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jueves, 23 de abril de 2020

Tiempo de Pascua: Oración del atardecer- Jueves


Tiempo de Pascua
Jueves de la segunda semana
Oración del atardecer
Vísperas


(Se hace la señal de la cruz mientras se dice:)
V/.    -Dios mío, ven en mi auxilio.
R/.    -Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo     
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya





Himno:    Nuestra pascua inmolada, aleluya



Nuestra Pascua inmolada, aleluya,
es Cristo el Señor, aleluya, aleluya. Aleluya

1.    Pascua sagrada, ¡oh fiesta de la luz!,
despierta tú que duermes y el Señor te alumbrará.

2.    Pascua sagrada, ¡eterna novedad!
Dejad el hombre viejo, revestíos del Señor.

3.    Pascua sagrada, ¡oh noche bautismal!
Del seno de las aguas renacemos al Señor.

4.    Pascua sagrada, ¡Cantemos al Señor!
Vivamos la alegría dada a luz en el dolor.

Salmo 71- I   Poder real del Mesías

Ant:  Dios lo ha nombrado juez de vivos y muertos. Aleluya.

Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud.

Que los montes traigan paz,
y los collados justicia;
que él defienda a los humildes del pueblo,
socorra a los hijos del pobre
y quebrante al explotador.

Que dure tanto como el sol,
como la luna, de edad en edad;
que baje como lluvia sobre el césped,
como llovizna que empapa la tierra.

Que en sus días florezca la justicia
y la paz hasta que falte la luna;
que domine de mar a mar,
del Gran Río al confín de la tierra. 

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant:  Dios lo ha nombrado juez de vivos y muertos. Aleluya.

Salmo 71 II   Que todos los pueblos alaben al Señor    

 Ant:  Él será la bendición de todos los pueblos. Aleluya.

Él librará al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida de los pobres;
él rescatará sus vidas de la violencia,
su sangre será preciosa a sus ojos.

Que haya trigo abundante en los campos,
y susurre en lo alto de los montes;
que den fruto como el Líbano,
y broten las espigas como hierba del campo.

Que su nombre sea eterno,
y su fama dure como el sol;
que él sea la bendición de todos los pueblos,
y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra.

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
el único que hace maravillas;
bendito por siempre su nombre glorioso;
que su gloria llene la tierra. ¡Amén, amén!

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant:  Él será la bendición de todos los pueblos. Aleluya.

Cántico: Apocalipsis 11:                              El juicio de Dios

Ant:. Jesucristo es el mismo ayer y hoy, y siempre. Aleluya.

Gracias te damos, Dios Padre nuesrto,
el que eres y el que eras,
porque has asumido el gran poder
y comenzaste a reinar.

Se encolerizaron las gentes,
llegó tu cólera,
y el tiempo de que sean juzgados los muertos,
y de dar el galardón a tus siervos, los profetas,
y a los santos y a los que temen tu nombre,
y a los pequeños y a los grandes,
y de arruinar a los que arruinaron la tierra.

Ahora se estableció la salud y el poderío,
y el reinado de nuestro Dios,
y la potestad de su Cristo;
porque fue precipitado
el acusador de nuestros hermanos,
el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche.

Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero
y por la palabra del testimonio que dieron,
y no amaron tanto su vida que temieran la  muerte.
Por esto, estad alegres, cielos,
y los que moráis en sus tiendas.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant:. La tierra se llena de su alabanza Aleluya. 


Lecturas

Primera lectura            Libro de los Hechos de los Apóstoles 5, 27-33
Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo.

En aquellos días, los guardias condujeron a los apóstoles a presencia del Sanedrín, y el sumo sacerdote les interrogó:
—«¿No os habíamos prohibido formalmente enseñar en nombre de ése? En cambio, habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsables de la sangre de ese hombre».
Pedro y los apóstoles replicaron:
—«Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero. La diestra de Dios lo exaltó, haciéndolo jefe y salvador, para otorgarle a Israel la conversión con el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen».
Esta respuesta los exasperó, y decidieron acabar con ellos.

Canto:                                           Arriésgate, Arriésgate



Todos unidos en la vida vamos buscando un horizonte.
Arriésgate, arriésgate, arriésgate, hay algo más.
Arriésgate, arriésgate, arriésgate, sin vacilar.

Ningún camino es largo, para el que cree,
ningún esfuerzo es grande para el que ama.
Ninguna cruz vacía para el que lucha.

Cambiemos las promesas en realidades
luchemos como hermanos por la justicia,
sembremos hoy la aurora de un nuevo día.

El pan que trabajamos con nuestras manos,
el cáliz que llevamos con alegría,
traerán la primavera, a nuestras vidas


Evangelio                                               Juan 3, 31-36
 El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su mano.

El que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra es de la tierra y habla de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos. De lo que ha visto y ha oído da testimonio, y nadie acepta su testimonio. El que acepta su testimonio certifica la veracidad de Dios.
El que Dios envió habla las palabras de Dios, porque Él nos da el Espíritu sin medida.
El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su mano. El que cree en el Hijo posee la vida eterna; el que no crea al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él.

