CONTACTO

Torrelavega/Cantabria
parroquiabarriocovadonga@gmail.com

domingo, 26 de abril de 2020

Tercer Domingo de Pascua: Oración del atardecer



Tiempo de Pascua
Domingo de la Tercera Semana de Pascua
Oración del atardecer
Vísperas



(Se hace la señal de la cruz mientras se dice:)
V/. - Dios mío, ven en mi auxilio.
R/. - Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya


Himno:           Sólo le pido a Dios (Mercedes Sosa


Sólo le pido a Dios
Que el dolor no me sea indiferente
Que la reseca muerte no me encuentre
Vacía y sola sin haber hecho lo suficiente

Sólo le pido a Dios
Que lo injusto no me sea indiferente
Que no me abofeteen la otra mejilla
Después que una garra me arañó esta suerte

Sólo le pido a Dios
Que la guerra no me sea indiferente
Es un monstruo grande y pisa fuerte
Toda la pobre inocencia de la gente
Es un monstruo grande y pisa fuerte
Toda la pobre inocencia de la gente

Sólo le pido a Dios
Que el engaño no me sea indiferente
Si un traidor puede más que unos cuantos
Que esos cuantos no lo olviden fácilmente

Sólo le pido a Dios
Que el futuro no me sea indiferente
Desahuciado está el que tiene que marchar
A vivir una cultura diferente

Sólo le pido a Dios
Que la guerra no me sea indiferente
Es un monstruo grande y pisa fuerte
Toda la pobre inocencia de la gente
Es un monstruo grande y pisa fuerte
Toda la pobre inocencia de la gente



Ant:     Habiendo realizado la purificación de los pecados, está sentado a la derecha de su majestad en las alturas. Aleluya.


Salmo 109, 1-5.7                          El Mesías, Rey y Sacerdote 


Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies».
Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.

«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, como rocío,
antes de la aurora».

El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
«Tú eres sacerdote eterno,
según el rito de Melquisedec».

El Señor a tu derecha, el día de su ira,
quebrantará a los reyes.
En su camino beberá del torrente,
por eso, levantará la cabeza.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant:     Habiendo realizado la purificación de los pecados, está sentado a la derecha de su majestad en las alturas. Aleluya.

Ant:     El Señor envió la redención a su pueblo. Aleluya.


Salmo 110    Grandes son las obras del Señor.

 Doy gracias al Señor de todo corazón,
en compañía de los rectos, en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor,
dignas de estudio para los que las aman.

Esplendor y belleza son su obra,
su generosidad dura por siempre;
ha hecho maravillas memorables,
el Señor es piadoso y clemente.

Él da alimento a sus fieles,
recordando siempre su alianza;
mostró a su pueblo la fuerza de su obrar,
dándoles la heredad de los gentiles.

Justicia y verdad son las obras de sus manos,
todos sus preceptos merecen confianza:
son estables para siempre jamás,
se han de cumplir con verdad y rectitud.

Envió la redención a su pueblo,
ratificó para siempre su alianza,
su nombre es sagrado y temible.

Primicia de la sabiduría es el temor del Señor,
tienen buen juicio los que lo practican;
la alabanza del Señor dura por siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant:     El Señor envió la redención a su pueblo. Aleluya

Cántico: Apocalipsis 19, 1-7           Las bodas del Cordero 

Ant:     Aleluya. Reina nuestro Dios, gocemos y démosle gracias. Aleluya.

Aleluya.
La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios,
porque sus juicios son verdaderos y justos.
Aleluya.

Aleluya.
Alabad al Señor, sus siervos todos,
los que le teméis, pequeños y grandes.
Aleluya.

Aleluya.
Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo,
alegrémonos y gocemos y démosle gracias.
Aleluya.

Aleluya.
Llegó la boda del Cordero,
su esposa se ha embellecido.
Aleluya.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant:     Aleluya. Reina nuestro Dios, gocemos y démosle gracias. Aleluya

LECTURAS

Primera lectura            Libro de los Hechos de los Apóstoles 6, 1-7.
Eligieron a siete hombres llenos de espíritu.  

En aquellos días, al crecer el número de los discípulos, los de lengua griega se quejaron contra los de lengua hebrea, diciendo que en el suministro diario no atendían a sus viudas. Los Doce convocaron al grupo de los discípulos y les dijeron:
- “No nos parece bien descuidar la palabra de Dios para ocuparnos de la administración. Por tanto, hermanos, escoged a siete de vosotros, hombres de buena fama, llenos de espíritu y de sabiduría, y los encargaremos de esta tarea: nosotros nos dedicaremos a la oración y al ministerio de la palabra.”
La propuesta les pareció bien a todos y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y de Espíritu Santo, a Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Parmenas y Nicolás, prosélito de Antioquía. Se los presentaron a los apóstoles y ellos les impusieron las manos orando.
La palabra de Dios iba cundiendo, y en Jerusalén crecía mucho el número de discípulos; incluso muchos sacerdotes aceptaban la fe.


