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lunes, 1 de junio de 2020

Santa María Madre de la Iglesia: Oración del atardecer



Santa María,
Madre de la Iglesia

(Se hace la señal de la cruz y se dice:)
- Dios mío, ven en mi auxilio.
- Señor, date prisa en socorrerme.
- Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya



Himno:     Madre de Dios y Madre de la Iglesia 


Madre de Dios y Madre de la Iglesia,
de quien todos nacimos en la Cruz,
eres para tus hijos el modelo
que alienta nuestra fe con su virtud./

1.    Si por Adán nacimos en pecado
recobramos con Cristo la salud;
si por Eva perdimos la esperanza,
con María, nueva Madre de los hombres,
volvimos a la luz.

2.    Mediadora ante Dios para los hombres,
de Cristo en su Pasión Corredentora,
eres tú dulzura y esperanza,
abogada y consuelo en el camino
de aquellos que te imploran.r.
Salmodia:
Ant.1: Me brota del corazón un poema bello.

            Salmo 44:                        Las nupcias del Rey.

Me brota del corazón un poema bello,
recito mis versos a un rey;
mi lengua es ágil pluma de escribano.

Eres el más bello de los hombres,
en tus labios se derrama la gracia,
el Señor te bendice eternamente.

Cíñete al flanco la espada, valiente:
es tu gala y tu orgullo;
cabalga victorioso por la verdad y la justicia,
tu diestra te enseñe a realizar proezas.
Tus flechas son agudas, los pueblos se te rinden,
se acobardan los enemigos del rey.

Tu trono, ¡oh dios!, permanece para siempre;
cetro de rectitud es tu cetro real;
has amado la justicia y odiado la impiedad:
por eso el Señor, tu Dios, te ha ungido
con aceite de júbilo entre todos tus compañeros.

A mirra, áloe y acacia huelen tus vestidos,
desde los palacios de marfiles te deleitan las arpas.
Hijas de reyes salen a tu encuentro,
de pie a tu derecha está la reina
enjoyada con oro de Ofir.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant.1: Me brota del corazón un poema bello.


Ant.2: Llega el esposo, salid a recibirlo.
                        II                                                                                              

Escucha, hija, mira: inclina el oído,
olvida tu pueblo y la casa paterna;
prendado está el rey de tu belleza,
póstrate ante él, que él es tu señor.
La ciudad de Tiro viene con regalos,
los pueblos más ricos buscan tu favor.

Ya entra la princesa, bellísima,
vestida de perlas y brocado;
la llevan ante el rey, con séquito de vírgenes,
la siguen sus compañeras:
las traen entre alegría y algazara,
van entrando en el palacio real.

«A cambio de tus padres tendrás hijos,
que nombrarás príncipes por toda la tierra.»

Quiero hacer memorable tu nombre
por generaciones y generaciones,
y los pueblos te alabarán
por los siglos de los siglos.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant.: Se hospedará en tu tienda, habitará en tu monte santo. Aleluya.

            Cántico: Efesios 1, 3-10:            El plan divino de la salvación.

Ant.3: Dios proyectó hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza, cuando llegase el momento culminante.
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

Él nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos santos
e irreprochables ante Él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Este es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
recapitular en Cristo todas las cosas
del cielo y de la tierra.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant.3: Dios proyectó hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza, cuando llegase el momento culminante.
Lecturas
Primera lectura                  Hechos de los Apóstoles 1, 12 - 14.
Os predicamos el Evangelio, para que dejéis los dioses falsos y os convirtáis al Dios vivo.

Después que Jesús subió al cielo, los Apóstoles regresaron entonces del monte de los Olivos a Jerusalén: la distancia entre ambos sitios es la que está permitida recorrer en día sábado.
Cuando llegaron a la ciudad, subieron a la sala donde solían reunirse. Eran Pedro, Juan, Santiago, Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé, Mateo, Santiago, hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas, hijo de Santiago.
Todos ellos, íntimamente unidos, se dedicaban a la oración, en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos.

Canto                  Tú eres el orgullo de nuestra raza (Judit 13)


Tú eres el orgullo de nuestra raza
Tú eres el orgullo de nuestra raza
1.    El Altísimo te ha bendecido, hija,
más que a todas las mujeres de la tierra;
Bendito el Señor creador del cielo y de la tierra.
2.    Que hoy ha glorificado tu nombre de tal modo
que tu alabanza estará siempre en la boca de todos
los que se acuerden de esta obra poderosa de Dios.

