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miércoles, 29 de abril de 2020

Tiempo de Pascua: Oración del aterdecer- Miércoles- Santa Catalina de Siena


Tiempo de Pascua,
Fiesta Santa Catalina de Siena, Dominica
Doctora de la Iglesia, Patrona de Europa
Oración del atardecer
Vísperas



(Se hace la señal de la cruz mientras se dice:)
V/.    -Dios mío, ven en mi auxilio.
R/.    -Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo     
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya
Himno:           Catalina de Siena



1.    Por amor te entregas al Señor

con total confianza y libertad.

Tu pasión por la Iglesia y su misión

fue servir en pobreza y humildad.

Madre, que entregas tu vida por amor,
haz que podamos, hoy, igual que tú, poner
al servicio del Señor, nuestra vida siempre plena.
Oh santa de la paz, Catalina de Siena 

2.    Por amor exhortas a vivir

la unidad y la reconciliación

la oración fue tu camino a seguir,

modelo de fe, pregonera de la paz

3.    Dios te dio sabiduría y luz

y tu luz la Iglesia iluminó

y fuiste fiel a Jesucristo y a la Cruz,

como lo fue Domingo de Guzmán



Salmo 121                                              La ciudad santa de Jerusalén.

Ant:  Quiero ser solamente tuya, oh Cristo esposo; a ti vengo con mi lámpara encendida. Aleluya.

¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén.

Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor,

según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David.

Desead la paz a Jerusalén:
«Vivan seguros los que te aman,
haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios».

Por mis hermanos y compañeros,
voy a decir: «La paz contigo».
Por la casa del Señor, nuestro Dios,
te deseo todo bien.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant:  Quiero ser solamente tuya, oh Cristo esposo; a ti vengo con mi lámpara encendida. Aleluya.

                        Salmo 126                      El esfuerzo humano es inútil sin Dios.
Ant: Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Aleluya.

Si el Señor no construye la casa,
en vano se cansan los albañiles;
si el Señor no guarda la ciudad,
en vano vigilan los centinelas.

Es inútil que madruguéis,
que veléis hasta muy tarde,
que comáis el pan de vuestros sudores:
¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!

La herencia que da el Señor son los hijos;
su salario, el fruto del vientre:
son saetas en manos de un guerrero
los hijos de la juventud.

Dichoso el hombre que llena
con ellas su aljaba:
No quedará derrotado cuando litigue
con su adversario en la plaza.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant.: Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Aleluya.

                        Cántico: Efesios 1, 3-10:                             El Dios Salvador.

Ant.: Mi alma se siente firme, está cimentada en Cristo, el Señor. Aleluya.
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

Él nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos santos
e irreprochables ante Él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Este es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
recapitular en Cristo todas las cosas
del cielo y de la tierra.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant:. La tierra se llena de su alabanza Aleluya. 

Lecturas                            Que tu palabra nos cambie el corazón

Que tu palabra nos cambie el corazón.
Que tu palabra nos cambie el corazón.
Transforma en nieve el carbón de nuestro gris corazón
Que tu palabra nos cambien el corazón
Primera lectura              Primera carta del apóstol san Juan 1, 5-22.
La sangre de Jesús nos limpia los pecados.
Queridos hermanos:
Os anunciamos el mensaje que hemos oído a Jesucristo: Dios es luz sin tiniebla alguna. Si decimos que estamos unidos a él, mientras vivimos en las tinieblas, mentimos con palabras y obras. Pero, si vivimos en la luz, lo mismo que Él está en la luz, entonces estamos unidos unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos limpia los pecados.
Si decimos que no hemos pecado, nos engañamos y no somos sinceros. Pero, si confesamos nuestros pecados, él, que es fiel y justo, nos perdonará los pecados y nos limpiará de toda injusticia. Si decimos que no hemos pecado, lo hacemos mentiroso y no poseemos su palabra.
Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis. Pero, si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo. Él es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.

Canto: Salmo 102                                 Bendice, alma mía, al Señor.


