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miércoles, 22 de abril de 2020

Tiempo de Pascua: Oración del atardecer- Miércoles



Tiempo de Pascua
Miércoles de la segunda semana
Oración del atardecer
Vísperas


(Se hace la señal de la cruz mientras se dice:)
V/.    -Dios mío, ven en mi auxilio.
R/.    -Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo     
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya

Himno:           Pueblo de reyes



Pueblo de reyes, asamblea santa
Pueblo sacerdotal, pueblo de Dios
Bendice a tu Señor
1.      Te cantamos a Ti, esplendor de la gloria
Te alabamos, estrella radiante que anuncias el día
Te cantamos, oh, luz que iluminas nuestras sombras
Te alabamos, antorcha de la nueva Jerusalén

2.      Te cantamos, mediador entre Dios y los hombres
Te alabamos, oh, ruta viviente, camino del cielo
Te cantamos, Pastor que nos conduces a Reino
Te alabamos, reúne a tus ovejas en un redil.

3.      Te cantamos, oh templo de la nueva alianza
Te alabamos, oh piedra angular y roca de Israel
Te cantamos, Mesías, esperado por los pobres
Te alabamos, oh Cristo, nuestro rey de humilde corazón



Salmo 61       La paz en Dios

Ant:. Que no tiemble vuestro corazón. Aleluya.

Sólo en Dios descansa mi alma,
porque de él viene mi salvación;
sólo él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré.

¿Hasta cuándo arremeteréis contra un hombre
todos juntos, para derribarlo
como a una pared que cede
o a una tapia ruinosa?

Sólo piensan en derribarme de mi altura,
y se complacen en la mentira:
con la boca bendicen,
con el corazón maldicen.

Descansa sólo en Dios, alma mía,
porque él es mi esperanza;
sólo él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré.

De Dios viene mi salvación y mi gloria,
él es mi roca firme,
Dios es mi refugio.

Pueblo suyo, confiad en él,
desahogad ante él vuestro corazón,
que Dios es nuestro refugio.

Los hombres no son más que un soplo,
los nobles son apariencia:
todos juntos en la balanza subirían
más leves que un soplo.

No confiéis en la opresión,
no pongáis ilusiones en el robo;
y aunque crezcan vuestras riquezas,
no les deis el corazón.

Dios ha dicho una cosa,
y dos cosas que he escuchado:

"Que Dios tiene el poder
y el Señor tiene la gracia;
que tú pagas a cada uno
según sus obras."

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant:. Que no tiemble vuestro corazón. Aleluya.

Salmo 22       Que todos los pueblos alaben al Señor                                      


Ant:     Que pueblos, se alegren por tu salvación. Aleluya.

El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.

Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.

Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra.

Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.

La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant:     Que pueblos, se alegren por tu salvación. Aleluya.


Cántico: Colosenses 1,12-20:      Himno a Cristo resucitado 


Ant:. La tierra se llena de su alabanza Aleluya.

Damos gracias a Dios Padre,
que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz.

Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.

Él es imagen de Dios invisible,
primogénito de toda criatura;
porque por medio de Él
fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e invisibles,
Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado por Él y para Él.

Él es anterior a todo, y todo se mantiene en Él.
Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.

Porque en Él quiso Dios que residiera toda la plenitud.
Y por Él quiso reconciliar consigo todos los seres:
los del cielo y los de la tierra,
haciendo la paz por la sangre de su cruz.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant:. La tierra se llena de su alabanza Aleluya.

Lecturas

Primera lectura        Libro de los Hechos de los Apóstoles 5, 17-26.
Los hombres que metisteis en la cárcel están en el templo enseñando al pueblo

En aquellos días, el sumo sacerdote y los de su partido -la secta de los saduceos-, llenos de envidia, mandaron prender a los apóstoles y meterlos en la cárcel común. Pero, por la noche, el ángel del Señor les abrió las puertas de la celda y los sacó fuera, diciéndoles:
- «Id al templo y explicadle allí al pueblo íntegramente este modo de vida».
Entonces ellos entraron en el templo al amanecer y se pusieron a enseñar. Llegó entre tanto el sumo sacerdote con los de su partido, convocaron el Sanedrín y el pleno de los ancianos israelitas, y mandaron por los presos a la cárcel. Fueron los guardias, pero no los encontraron en la celda, y volvieron a informar:
- «Hemos encontrado la cárcel cerrada, con las barras echadas, y a los centinelas guardando las puertas; pero, al abrir, no encontramos a nadie dentro».
El comisario del templo y los sumos sacerdotes no atinaban a explicarse qué había pasado con los presos. Uno se presentó, avisando:
- «Los hombres que metisteis en la cárcel están ahí en el templo y siguen enseñando al pueblo».
El comisario salió con los guardias y se los trajo, sin emplear la fuerza, por miedo a que el pueblo los apedrease.

