Hoy sábado nos hemos desplazado las parroquias de San Pablo de Nueva Ciudad, San Miguel de Campuzano, San Jorge de Viérnoles y Nuestra Sra de Covadonga del Barrio Covadonga a El Soto en Iruz para realizar un retiro de Cuaresma.
Ha sido dirigido por Juan de Cáceres, párroco de Beranga, Praves, Hazas de Cesto, Solórzano y Soto Iruz.
Por la mañana hemos tenido dos charlas: La Manzana y El cielo aguarda.
En LA MANZANA, Juan nos habla de la Creación, cada uno somos "Un sueño de Dios", nos crea individualmente, hombre y mujer, y está contento con lo que ha creado.
Pero la unión perfecta entre Adán y Eva y Dios se rompió con la manzana. Esta ruptura la heredamos y existe hoy en nuestro mundo:
- Ruptura con Dios
- Ruptura con las demás personas
- Ruptura con nosotros mismos
- Ruptura con el mundo
Dios crea al hombre con capacidad de amar y ser libre, y esa relación al elegir, está tocada.
Con los demás también estamos en discordia porque no son como nosotros queremos, miramos a los demás con interés.
Con nosotros mismos también tenemos que trabajar, para conocernos.
Con el mundo por ver la necesidad de los demás , de otros países, otras culturas.
¿Qué nos interpela esta Cuaresma?
¿Dónde tenemos el corazón?
¿Dónde pongo mi felicidad?
Miro mi corazón y pienso ¿Qué es lo que me hace feliz?
A veces el corazón lo tenemos en cosas buenas, pero desordenadas, sin categorías o cambiadas el orden.
Cuando mi felicidad está en Dios, todo lo demás se ordena, Dios rodea toda nuestra existencia y da alegría a todas nuestras relaciones.
En "EL CIELO AGUARDA" Juan nos habla de la novedad del cristianismo. Nos trae de novedad la inmortalidad.
Jesús trae la respuesta: "LA RESURRECCIÓN".
Pero no se trata de esperar, se trata de hacer el reino aquí, a la tierra.
Estamos en unas fechas cruciales para el cristiano, LA PASIÓN.
A Jesús no le pesa la cruz, ni el sufrimiento padecido, el dolor físico, a Jesús le pesa el dolor de la Humanidad, ese dolor está representado en la Cruz.
La sed que Jesús padece es el amor por cada ser humano, Jesús da la vida por cada uno de nosotros.
La gran esperanza cristiana es que no se acaba todo con la muerte.
La Vigilia Pascual es la gran fiesta de la escenificación de la alegría y la felicidad plena.
Creemos en un Dios que está vivo. Y la Iglesia tiene que ser un HOSPITAL de campaña a dónde vienen tantos heridos que tenemos en este mundo.
Nosotros tenemos que poner esperanza y amor.
Un día muy especial para preparar la Semana Santa y la Fiesta de la Resurección.
No hay comentarios:
Publicar un comentario