Bendice alma mía al Señor
Bendiga todo mi ser su Santo Nombre
Bendice alma mía al Señor
Y no olvides ninguno de sus beneficios
Él es quien perdona tus iniquidades
El que sana todas tus dolencias
Él es quien rescata del hoyo tu vida
Y te corona de favores
Su misericordia no tiene fin
Él es el que sacia de bien tu boca
Y te renueva como el águila
///Bendice alma mía/// Al Señor


Evangelio                                                                      Mateo 11, 25-30
Has escondido estas cosas a los sabios y las has revelado a la gente sencilla.

En aquel tiempo, exclamó Jesús:
- “Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera”.

Reflexión:
Él, que ha escondido estas cosas a los sabios y entendidos, termina mostrándoselas a quienes sabiéndose pequeños y necesitados de su presencia y ayuda, saben confiar, esperar. Es una Buena Noticia para los cansados y agobiados si vamos hacia Él que nos invita, y no a la fuerza, a ir hacia su hombro amigo, donde encontraremos el descanso necesario para nuestro cansancio y agobio.
Yugo llevadero. Carga ligera. Por eso suele decirse y es verdad: Dios no da más cargas que las que podamos soportar. Sabe de nuestras fortalezas y de nuestras debilidades; pero sabe también que Él tiene arte y parte en ellas y no abandona a los suyos. Jesús habla aquí con el conocimiento que le proporciona su observación de las gentes, cuánto dolor y cuántas cargas tenían que soportar.
Eso hace que Él se muestre como el que “arrima el hombro”, la palabra animosa, el silencio respetuoso. Él es el salvador y la fuerza que levanta a cada uno que a Él acude desde la postración y la experiencia del necesitado de ayuda. Esa debe ser nuestra actitud pascual, la de la sensatez, la de la confianza, la de quien pone los ojos en quien inspira toda la confianza y no en otros que llenan de promesas su boca y al final nada hacen.
Y no se trata tan solo de que Él nos ayude y ponga su hombro, sino de que nosotros seamos continuadores de esa actitud: poner el nuestro para que otros se apoyen y encuentren el consuelo anhelado. “No basta sostener al débil, hay que sostenerlo después”, decía Shakespeare. Todo aquello que hagamos por otros no entra dentro del mundo del absurdo, sino que es justo lo que da sentido al absurdo de este mundo. Pero hemos de tener cuidado: ayudar a levantar las pesadas cargas a otros, no te obliga a llevárselas siempre.

Responsorio Breve

Ant.: Llevan ante el rey al séquito de vírgenes; las traen alegres. Aleluya, aleluya.
Van entrando en el palacio real. Aleluya, aleluya.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
Llevan ante el rey al séquito de vírgenes; las traen alegres. Aleluya, aleluya.

                                         Magníficat.                                  Mi alma canta

Ant:  Santa Catalina, siempre y en todas partes, buscaba, encontraba, y estaba unida a Dios por medio de un afecto amoroso nunca interrumpido. Aleluya. 
(se hace la señal de la cruz mientras se comienza a cantar) 



El Señor hizo en mí, maravillas,
¡gloria al Señor!

¡Engrandece mi alma al Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador!
Se inclinó a la pequeñez de su esclava;
desde ahora dichosa, me dirán todos los siglos.

A los hambrientos llenó de bienes,
y ensalzó a los humildes

Maravillas hizo en mí el Poderoso
y Santo es su Nombre.
Su bondad por los siglos de los siglos,
para aquellos que le temen.

El Señor hizo en mí, maravillas,
¡gloria al Señor!

Desplegó fortaleza su brazo,
dispersó a los soberbios.
Derribó a los potentados de los tronos,
y encumbró a los pobres.

A los hambrientos llenó de bienes,
y ensalzó a los humildes

A los hambrientos llenó de bienes
y a los ricos despidió vacíos.
Acogió a Israel su siervo,
recordando su bondad.

El Señor hizo en mí, maravillas,
¡gloria al Señor!

Según habló a nuestros padres
en favor de Abraham
y su linaje para siempre.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu,
por los siglos de los siglos.

A los hambrientos llenó de bienes,
y ensalzó a los humildes


Ant:  Santa Catalina, siempre y en todas partes, buscaba, encontraba, y estaba unida a Dios por medio de un afecto amoroso nunca interrumpido. Aleluya.

