Miércoles de la Séptima semana de Pascua
(Se hace la señal de la cruz mientras se dice:)
V/. -Dios mío, ven en mi auxilio.
R/. -Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre y
al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el
principio, ahora y siempre,
por los siglos de
los siglos. Amén. Aleluya
HIMNO: Ven, espíritu Creador
Ven, Espíritu Santo Creador, a visitar nuestro corazón,
repleta con tu gracia viva y
celestial, nuestras almas que Tú creaste por amor.
Tú que eres llamado Consolador, don
del Dios Altísimo y Señor,
vertiente viva, fuego, que es la
caridad, y también espiritual y divina unción.
En cada sacramento te nos das, dedo de
la diestra paternal.
Eres Tú la promesa que el Padre nos
dio, con tu palabra enriqueces nuestro cantar.
Nuestros sentidos has de iluminar, los
corazones enamorar,
y nuestro cuerpo, presa de la
tentación, con tu fuerza continua has de afirmar.
Lejos al enemigo rechazad, tu paz
danos pronto, sin tardar,
y siendo Tú nuestro buen guía y
conductor, evitemos así toda forma de mal.
Concédenos al Padre conocer, a Jesús,
su hijo comprender,
y a Ti, Espíritu de ambos por amor, te
creamos con ardiente y sólida fe .
Ven, Espíritu de Dios, ven a mi ser,
ven a mi vida.
Ven, Espíritu de amor, ven a morar.
Al Padre demos gloria, pues es Dios, a
su Hijo que resucitó,
y también al Espíritu Consolador por
todos los siglos, de los siglos, honor.
AMEN.
Salmo 125 Dios,
alegría y esperanza nuestra.
Ant.: Vuestra tristeza se convertirá
en alegría. Aleluya.
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba
de risas,
la lengua de cantares.
Hasta los
gentiles decían:
«El Señor ha estado
grande con ellos».
El Señor ha estado
grande con nosotros,
y estamos alegres.
Que el
Señor cambie nuestra suerte,
como los torrentes del
Negueb.
Los que sembraban con
lágrimas
cosechan entre
cantares.
Al ir,
iba llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelve
cantando,
trayendo sus gavillas.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el
principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.: Vuestra tristeza se convertirá
en alegría. Aleluya.
Salmo 126 El El esfuerzo humano es
inútil sin Dios.
Ant.: En la vida y en la muerte somos del Señor.
Aleluya.
Si
el Señor no construye la casa,
en vano se cansan los
albañiles;
si el Señor no guarda
la ciudad,
en vano vigilan los
centinelas.
Es
inútil que madruguéis,
que veléis hasta muy
tarde,
que comáis el pan de
vuestros sudores:
¡Dios lo da a sus
amigos mientras duermen!
La
herencia que da el Señor son los hijos;
su salario, el fruto
del vientre:
son saetas en manos de
un guerrero
los hijos de la
juventud.
Dichoso
el hombre que llena
con ellas su aljaba:
No quedará derrotado
cuando litigue
con su adversario en la
plaza.
Gloria
al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el
principio, ahora y siempre,
por los siglos de los
siglos. Amén.
Cántico: Colosenses 1,12-20:
Himno a Cristo, primogénito de toda criatura y
primer resucitado de entre los muertos.
Ant.: Él es el origen, guía y meta del universo. A él la gloria
por los siglos. Aleluya.
Damos
gracias a Dios Padre,
que nos ha hecho
capaces de compartir
la herencia del pueblo
santo en la luz.
Él nos ha
sacado del dominio de las tinieblas,
y nos ha trasladado al
reino de su Hijo querido,
por cuya sangre hemos
recibido la redención,
el perdón de los
pecados.
Él es
imagen de Dios invisible,
primogénito de toda
criatura;
porque por medio de Él
fueron creadas todas
las cosas:
celestes y terrestres,
visibles e invisibles,
Tronos, Dominaciones,
Principados, Potestades;
todo fue creado por Él
y para Él.
Él es
anterior a todo, y todo se mantiene en Él.
Él es también la cabeza
del cuerpo: de la Iglesia.
Él es el principio, el
primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en
todo.
Porque en
Él quiso Dios que residiera toda la plenitud.
Y por Él quiso
reconciliar consigo todos los seres:
los del cielo y los de
la tierra,
haciendo la paz por la
sangre de su cruz.
Gloria al
Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el
principio, ahora y siempre,
por los siglos de los
siglos. Amén.
Ant.: La
tierra se llena de su alabanza Aleluya.