Canto                                                     Agardarei (Aguararé)



AGARDAREI                                   AGUARDARÉ

Teño o corazón senlleiro               Tengo el corazón solitario
e orfo na noite fría.                          y huérfano en la noche fría.
Non importa, agardaréi                  No importa, aguardaré
polo albor do novo día.                  por el albor del nuevo día.

Teños lobos, teño sombras,          Tengo lobos, tengo sombras,
teño a sorte fuxidía.                        tengo la suerte huidiza.
Non importa, agardaréi                  No importa, aguardaré
polo albor do novo día.                  por el albor del nuevo día.

Está mudo o reixiñol                      Está mudo el ruiseñor
que outrora cantar solía.                que otrora cantar solía.
Non importa, agardaréi                  No importa, aguardaré
polo albor do novo día.                  por el albor del nuevo día.

Que está comigo a esperanza,    Que está conmigo la esperanza,
fiando, fía que día…                       hilando, hila que hila …
Ela fía i eu confío                            Ella hila y yo confío
no albor do novo día.                      en el albor del nuevo día.

Evangelio                                                                       Mateo 14, 22-33
 Vieron a Jesús caminando sobre el lago

Al oscurecer, los discípulos de Jesús bajaron al lago, embarcaron y empezaron a atravesar hacia Cafarnaún. Llegada la noche, Jesús estaba allí solo.
Mientras tanto, la barca iba ya muy lejos de tierra, sacudida por las olas, porque el viento era contrario. De madrugada se les acercó Jesús, andando sobre el agua. Los discípulos, viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo, pensando que era un fantasma. Jesús les dijo en seguida:
- “¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo!”.
Pedro le contestó:
- “Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti andando sobre el agua”.
Él le dijo:
- “Ven”.
Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua, acercándose a Jesús; pero, al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó:
- “Señor, sálvame”.
En seguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo:
- “¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado?”.
En cuanto subieron a la barca, amainó el viento.
Los de la barca se postraron ante él, diciendo:
- “Realmente eres Hijo de Dios”.

Reflexión:
Seguramente, aprovechando los momentos difíciles de sus idas y venidas por el lago de Galilea, Jesús educaba a sus discípulos para enfrentarse a tempestades futuras más peligrosas. Mateo presenta ahora uno de estos episodios que ayudará a las comunidades cristianas a liberarse de sus miedos y de su poca fe.
Los discípulos están solos. Esta vez no los acompaña Jesús. Su barca está lejos de tierra, a mucha distancia de Él, y un “viento contrario” les impide volver. Solos en medio de la tempestad, ¿qué pueden hacer sin Jesús?
La situación de la barca es desesperada. Mateo habla de las “tinieblas de la noche”, la “fuerza del viento” y el peligro de “hundirse en las aguas”. Con este lenguaje bíblico, conocido por sus lectores, va describiendo la situación de aquellas comunidades cristianas, amenazadas desde fuera por el rechazo y la hostilidad, y tentadas desde dentro por el miedo y la poca fe. ¿No es ésta nuestra situación hoy?
Entre las tres y las seis de la madrugada, “se les acerca Jesús andando sobre el agua”, pero los discípulos son incapaces de reconocerlo. El miedo les hace ver en Él «un fantasma». Los miedos son el mayor obstáculo para conocer, amar y seguir a Jesús como «Hijo de Dios» que nos acompaña y salva en la crisis.
Jesús les dice las tres palabras que necesitan escuchar: «Animo, soy yo, no tengáis miedo». Quiere trasmitirles su fuerza, su seguridad y su confianza absoluta en el Padre. Pedro es el primero en reaccionar. Su actuación es, como casi siempre, modelo de entrega confiada y ejemplo de miedo y poca fe. Camina seguro sobre las aguas, luego «le entra miedo»; va confiado hacia Jesús, luego olvida su Palabra, siente la fuerza del viento y comienza a «hundirse».
En la Iglesia de Jesús ha entrado el miedo y no sabemos cómo liberarnos de él. Tenemos miedo al desprestigio, la pérdida de poder y el rechazo de la sociedad. Nos tenemos miedo unos a otros: la jerarquía endurece su lenguaje, los teólogos perdemos libertad, los pastores prefieren no correr riesgos, los fieles miran con temor el futuro. En el fondo de estos miedos hay miedo a Jesús, poca fe en él, resistencia a seguir sus pasos. El mismo nos ayuda a descubrirlo: ¡Qué poca fe! ¿Por qué dudáis tanto?