Preces
Alabemos con gozo a Cristo, que elogió a los que permanecen vírgenes a causa del reino de los cielos, y supliquémosle, diciendo:
-    Jesús, rey de las vírgenes, escúchanos
Oh Cristo, que como esposo amante colocaste junto a ti a la Iglesia sin mancha ni arruga,
- haz que esta Iglesia sea siempre fiel a tu mensaje y a su compromiso.
Oh Cristo, a cuyo encuentro salieron las vírgenes con sus lámparas encendidas,
- no permitas que falte nunca el aceite de la fidelidad en las lámparas de los que se han consagrado a ti.
Señor Jesucristo, a quien la Iglesia ha guardado siempre fidelidad,
- concede a todos los cristianos la integridad de la fe.
Tú que concedes hoy a tu pueblo alegrarse con la festividad de Catalina,
- concédele también gozar siempre de su valiosa intercesión.
Tú que recibiste en el banquete de tus bodas a las vírgenes santas,
- admite benigno a los difuntos en el convite festivo de tu reino.

Confiemos nuestras súplicas a Dios, nuestro Padre, terminando esta oración con las palabras que el Señor nos enseñó:

A modo de Padrenuestro
Todo cambia - Mercedes Sosa



Cambia lo superficial. Cambia también lo profundo.
Cambia el modo de pensar. Cambia todo en este mundo.
Cambia el clima con los años. Cambia el pastor su rebaño.
Y así como todo cambia. Que yo cambie no es extraño. 
Cambia, todo cambia. Cambia, todo cambia.

Cambia el más fino brillante. De mano en mano su brillo.
Cambia el nido el pajarillo. Cambia el sentir un amante.
Cambia el rumbo el caminante. Aunque esto le cause daño.
Y así como todo cambia. Que yo cambie no es extraño.
Cambia, todo cambia. Cambia, todo cambia.

Cambia el sol en su carrera. Cuando la noche subsiste. 
Cambia la planta y se viste. De verde en la primavera.
Cambia el pelaje la fiera. Cambia el cabello el anciano.
Y así como todo cambia. Que yo cambie no es extraño.
Cambia, todo cambia. Cambia, todo cambia.

Pero no cambia mi amor. Por más lejos que me encuentre.
Ni el recuerdo ni el dolor. De mi pueblo y de mi gente.
Lo que cambió ayer. Tendrá que cambiar mañana.
Así como cambio yo. En esta tierra lejana.
Cambia, todo cambia. Cambia, todo cambia.
Cambia, todo cambia. Cambia, todo cambia.

Pero no cambia mi amor. Por más lejos que me encuentre.
Ni el recuerdo ni el dolor. De mi pueblo y de mi gente.
Lo que cambió ayer. Tendrá que cambiar mañana.
Así como cambio yo. En esta tierra lejana.

Cambia, todo cambia. Cambia, todo cambia.
Cambia, todo cambia. Cambia, todo cambia.

Final
Señor Dios, que hiciste a Catalina arder de amor divino en la contemplación de la pasión de tu Hijo y en su entrega al servicio de la Iglesia, concédenos, por su intercesión, vivir asociados al misterio de Cristo para que podamos llenarnos de alegría con la manifestación de su gloria. Por Jesús, tu Hijo y hermano nuestro, que vive contigo y el Espíritu y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén.
Canto a María  
Maria de Nazaret


María de Nazaret, María me cautivó,
hizo más grande mi fe, y por hijo me adoptó.
Hay veces que yo me pongo a pensar,
y sin percibir, me voy a rezar,
y mi corazón se pone a cantar
a la Virgen de Nazaret.
Doncella que Dios amó y escogió,
Madre de Jesús, el Hijo de Dios,
María que el pueblo entero eligió,
Señora y Madre del Amor.

AVE MARÍA (3), MADRE DE DIOS.

María, a quien quiero yo, María, llena de amor,
no hay mujer igual en presencia del Señor.
En cada mujer que en tierra creció,
un poco de Dios, María dejó;
un sueño de Madre, María plantó
para conseguir la paz.
María que hizo a Cristo hablar,
María que hizo a Jesús caminar,
María que vive siempre en mi Dios,
María de nuestro amor.
AVE MARÍA (3), MADRE DE DIOS.
AVE MARÍA (3), MADRE DE DIOS.