Lecturas Que tu palabra nos cambie el corazón
Que
tu palabra nos cambie el corazón.
Que
tu palabra nos cambie el corazón.
Transforma
en nieve el carbón de nuestro gris corazón
Que
tu palabra nos cambien el corazón
Primera
lectura Hechos de
los apóstoles 20, 28 - 38
Os dejo en manos de Dios, que tiene
poder para construiros y daros parte en la herencia.
En aquellos días, decía Pablo a los presbíteros de la
Iglesia de Éfeso:
- “Tened cuidado de vosotros y del rebaño que el Espíritu
Santo os ha encargado guardar, como pastores de la Iglesia de Dios, que él
adquirió con su propia sangre.
Ya sé que, cuando os deje, se meterán entre vosotros lobos
feroces, que no tendrán piedad del rebaño. Incluso algunos de vosotros
deformarán la doctrina y arrastrarán a los discípulos. Por eso, estad alerta:
acordaos que durante tres años, de día y de noche, no he cesado de aconsejar
con lágrimas en los ojos a cada uno en particular. Ahora os dejo en manos de
Dios y de su palabra de gracia, que tiene poder para construiros y daros parte
en la herencia de los santos. A nadie le he pedido dinero, oro ni ropa. Bien
sabéis que estas manos han ganado lo necesario para mí y mis compañeros.
Siempre os he enseñado que es nuestro deber trabajar para socorrer a los
necesitados, acordándonos de las palabras del Señor Jesús: ‘Hay más dicha en
dar que en recibir’”.
Cuando terminó de hablar, se pusieron todos de rodillas, y
rezó. Se echaron a llorar y, abrazando a Pablo, lo besaban; lo que más pena les
daba era lo que había dicho, que no volverían a verlo. Y lo acompañaron hasta
el barco.
Canto: Nuevo día (Lole y Manuel)
El sol, joven y
fuerte,
ha vencido a la luna,
que se aleja
impotente,
del campo de batalla.
La luz vence
tinieblas
por campiñas lejanas,
el aire huele a pan
nuevo,
el pueblo se
despereza,
ha llegado la mañana.
Al amanecer,
al amanecer,
con un beso blanco
yo te desperté.
La noche llegó,
la noche llegó,
porque la montaña
se ha tragao al sol.
Y en la montaña
se oye un eco de
gemíos,
el viento ha quemao
un junco
que ya estaba
florecío.
¿Por qué se ha
escondío el sol?
Se quea muda de
pronto
la flauta del
gorrión.
Saca la red, hermano
saca la red,
que ya ha salío la
luna,
no la vayas a coger.
Ayer cuando amaneció,
una mariposa blanca,
de un lirio se
enamoró.
Evangelio Juan 17, 11b - 19
Que sean uno, como nosotros.
En aquel tiempo, Jesús
levantando los ojos al cielo, oró, diciendo:
- “Padre santo, guárdalos en tu nombre, a los
que me has dado, para que sean uno, como nosotros. Cuando estaba con ellos, yo
guardaba en tu nombre a los que me diste, y los custodiaba, y ninguno se
perdió, sino el hijo de la perdición, para que se cumpliera la Escritura.
Ahora voy a ti, y digo
esto en el mundo para que ellos mismos tengan mi alegría cumplida. Yo les he dado tu palabra, y el mundo los ha
odiado porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
No ruego que los
retires del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco
yo soy del mundo. Conságralos en la verdad; tu palabra es verdad.
Como tú me enviaste al
mundo, así los envío yo también al mundo. Y por ellos me consagro yo, para que
también se consagren ellos en la verdad”.
Reflexión:
La iglesia de Éfeso se organizó en torno a los
"ancianos", que era un cuerpo colegiado y rector de la vida
comunitaria. Esta colegialidad es la que vela por todos y cada uno de los
miembros, así como por la fidelidad de los principios rectores que habrían de
verse reflejados en las prácticas que habrían de adecuarse a la cambiante
realidad. En Éfeso se daban cita toda suerte de ideas, religiones y filosofías,
de modo que la tarea que tenían los
“ancianos” (presbíteros en griego), ea sumamente delicada, como nos deja dicho
esta lectura.
Uno de los criterios que Lucas declara, por labios de
Pablo, para identificar a los lobos rapaces, es que no tendrán freno frente al
rebaño, es decir, que abusarán de los fieles. Mucho hay que cavilar en este
renglón. La oración de Jesús nos acompaña: "Padre, cuida a los que me
diste"
• ¿Cómo se ve
el respeto de los líderes por la comunidad de fe a la que pertenecen y se
deben?