Reflexión:
Dios concede su Espíritu a cuantos creen que Él resucitó a Jesús de Nazaret; éste es el anuncio de los apóstoles en Jerusalén.
El Espíritu de Dios empuja al testimonio de palabra y de obra al cristiano, incluso bajo las condiciones adversas y amenazantes que muchas veces le rodean. Dios no niega su Espíritu a quien confiesa la vida nueva en Cristo resucitado, porque la confesión es producto del mismo Espíritu.
En nuestro entorno podemos distinguir a muchos testigos de la fe y de su compromiso. Descubrimos a los que acompañan y se sacrifican por los enfermos, a los que atienden a los encarcelados y angustiados, a los comprometidos en la educación de los empobrecidos, a los que crean trabajos dignos y suficientes, a los que apoyan a migrantes y discriminados, a los que buscan justicia y equidad, a los luchadores sociales por la fraternidad y a los mártires de la fe.
En ellos se manifiesta el Espíritu de Dios.

De las personas a mi lado, ¿quién es un testigo de Cristo? ¿Cómo me uno yo a su testimonio?

Responsorio Breve

Ant.: Los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Aleluya, aleluya.
          Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
          Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.

                                         Magníficat.              Unidos a todos los pueblos

Ant:  El que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios. Aleluya.


(Se hace la señal de la cruz mientras se comienza a cantar)

†    Yo canto al Señor porque es grande,
me alegro en el Dios que me salva.
Feliz me dirán las naciones,
en mí descansó su mirada.
Unidos a todos los pueblos,
cantamos al Dios que nos salva.
El hizo en mí obras grandes,
su amor es más fuerte que el tiempo,
triunfó sobre el mal de este mundo,
derriba a los hombres soberbios.
No quiere el poder de unos pocos,
del polvo a los pobres levanta,
dio pan a los hombres hambrientos
dejando a los ricos sin nada.
Libera a todos los hombres
cumpliendo la eterna promesa,
que hizo a favor de su  pueblo,
los pueblos de todas la tierra.
Ant:  El que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios. Aleluya.

 Preces
Imploremos a Dios Padre, que por la resurrección de su Hijo de entre los muertos nos ha abierto el camino de la vida eterna, y digámosle:
- Por la victoria de Cristo, salva, Señor, a tus redimidos
Dios de nuestros padres, que has glorificado a tu Hijo Jesús resucitándolo de entre los muertos,
- convierte nuestros corazones para que andemos en una vida nueva.
Tú que, cuando andábamos descarriados como ovejas, nos has hecho volver al pastor y guardián de nuestras vidas,
- consérvanos en la fidelidad al Evangelio.
Tú que elegiste a los primeros discípulos de tu Hijo de entre el pueblo de Israel,
- haz que los hijos de este pueblo reconozcan el cumplimiento de las promesas que hiciste a sus padres.
Acuérdate, Señor, de los huérfanos, de las viudas, de los esposos que viven separados y de todos nuestros hermanos abandonados,
- y no permitas que vivan en la soledad, ya que fueron reconciliados por la muerte de tu Hijo.
Tú que llamaste a ti a Esteban, que confesó que Jesús estaba de pie a tu derecha,
- recibe a nuestros hermanos difuntos que esperaron tu venida en la fe y en el amor.

Confiemos nuestras súplicas a Dios, nuestro Padre, terminando esta oración con las palabras que el Señor nos enseñó


Padre nuestro (Padre nuestro de la vida)


Padre nuestro de la vida; mío, de ése y de aquél;
que vive en toda criatura y ellos así han de creer.
Quisiera realzar tu nombre viviendo aquí bajo el sol
tu mensaje de aquél monte de pobreza, paz y amor.

Danos pan para vivir sólo el momento presente,
ya que el día de mañana quizás aquí no me encuentre.
No mires lo que hice mal, que yo no veré a mi deudor,
y en mi camino hacia Ti que no caiga en tentación.

Amén, amén, que no caiga en tentación.
Amén, amén, que sea así siempre, Señor

Final

Señor Jesús, te pedimos que nos guardes y protejas del coronavirus y de todas las enfermedades letales.
Ten piedad de todos los que han muerto.
Sana a todos los que están enfermos. Ilumina a todos los científicos que están buscando un remedio.
Fortalece y protege a todos los asistentes sanitarios que están ayudando en estos momentos a los enfermos.
Dales la victoria a todos los responsables civiles que están intentando limitar el contagio, y dale la paz a todos los que tienen miedo y están preocupados, especialmente los ancianos y las personas en situación de riesgo.
Nos abandonamos con toda confianza en tu infinita misericordia. Amén.
Canto a María  
Madre, óyeme

Madre, óyeme, mi plegaria es un grito en la noche.
Madre, mírame, en la noche de mi juventud.
Madre, sálvame, mil peligros acechan mi vida.
Madre, lléname de esperanza, de amor y de fe.
Madre, guíame, en las sombras no encuentro el camino.
Madre, llévame, que a tu lado feliz cantaré.

La, la, la, la, la, la, la, la, La, la, la. la. la, la. la.


Madre, una flor, una flor con espinas es bella.
Madre, un amor, un amor que ha empezado a nacer.
Madre, sonreír, sonreír aunque llore en el alma.
Madre, construir, caminar aunque vuelva a caer.
Madre, sólo soy el anhelo y la carne que luchan.
Madre, tuyo soy, en tus manos me vengo a poner.


¡quédate en casa!

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