiendo, y
en Jerusalén crecía mucho el número de discípulos; incluso muchos sacerdotes
aceptaban la fe.
Canto Agardarei
(Aguararé)
AGARDAREI AGUARDARÉ
Teño o corazón senlleiro Tengo el corazón solitario
e orfo na noite fría. y huérfano en la noche fría.
Non importa, agardaréi No importa, aguardaré
polo albor do novo día. por el albor del nuevo día.
Teños lobos,
teño sombras, Tengo lobos, tengo sombras,
teño a sorte fuxidía. tengo la suerte huidiza.
Non importa, agardaréi No importa, aguardaré
polo albor do novo día. por el albor del nuevo día.
teño a sorte fuxidía. tengo la suerte huidiza.
Non importa, agardaréi No importa, aguardaré
polo albor do novo día. por el albor del nuevo día.
Está mudo o
reixiñol Está mudo el ruiseñor
que outrora cantar solía. que otrora cantar solía.
Non importa, agardaréi No importa, aguardaré
polo albor do novo día. por el albor del nuevo día.
que outrora cantar solía. que otrora cantar solía.
Non importa, agardaréi No importa, aguardaré
polo albor do novo día. por el albor del nuevo día.
Que está
comigo a esperanza, Que está conmigo la esperanza,
fiando, fía que día… hilando, hila que hila …
Ela fía i eu confío Ella hila y yo confío
no albor do novo día. en el albor del nuevo día.
fiando, fía que día… hilando, hila que hila …
Ela fía i eu confío Ella hila y yo confío
no albor do novo día. en el albor del nuevo día.
Evangelio Mateo 14, 22-33
Vieron a Jesús
caminando sobre el lago
Al oscurecer, los discípulos de
Jesús bajaron al lago, embarcaron y empezaron a atravesar hacia Cafarnaún. Llegada
la noche, Jesús estaba allí solo.
Mientras tanto, la barca iba ya muy
lejos de tierra, sacudida por las olas, porque el viento era contrario. De
madrugada se les acercó Jesús, andando sobre el agua. Los discípulos, viéndole
andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo, pensando que era un
fantasma. Jesús les dijo en seguida:
- “¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo!”.
Pedro le contestó:
- “Señor, si eres tú, mándame ir
hacia ti andando sobre el agua”.
Él le dijo:
- “Ven”.
Pedro bajó de la barca y echó a
andar sobre el agua, acercándose a Jesús; pero, al sentir la fuerza del viento,
le entró miedo, empezó a hundirse y gritó:
- “Señor, sálvame”.
En seguida Jesús extendió la mano,
lo agarró y le dijo:
- “¡Qué poca fe! ¿Por qué has
dudado?”.
En cuanto subieron a la barca,
amainó el viento.
Los de la barca se postraron ante
él, diciendo:
- “Realmente eres Hijo de Dios”.
Reflexión:
Seguramente,
aprovechando los momentos difíciles de sus idas y venidas por el lago de
Galilea, Jesús educaba a sus discípulos para enfrentarse a tempestades futuras
más peligrosas. Mateo presenta ahora uno de estos episodios que ayudará a las
comunidades cristianas a liberarse de sus miedos y de su poca fe.
Los discípulos están
solos. Esta vez no los acompaña Jesús. Su barca está lejos de tierra, a mucha
distancia de Él, y un “viento contrario”
les impide volver. Solos en medio de la tempestad, ¿qué pueden hacer sin Jesús?
La situación de la
barca es desesperada. Mateo habla de las “tinieblas de la noche”, la “fuerza
del viento” y el peligro de “hundirse en las aguas”. Con este lenguaje bíblico,
conocido por sus lectores, va describiendo la situación de aquellas comunidades
cristianas, amenazadas desde fuera por el rechazo y la hostilidad, y tentadas
desde dentro por el miedo y la poca fe. ¿No es ésta nuestra situación hoy?
Entre las tres y las seis
de la madrugada, “se les acerca Jesús andando sobre el agua”, pero los
discípulos son incapaces de reconocerlo. El miedo les hace ver en Él «un
fantasma». Los miedos son el mayor obstáculo para conocer, amar y seguir a
Jesús como «Hijo de Dios» que nos acompaña y salva en la crisis.
Jesús les dice las tres
palabras que necesitan escuchar: «Animo, soy yo, no tengáis miedo». Quiere
trasmitirles su fuerza, su seguridad y su confianza absoluta en el Padre. Pedro
es el primero en reaccionar. Su actuación es, como casi siempre, modelo de
entrega confiada y ejemplo de miedo y poca fe. Camina seguro sobre las aguas,
luego «le entra miedo»; va confiado hacia Jesús, luego olvida su Palabra,
siente la fuerza del viento y comienza a «hundirse».
En la Iglesia de Jesús
ha entrado el miedo y no sabemos cómo liberarnos de él. Tenemos miedo al
desprestigio, la pérdida de poder y el rechazo de la sociedad. Nos tenemos
miedo unos a otros: la jerarquía endurece su lenguaje, los teólogos perdemos
libertad, los pastores prefieren no correr riesgos, los fieles miran con temor
el futuro. En el fondo de estos miedos hay miedo a Jesús, poca fe en él,
resistencia a seguir sus pasos. El mismo nos ayuda a descubrirlo: ¡Qué poca fe!
¿Por qué dudáis tanto?
Responsorio Breve
Ant.: Ha resucitado Cristo, que creó todas
las cosas. Aleluya, aleluya.
y
se compadeció del género humano. Aleluya, aleluya
Gloria
al Padre y al Hijo, y al espíritu Santo. Aleluya, aleluya.