Este día se celebra santa Catalina de Siena, laica dominica, la mujer que puso su vida en manos de Dios, con su entera juventud, es la señal más clara de que lo femenino no es debilidad, sino fortaleza interior bien asentada.
Luchadora de la unidad de la Iglesia dividida entre Roma y Aviñón, lográndolo por su íntima convicción y confianza en Jesús.
Supo apoyar su cabeza y corazón en el hombro suave del Salvador.

SANTA CATALINA DE SIENA,
Laica dominica – Doctora de la Iglesia – Patrona de Europa

Breve semblanza

1347  Nacimiento

Catalina nace en Siena el 25 de marzo de 1347. Es la penúltima de veinticinco hijos. Hija de Jacobo Benincasa y Lapa Piacenti

1353 Visión de Jesucristo

A la edad de seis años, tiene una visión de Jesucristo que le marca toda la vida

1363 Laica dominica

Teniendo dieciséis años, se hace parte de la Hermandad de Penitentes de Santo Domingo.




1372 Impulsa al Papa a volver a Roma


Apasionada por la Iglesia, impulsa al Papa Gregorio XI retorne a Roma.

1378 Paz entre Roma y Florencia

Una vez establecido el Papa en Roma, impulsa la paz entre florentinos y Roma.

Una paz anhelada se acuerda bajo su mediación.




1380 Muerte

Entregada en todo momento a Dios, muere el 29 de abril de 1380 a los 33 años. 




1461 Canonización

El día 29 de junio de 1461 es canonizada por el Papa Pío II.







1970 Doctora de la Iglesia

El PapaPablo VI la proclama Doctora de la Iglesia el 4 de octubre de 1970.

1999 Copatrona de Europa

San Juan Pablo II le proclama como Copatrona de Europa.


Reconocida como maestra espiritual, se formó un grupo de discípulos en torno a Catalina. A partir de 1372 fue mediadora en los conflictos civiles y eclesiales en la península italiana. Empezó una amplia producción epistolar. En 1374 fue convocada al Capítulo General de la Orden de Predicadores y se le asignó a fray Raimundo de Capua como acompañante espiritual.
Ante el creciente conflicto entre el Papa y las ciudades italianas, Catalina se sumergió en la política. Viajó a Aviñón e instó a Gregorio IX a regresar a Roma. Gracias a su labor, el Papa regresó en enero de 1377. La influencia política y religiosa de Catalina creció significativamente. Profesó un profundo amor por la Iglesia. Se sintió llamada por Dios a denunciar la corrupción y promover una vida apostólica y evangélica. Sufrió al ver la consumación del cisma de occidente tras la muerte de Gregorio IX en 1378.
A pesar de su escasa formación intelectual se sumergió en las profundidades de la mística cristiana. Fue una apasionada predicadora de la cruz. Su libro Diálogo refleja su espiritualidad. Murió el 29 de abril de 1380.

¿Qué nos puede decir hoy?

Catalina nos recuerda que la vida política no debe estar divorciada de la fe. Respetando la justa separación de lo civil y religioso, los laicos cristianos están llamados a participar en el desarrollo histórica de la sociedad sin renunciar a su condición de creyentes y seguidores de Jesús.

Reflexión desde el contexto actual


El mensaje de Catalina de Siena a la Iglesia de hoy no puede ser más explícito. Las mujeres están llamadas a cumplir una misión trascendental en la Comunidad Cristiana, por lo que deben ser escuchadas y se las debe abrir las puertas para que ejerzan la misión ministerial que por derecho propio y por voluntad de Jesucristo les corresponde. Entre las muchas perlas que esta gran doctora de Iglesia nos ha dejado yo me quedo con ésta que  nos interpela de modo especial a los cristianos de hoy: ¡Basta de silencios! ¡Gritad con cien mil lenguas! porque, por haber callado, el mundo está podrido!


Si tienes más tiempo...
... pero es para niños, ¿eh?


y... este es más largo


y este más serio




Y ¡¡¡¡Quédate en casa!!!!!

Ya queda menos




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