  Evangelio                                           Juan 19, 25 - 27.
Aquí tienes a tu hijo. Aquí tienes a tu madre.

Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena.
Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien él amaba, Jesús le dijo: “Mujer, aquí tienes a tu hijo.”
Luego dijo al discípulo: “Aquí tienes a tu madre.”
Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa..

Reflexión:                        Ahí tienes a tu madre.
En la vida hay realidades que, de puro evidente, las damos por hechas estando inmersas como respirar el aire.
Tener una madre es esencial para el género humano, para cada hombre y aún para Dios que la necesitó al encarnarse. El sentido de una Madre es reconocer las Manos de Dios acunando tu ser totalmente dependiente y frágil, haciéndose seno que permite desarrollar lo que Dios ha engendrado. También es evidente que la Iglesia es Madre porque realiza, en nombre y de parte de Jesús, la tarea maternal con todos y cada uno de nosotros.
En este Evangelio queda claro el papel de María Madre, son las mismísimas palabras de Jesús, su deseo expreso y en ese momento cumbre de su vida terrena y Misión. Porque Él necesitó y tuvo la Madre que lo acompañó cada momento, que compartió con Él la génesis de la Iglesia. No me imagino a María haciendo sólo su papel de cuidadora de Jesús en las necesidades básicas; es la madre que “escucha y cumple la Voluntad del Padre”, la que comparte con su Hijo la entraña de su Misión en la entrega total, viviendo cada detalle y cada desvelo, cada oración y cada evangelización, cada gozo y cada misterio. Puede aparecer escondida, en la retaguardia, pero en la certeza absoluta de estar siempre y en todo con la dignidad de la humillación. Humildad sabiendo que todo es Don y Gracia. No se puede definir ni explicar un Don tan fuerte como la Comunión entre Madre e Hijo, sólo se puede vivir y al dejarnos Jesús a su Madre, en la persona de Juan, nos regala esa intimidad personal y a la  vez la trascendencia a la Iglesia.
Es admirable el sentido eclesial de María; la presencia de Ella en cada cristiano, hace de la Iglesia Universal, porque la Madre siempre recoge y aglutina, une y ampara viviendo lo que toque de lucha y misterio, de dolor y gozo, de vida y verdad. Ella, inerte al pie de la Cruz, es capaz de recoger el Testamento de Jesús, de seguir su Misión, de saltar a la Vida que Jesús deja ferviente al exhalar su Espíritu, el que nunca nos faltará, porque ahí está cuajando la Iglesia que en Pentecostés tiene la “salida oficial” pero que ya estaba hirviendo en los discípulos.
Madre/Hijo. Jesús remataba bien su misión terrena; feliz y deshecho a la vez “todo está cumplido”. Pone en manos de la Madre y del apóstol amado el futuro de la Obra Salvadora en la Iglesia y nos revela así que los pequeños en poderío son la piedra angular y sostienen la Obra de Dios.
¿Qué hay de parecido en tu propia vida, en la circunstancia concreta del mundo de hoy, en la sorpresa del coronavirus?


(Guardamos unos minutos de silencio y reflexionamos sobre lo leído)
Responsorio breve:
Ant.: Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo.
          Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre.  
          Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
          Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo.
Magníficat.                                      Mi alma glorifica al Señor mi Dios
Ant.:    Santa Madre de Dios, gloriosa Virgen María, que junto a la cruz de tu Hijo fuiste constituida Madre de todos los fieles; intercede por la Iglesia y muestra tu favor a este pueblo que confía en tu protección.

Libre te quiero (Amancio Prada)


Libre te quiero como arroyo que brinca de peña en peña, pero no mía.
Grande te quiero como monte preñado de primavera, pero no mía.
Buena te quiero como pan que no sabe su masa buena, pero no mía.
Alta te quiero como chopo que al cielo se despereza, se despereza, pero no mía.
Blanca te quiero como flor de azahares sobre la tierra, pero no mía.
Pero no mía, ni de Dios ni de nadie, ni tuya siquiera.
No, no, no, no, no, no mía. No, no, no, no, no, no, no, no, no, ni tuya.
No, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no mía.