Canto: Salmo 33    Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha


Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren.

El Señor se enfrenta con los malhechores, para borrar de la tierra su memoria. Cuando uno grita, el Señor lo escucha y lo libra de sus angustias.

El Señor está cerca de los atribulados, salva a los abatidos. El Señor redime a sus siervos, no será castigado quien se acoge a él


 Evangelio                                               Juan 3, 16-21
   Dios mandó su Hijo para que el mundo se salve por Él. 


Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna.
Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios.
El juicio consiste en esto: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas.
Pues todo el que obra perversamente detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras.
En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.

Reflexión:
La primera lectura nos muestra cómo Dios impulsa el proyecto del Evangelio, a pesar de la creciente oposición de las autoridades religiosas de Jerusalén. Las autoridades religiosas tienen una visión equivocada del Evangelio, porque lo consideran como algo nuevo que va en contra de la tradición.
Así es; el Evangelio que Jesús anuncia da una importancia principal a la vida del pueblo; un pueblo que se posiciona ante Dios. Lo que Dios operó en Jesús sólo tiene sentido si se enmarca dentro de la vida de los que se reúnen en su nombre. Su vitalidad es el resultado de un proceso en el que se va realizando la misión que tuvo Jesús y ahora es nuestra, es decir, la experiencia personal y vital de haber asumido y aceptado que Jesús muere y resucita por nosotros.
Y esta misión del seguidor de Jesús, consiste menos en conocimientos más o menos ilustrado y más en asumir el compromiso de ser sus discípulos: caminar juntos tras Jesús hacia una meta común, sufrir y alegrarse juntos delante de Dios.
¿Qué nos impide ser pueblo santo? ¿En qué se nota que creemos en la vida nueva de Cristo?
Responsorio Breve

Ant.: Los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Aleluya, aleluya.
          Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
          Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.

                                         Magníficat.                                  Mi alma canta

Ant:  El que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios. Aleluya.


(Se hace la señal de la cruz mientras se comienza a cantar)
†   Mi alma canta,
canta la grandeza del Señor,
y mi espíritu se estremece de gozo
en Dios, mi Salvador.  (bis)

1.    Porque miró con bondad
la pequeñez de su servidora. (bis)
En adelante todas la gentes
me llamaran feliz.
me llamaran feliz.
me llamaran feliz.

2.    Derribó del trono a los poderosos
y elevó a los humildes,
colmó de bienes a los hambrientos
y despidió a los ricos con las manos vacías.
Mi alma canta, la grandeza del Señor
y mi espíritu se estremece
de gozo en Dios, mi Salvador.

Ant:  El que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios. Aleluya. 

Preces
Imploremos a Dios Padre, que por la resurrección de su Hijo de entre los muertos nos ha abierto el camino de la vida eterna, y digámosle:
- Por la victoria de Cristo, salva, Señor, a tus redimidos
Dios de nuestros padres, que has glorificado a tu Hijo Jesús resucitándolo de entre los muertos,
- convierte nuestros corazones para que andemos en una vida nueva.
Tú que, cuando andábamos descarriados como ovejas, nos has hecho volver al pastor y guardián de nuestras vidas,
- consérvanos en la fidelidad al Evangelio.
Tú que elegiste a los primeros discípulos de tu Hijo de entre el pueblo de Israel,
- haz que los hijos de este pueblo reconozcan el cumplimiento de las promesas que hiciste a sus padres.
Acuérdate, Señor, de los huérfanos, de las viudas, de los esposos que viven separados y de todos nuestros hermanos abandonados,
- y no permitas que vivan en la soledad, ya que fueron reconciliados por la muerte de tu Hijo.
Tú que llamaste a ti a Esteban, que confesó que Jesús estaba de pie a tu derecha,
- recibe a nuestros hermanos difuntos que esperaron tu venida en la fe y en el amor.
Confiemos nuestras súplicas a Dios, nuestro Padre, terminando esta oración con las palabras que el Señor nos enseñó:
Padre nuestro (C. L. V.

Padre nuestro (bis) que estás en el cielo (bis),
santificado (bis)  sea tu Nombre (bis);
venga a nosotros (bis), venga tu Reino (bis);
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy (bis)  nuestro pan de cada día (bis);
y perdona (bis)  nuestras ofensas (bis),
como perdonamos (bis)  a los que nos ofenden (bis).
No nos dejes caer en tentación, y líbranos del mal.

Final
Al revivir nuevamente el misterio pascual, en el que la humanidad recobra la dignidad perdida y adquiere la esperanza de la resurrección futura, te pedimos, Señor de clemencia, que el misterio celebrado en la fe se actualice siempre en el amor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén.
Canto a María  
La voce di Maria (La Voz de María)


¡quédate en casa!


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