Responsorio Breve
Ant.: Ha resucitado Cristo, que creó todas las cosas. Aleluya, aleluya.
          y se compadeció del género humano. Aleluya, aleluya
          Gloria al Padre y al Hijo, y al espíritu Santo. Aleluya, aleluya.
          Ha resucitado Cristo, que creó todas las cosas. Aleluya, aleluya.

Magníficat.

Ant:  Ánimo, soy yo, no tengáis miedo. Aleluya.

(Hacemos la señal de la cruz y recitamos el canto de María)
Alaba mi alma la grandeza del Señor,
y mi espíritu se alegra en Dios, mi Salvador;
porque ha puesto los ojos
en la pequeñez de su esclava.

Por eso desde ahora
todas las generaciones
me llamarán bienaventurada,
me llamarán bienaventurada.

Porque ha hecho en mí favor
cosas grandes el Poderoso.
Santo es su nombre, y su misericordia
alcanza de generación en generación
a los que le temen.
alcanza de generación en generación
a los que le temen.

Desplegó la fuerza de su brazo:
dispersó a los de corazón altanero,
derriba a los potentados de sus tronos
y exaltó a los humildes.
A los hambrientos colmó de bienes
y despidió a los ricos con las manos vacías.

Acogió a Israel, su siervo, acordándose
Acogió a Israel, su siervo, acordándose
de la misericordia, de la misericordia,
como había anunciado a nuestros padres
en favor de Abrahán y de su linaje.
La misericordia, de la misericordia,
Como había anunciado a nuestros padres
en favor de Abrahán y de su linaje.
La misericordia, de la misericordia,
por los siglos, por los siglos.


Ant:  Ánimo, soy yo, no tengáis miedo. Aleluya.

 Preces

Oremos a Cristo, el Señor, que murió y resucitó, y ahora intercede por nosotros, y digámosle:
-    Cristo, Salvador nuestro, escucha nuestra oración
Cristo, luz y salvación de todos los pueblos,
-    derrama el fuego del Espíritu Santo sobre los que has querido que fueran testigos de tu resurrección en el mundo.
Que el pueblo de Israel te reconozca como el Mesías de su esperanza,
-    y la tierra toda se llene del conocimiento de tu gloria
Consérvanos, Señor, en la comunión de tu Iglesia,
-    y haz que la Iglesia progrese cada día hacia la plenitud que tú le preparas.
Tú que has vencido la muerte, nuestro enemigo, destruye en nosotros el poder del mal, tu enemigo,
-    para que vivamos siempre para ti, vencedor inmortal.
Cristo Salvador, tú que te sometiste incluso a la muerte y has sido levantado a la derecha del Padre,
-    recibe en tu reino glorioso a nuestros hermanos difuntos.

Con el gozo que nos da el saber que somos hijos de Dios, digamos con plena confianza:

 Padre nuestro

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
y hágase tu voluntad
así en la tierra como en el cielo.
danos hoy nuestro de cada día;
perdónanos como perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación,
mas líbranos del mal.
No nos dejes caer en la tentación,
mas líbranos del mal.
No nos dejes caer en la tentación,
mas líbranos del mal.


Final
Jesús, tú atravesaste pueblos y villas “curando toda dolencia y toda enfermedad.” Por tu mandato, los enfermos fueron curados. Acude a nuestra ayuda hoy, en medio de la propagación global del coronavirus, para que podamos sentir tu amor curativo.
Cura a todos los enfermos con el virus. Que puedan recuperar sus fuerzas y sanar mediante un buen cuidado médico.
Sánanos de nuestros temores, los cuales no permiten que las naciones trabajen unidas y que los vecinos se ayuden unos a otros.
Canto a María.



Con flores, con flores, con flores a María
Maria no es la misma que todos se creían

Maria rompía los lazos y encajes del silencio
La vi que era bravía un día que iba naciendo
Recuerdo que enterraba mil muertes y un infierno
Ahora viste de vida algunos de sus sueños

Maria tiene unos tiempos en unos siglos frescos
Tiene una fe prohibida y otra que ni se acuerda
Ella estira su amor, sudada en sus trajines
Herida en las batallas que la liberarían

Con flores, con flores, con flores a Maria
Maria no es la misma que todos se creían

Maria tiene una historia envuelta en sus cabellos
Para que sus ideas no las mueva ni el viento
Recuerdo que enterraba mil historias y un infierno
Ahora viste de vida algunos de sus sueños

Con flores, con flores, con flores a Maria
Maria no es la misma que todos se creían

¡quédate en casa!
¡resiste!



Resiste, mi amor, resiste
tras las rejas de tu prisión,
no tengas ese aire triste
ni tengas desolación.
No, no, no.
No, no, mi amor
no pienses que te dejé
que tengo miles de hermanos
y con ellos volveré.
Pronto, la nueva aurora,
pronto llegará.
Sonreirá quien llora ahora
cuando cante un nuevo cantar.

¡Resiste!

No hay comentarios:

Publicar un comentario