Ant.:    Santa Madre de Dios, gloriosa Virgen María, que junto a la cruz de tu Hijo fuiste constituida Madre de todos los fieles; intercede por la Iglesia y muestra tu favor a este pueblo que confía en tu protección.
Preces
Proclamemos las grandezas de Dios Padre todopoderoso, que quiso que todas las generaciones felicitaran a María, la madre de su Hijo, y supliquémosle diciendo:
-    Que la llena de gracia interceda por nosotros.
Tú que hiciste de María la madre de misericordia,
-    haz que los que viven en peligro o están tentados sientan su protección maternal.
Tú que encomendaste a María la misión de madre de familia en el hogar de Jesús y de José,
-    haz que por su intercesión todas las madres fomenten en sus hogares el amor y la santidad.
Tú que fortaleciste a María cuando estaba al pie de la cruz y la llenaste de gozo en la resurrección de su Hijo,
-    levanta y robustece la esperanza de los decaídos.
Tú que hiciste que María meditara tus palabras en su corazón y fuera tu esclava fiel,
-    por su intercesión haz de nosotros siervos fieles y discípulos dóciles de tu Hijo.
Tú que coronaste a María como reina del cielo,
-    haz que los difuntos puedan alcanzar con todos los santos la felicidad de tu reino.
A modo de Padre nuestro

Let it be (The Beatles)  



Cuando me encuentro en momentos difíciles,
la madre María acude a mí
diciendo sabias palabras,
¡déjalo ser!

Y en mis momentos de aflicción,
Ella permanece frente a mí
diciendo sabias palabras,
¡déjalo ser!

¡déjalo ser, déjalo ser!
¡déjalo ser, déjalo ser!
Susurra sabias palabras,
¡déjalo ser!

Y cuando todos los desconsolados
que viven en el mundo convengan,
habrá una solución,
¡déjalo ser!
Pues aunque puedan estar separados,
existe aún la posibilidad de que vean
que habrá una solución,
¡déjalo ser!

¡déjalo ser, déjalo ser!
¡déjalo ser, déjalo ser!
Susurra sabias palabras,
¡déjalo ser!

 (Instrumental)

¡déjalo ser, déjalo ser!
¡déjalo ser, déjalo ser!
Susurra sabias palabras,
¡déjalo ser!

Y cuando la noche está nublada,
sigue habiendo una luz que me ilumina,
me ilumina hasta mañana,
¡déjalo ser!

Me despierto al son de la música,
la Virgen María acude a mí,
diciendo sabias palabras,
¡que así sea!

¡déjalo ser, déjalo ser!
¡déjalo ser, déjalo ser!
Susurra sabias palabras,
¡déjalo ser!

¡déjalo ser, déjalo ser!
¡déjalo ser, déjalo ser!
Susurra sabias palabras,
¡déjalo ser!
Final 
Señor, Padre de misericordia, cuyo Hijo, clavado en la cruz, proclamó como Madre nuestra a su Madre, santa María virgen, concédenos por su mediación amorosa, que tu Iglesia, cada día más fecunda, se llene de gozo por la santidad de sus hijos, y atraiga a su seno a todos los pueblos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Amén.
Canto a María.
Gracias Madre por tu presencia




Gracias, madre, por tu presencia,
tú nos llevas a Jesús;
gracias madre por tu silencio,
tú estimulas nuestra fe.

1. Gracias porque eres muy sencilla,
gracias porque eres llena de gracia,
gracias, madre, gracias.
Gracias por tu vida tan callada,
gracias porque vives la palabra,
gracias, madre, gracias.

2. Gracias por tu corazón abierto,
gracias por vivir un sí constante,
gracias, madre, gracias.
Porque te abandonas en sus manos,
porque siempre vives la esperanza,
gracias, madre, gracias.


3. Gracias porque tú sigues amando,
gracias porque tú vas actuando,
gracias, madre, gracias.
Porque lo haces todo entre nosotros,
porque tú nos quieres como a hijos,
gracias, madre, gracias.


Ya estamos celebrando Eucaristía

Parroquia Covadonga:
martes, jueves y sábado a las 7:30 P.M.
domingo y festivos 12:30
No podremos ser más de 90

Parroquia San Miguel de Campuzano:
sábados: a las 6:30 de la tarde
domingos y fiestas: 11:30 de la mañana 
No podremos ser más de 45

y hemos de respetar las normas:

Ø venir con mascarilla
Ø desinfectarse a la entrada
Ø ocupar sólo los sitios marcados
Ø la paz: un gesto desde el sitio

Ø evitar saludos de entrada y salida





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