Ha
resucitado Cristo, que creó todas las cosas. Aleluya, aleluya.
Magníficat.
Ant: Ánimo, soy yo, no tengáis miedo. Aleluya.
(Hacemos la señal de la cruz y recitamos el canto
de María)
Alaba mi
alma la grandeza del Señor,
y mi
espíritu se alegra en Dios, mi Salvador;
porque ha
puesto los ojos
en la
pequeñez de su esclava.
Por eso
desde ahora
todas las
generaciones
me
llamarán bienaventurada,
me
llamarán bienaventurada.
Porque ha
hecho en mí favor
cosas
grandes el Poderoso.
Santo es
su nombre, y su misericordia
alcanza
de generación en generación
a los que
le temen.
alcanza
de generación en generación
a los que
le temen.
Desplegó
la fuerza de su brazo:
dispersó
a los de corazón altanero,
derriba a
los potentados de sus tronos
y exaltó
a los humildes.
A los
hambrientos colmó de bienes
y
despidió a los ricos con las manos vacías.
Acogió a
Israel, su siervo, acordándose
Acogió a
Israel, su siervo, acordándose
de la
misericordia, de la misericordia,
como
había anunciado a nuestros padres
en favor
de Abrahán y de su linaje.
La
misericordia, de la misericordia,
Como había
anunciado a nuestros padres
en favor
de Abrahán y de su linaje.
La
misericordia, de la misericordia,
por los
siglos, por los siglos.
Ant: Ánimo, soy yo, no tengáis miedo. Aleluya.
Oremos
a Cristo, el Señor, que murió y resucitó, y ahora intercede por nosotros, y
digámosle:
- Cristo,
Salvador nuestro, escucha nuestra oración
Cristo,
luz y salvación de todos los pueblos,
- derrama
el fuego del Espíritu Santo sobre los que has querido que fueran testigos de tu
resurrección en el mundo.
Que el
pueblo de Israel te reconozca como el Mesías de su esperanza,
- y
la tierra toda se llene del conocimiento de tu gloria
Consérvanos,
Señor, en la comunión de tu Iglesia,
- y
haz que la Iglesia progrese cada día hacia la plenitud que tú le preparas.
Tú que
has vencido la muerte, nuestro enemigo, destruye en nosotros el poder del mal,
tu enemigo,
- para
que vivamos siempre para ti, vencedor inmortal.
Cristo
Salvador, tú que te sometiste incluso a la muerte y has sido levantado a la
derecha del Padre,
- recibe
en tu reino glorioso a nuestros hermanos difuntos.
Con el gozo que nos da el saber que
somos hijos de Dios, digamos con plena confianza:
Padre
nuestro que estás en el cielo,
santificado
sea tu Nombre;
venga
a nosotros tu Reino;
y hágase
tu voluntad
así en
la tierra como en el cielo.
danos
hoy nuestro de cada día;
perdónanos
como perdonamos
a los
que nos ofenden.
No nos
dejes caer en la tentación,
mas
líbranos del mal.
No nos
dejes caer en la tentación,
mas
líbranos del mal.
No nos
dejes caer en la tentación,
mas
líbranos del mal.
Final
Jesús, tú atravesaste
pueblos y villas “curando toda dolencia y toda enfermedad.” Por tu mandato, los
enfermos fueron curados. Acude a nuestra ayuda hoy, en medio de la propagación
global del coronavirus, para que podamos sentir tu amor curativo.
Cura a todos los
enfermos con el virus. Que puedan recuperar sus fuerzas y sanar mediante un
buen cuidado médico.
Sánanos de nuestros
temores, los cuales no permiten que las naciones trabajen unidas y que los
vecinos se ayuden unos a otros.
Canto a María.
Con flores,
con flores, con flores a María
Maria no es
la misma que todos se creían
Maria rompía
los lazos y encajes del silencio
La vi que
era bravía un día que iba naciendo
Recuerdo que
enterraba mil muertes y un infierno
Ahora viste
de vida algunos de sus sueños
Maria tiene
unos tiempos en unos siglos frescos
Tiene una fe
prohibida y otra que ni se acuerda
Ella estira
su amor, sudada en sus trajines
Herida en
las batallas que la liberarían
Con flores,
con flores, con flores a Maria
Maria no es
la misma que todos se creían
Maria tiene
una historia envuelta en sus cabellos
Para que sus
ideas no las mueva ni el viento
Recuerdo que
enterraba mil historias y un infierno
Ahora viste
de vida algunos de sus sueños
Con flores,
con flores, con flores a Maria
Maria no es la misma que todos se
creían
¡quédate
en casa!
¡resiste!
Resiste, mi amor, resiste
tras las rejas de tu prisión,
no tengas ese aire triste
ni tengas desolación.
No, no, no.
tras las rejas de tu prisión,
no tengas ese aire triste
ni tengas desolación.
No, no, no.
No, no, mi amor
no pienses que te dejé
que tengo miles de hermanos
y con ellos volveré.
Pronto, la nueva aurora,
pronto llegará.
Sonreirá quien llora ahora
cuando cante un nuevo cantar.
no pienses que te dejé
que tengo miles de hermanos
y con ellos volveré.
Pronto, la nueva aurora,
pronto llegará.
Sonreirá quien llora ahora
cuando cante un nuevo cantar.
¡Resiste!
No hay comentarios:
Publicar un comentario