• ¿Pensamos en
una autoridad colegial en nuestra comunidad?
Responsorio
Breve
Ant.: Padre, guarda a los que
me has dado. Aleluya,
aleluya.
para que sean uno, como
nosotros. Aleluya,
aleluya.
Gloria al Padre y al Hijo y al
Espíritu Santo
Padre, guarda a los que
me has dado. Aleluya,
aleluya.
Magníficat. Proclama
mi alma (Kairoi)
Ant.: Cristo Cristo os bautizará con Espíritu Santo y fuego.
Aleluya.
† (se
hace la señal de la cruz mientras se comienza a cantar)
Proclama mi alma, la grandeza de
Dios se alegra mi espíritu, en Dios mi Salvador.
Porque ha mirado, la humildad de su
sierva.
Desde ahora me felicitarán todas
las generaciones.
Porque el poderoso ha obrado y hace
maravillas en nosotros.
Grande es su amor para todos. Grande es su amor y por siempre. Grande es su amor.
Hace proezas, con su brazo. Corrige a los soberbios y con todo el corazón.
Hace proezas, con su brazo. Corrige a los soberbios y con todo el corazón.
Levanta a los humildes, llena de bienes
a los pobres.
Su promesa por siempre durará Como dijo a nuestros padres.
Porque el poderoso ha obrado y hace
maravillas en nosotros.
Grande es su amor para todos. Grande es su amor y por siempre. Grande es su amor.
Dios les bendiga, A Jesús por María
Dios les bendiga, A Jesús por María
Ant.: Cristo Cristo os bautizará con Espíritu Santo y fuego.
Aleluya.
Preces
Unidos a los apóstoles
y a todos los que poseen las primicias del Espíritu Santo, glorifiquemos a Dios
y supliquémosle, diciendo:
- Escúchanos, Señor
Padre todopoderoso, que
has glorificado a Cristo en el cielo,
- haz que todos lo reconozcan presente en tu Iglesia.
Padre santo, que
dijiste de Cristo: «Éste es mi Hijo, el escogido, escuchadle»,
- haz que todos atiendan su voz y se salven.
Envía tu Espíritu al
corazón de tus fieles,
- para que purifique lo inmundo y fecunde lo que es árido.
Que venga, Señor, tu
Espíritu, rija el devenir de la historia,
- y renueve la faz de la tierra.
Acuérdate, Señor, de
los huérfanos, de las viudas, de los esposos que viven separados y de todos
nuestros hermanos abandonados,
- y no permitas que vivan en la soledad, ya que fueron
rescatados por el amor de tu Hijo.
Tú que resucitaste a tu
Hijo Jesús y está para siempre a tu lado,
- recibe a nuestros hermanos difuntos que esperaron tu venida
en la fe y en el amor.
Padrenuestro
Padrenuestro de la paz
Final
Señor,
Dios nuestro, estamos convencidos que no es motivo de vergüenza ser humano y
sensible para con los demás.
Así
fue tu Hijo; ojalá seamos también así nosotros. Danos una profunda simpatía por
los hermanos para que les escuchemos, aprendamos a comprenderlos y a tomarlos
tal como ellos son, como tu Hijo nos toma a nosotros tal como somos para alzarnos sobre nosotros
mismos y para llevarnos a ti, que eres nuestro Dios por los siglos de los
siglos. Amén.
Canto
a María Junto a ti María
Junto a
ti María
como niño
quiero estar.
Tómame en
tus brazos,
guíame en
mi caminar
Quiero
que me eduques,
que me
enseñes a rezar.
Hazme
transparente,
lléname
de paz
Madre, Madre, Madre, Madre
Gracias
Madre mía
Por
llevarnos a Jesús.
Haznos más
humildes,
tan
sencillos como tú
Gracias
madre mía
por abrir
tu corazón.
Porque
nos congregas
y nos das
tu amor
Madre, Madre, Madre, Madre
Ya estamos
celebrando Eucaristía
Parroquia Covadonga:
martes,
jueves y sábado a las 7:30 P.M.
domingo
y festivos 12:30
No
podremos ser más de 90
Parroquia San Miguel de Campuzano:
domingos y fiestas: 11:30 de la
mañana
No podremos ser más de 45
y hemos de respetar las normas:
- venir con mascarilla
- desinfectarse a la entrada
- ocupar sólo los sitios marcados
- la paz: un gesto desde el sitio
- evitar saludos de entrada y salida
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