Tiempo de Pascua
Segundo Domingo de Pascua
Solemnidad
Oración de la mañana
Laudes
(Se hace la señal de la cruz mientras se dice:)
V/. - Dios mío, ven en mi auxilio.
R/. - Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre y
al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el
principio, ahora y siempre,
por los siglos de
los siglos. Amén. Aleluya
Himno: Ofrezcan los
cristianos
Ofrezcan los cristianos ofrendas de
alabanza
a gloria de la Víctima propicia de la Pascua.
Cordero sin pecado que a las ovejas salva,
a Dios y a los culpables unió con nueva alianza.
Lucharon vida y muerte en singular batalla,
y, muerto el que es la Vida, triunfante se levanta.
"¿Qué has visto de camino, María, en la mañana?"
"A mi Señor glorioso, la tumba abandonada,
los ángeles testigos, sudarios y mortaja.
¡Resucitó de veras mi amor y mi esperanza!
Venid a Galilea, allí el Señor aguarda;
allí veréis los suyos la gloria de la Pascua."
Primicia de los muertos, sabemos por tu gracia
que estás resucitado; la muerte en ti no manda.
Rey vencedor, apiádate de la miseria humana
y da a tus fieles parte en tu victoria santa. Amén. Aleluya.
a gloria de la Víctima propicia de la Pascua.
Cordero sin pecado que a las ovejas salva,
a Dios y a los culpables unió con nueva alianza.
Lucharon vida y muerte en singular batalla,
y, muerto el que es la Vida, triunfante se levanta.
"¿Qué has visto de camino, María, en la mañana?"
"A mi Señor glorioso, la tumba abandonada,
los ángeles testigos, sudarios y mortaja.
¡Resucitó de veras mi amor y mi esperanza!
Venid a Galilea, allí el Señor aguarda;
allí veréis los suyos la gloria de la Pascua."
Primicia de los muertos, sabemos por tu gracia
que estás resucitado; la muerte en ti no manda.
Rey vencedor, apiádate de la miseria humana
y da a tus fieles parte en tu victoria santa. Amén. Aleluya.
Salmo 62, 2-9 Himno a la ley divina El alma sedienta de Dios
Ant: Cristo ha resucitado y con su claridad ilumina al
pueblo rescatado con su sangre. Aleluya.
Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti
madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin
agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de
manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con
júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
Gloria al Padre y al Hijo y al
Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y
siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Cristo ha resucitado y con su claridad ilumina al
pueblo rescatado con su sangre. Aleluya.
Daniel 3, 57-88. 56 Toda la creación alabe al Señor
Ant: Ha resucitado del sepulcro nuestro Redentor; cantemos un himno al Señor, nuestro Dios. Aleluya
Criaturas del
Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles de Dios, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del cielo, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra a su Señor,
y lo ensalce por todos los siglos.
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles de Dios, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del cielo, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra a su Señor,
y lo ensalce por todos los siglos.
Lluvia y rocío,
bendecid al Señor;
vientos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Nieves y escarchas, bendecid al Señor;
noches y días, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra a su Señor,
y lo ensalce por todos los siglos.
vientos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Nieves y escarchas, bendecid al Señor;
noches y días, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra a su Señor,
y lo ensalce por todos los siglos.
Luz y tinieblas,
bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
frutos de la tierra, bendecid al Señor.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor
bendiga Israel a su Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra a su Señor,
y lo ensalce por todos los siglos.
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
frutos de la tierra, bendecid al Señor.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor
bendiga Israel a su Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra a su Señor,
y lo ensalce por todos los siglos.
Bendigamos al
Padre y al Hijo con el Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
Salmo 149 Alegría de los Santos
Ant: Aleluya. Ha resucitado el Señor, tal como lo había
anunciado.
Aleluya.
Cantad al Señor un
cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea
de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre
con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los
humildes.
Que los fieles
festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:
para tomar
venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.
Ejecutar la
sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.
Gloria al Padre y
al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el
principio, ahora y siempre,
por los siglos de
los siglos. Amén.
Ant: Aleluya. Ha resucitado el Señor, tal como lo había
anunciado.
Aleluya.
LECTURAS
Primera lectura Libro
de los Hechos de los Apóstoles 2, 42-47.
Los creyentes vivían todos unidos y lo tenían todo en común.
Los creyentes vivían todos unidos y lo tenían todo en común.
Los hermanos eran
constantes en escuchar la enseñanza de los apóstoles, en la vida común, en la
fracción del pan y en las oraciones.
Todo el mundo
estaba impresionado por los muchos prodigios y signos que los apóstoles hacían
en Jerusalén. Los creyentes vivían todos unidos y lo tenían todo en común;
vendían posesiones y bienes, y lo repartían entre todos, según la necesidad de
cada uno.
A diario acudían
al templo todos unidos, celebraban la fracción del pan en las casas y comían
juntos, alabando a Dios con alegría y de todo corazón; eran bien vistos de todo
el pueblo, y día tras día el Señor iba agregando al grupo los que se iban
salvando.
Canto Salmo 117 Este el día en que actuó el Señor
Este es el día en que actuó el Señor,
sea nuestra alegría y nuestro gozo.
Dad gracias al Señor porque es
bueno,
porque es eterna su misericordia.
Aleluya, aleluya.
Que lo diga la casa de Israel, es eterna su misericordia.
Que lo diga la casa de Aarón, es eterna su misericordia.
Que lo digan los fieles del Señor, es eterna su
misericordia.
Escuchad; hay cantos de victoria en las tiendas de los
justos.
La diestra del Señor es poderosa, es excelsa la diestra
del Señor.
La diestra del Señor es poderosa, es excelsa la diestra
del Señor.
Evangelio Juan 20, 19-31
A los ocho días llegó Jesús.
Al anochecer de
aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa con
las puertas cerradas, por miedo a los judíos. En esto entró Jesús, se puso en
medio y les dijo:
-Paz a vosotros.
Y diciendo esto,
les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al
ver al Señor. Jesús repitió:
-Paz a vosotros.
Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.
Y dicho esto,
exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:
-Recibid el
Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados les quedan perdonados; a
quienes se los retengáis les quedan retenidos.
Tomás, uno de los
Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros
discípulos le decían:
-Hemos visto al
Señor.
Pero él les
contestó:
-Si no veo en sus
manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y
no meto la mano en su costado, no lo creo.
A los ocho días,
estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando
cerradas las puertas, se puso en medio y dijo:
-Paz a vosotros.
Luego dijo a
Tomás:
-Trae tu dedo,
aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas
incrédulo, sino creyente.
Contestó Tomás:
-¡Señor mío y Dios
mío!
Jesús le dijo:
-¿Porque me has
visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.
Muchos otros
signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los
discípulos. Estos se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el
Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su Nombre.
(Guardamos unos minutos de
silencio y reflexionamos sobre las lecturas y el canto):
Ant: Éste es el día en que actuó el
Señor, sea nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
Benedictus.
Ant: Mete tu mano y mira el agujero de
los clavos; y no seas incrédulo, sino creyente. Aleluya.
† (Hacemos la señal de la cruz y cantamos el canto de Zacarías)
Ant: Mete tu mano y mira el agujero de
los clavos; y no seas incrédulo, sino creyente. Aleluya.
Preces
Invoquemos a Dios,
Padre misericordioso, que resucitó a Jesús, nuestro Jefe y Salvador, y
aclamémosle, diciendo:
- Ilumínanos, Señor, con la luz de Cristo
Padre santo, que
hiciste pasar a tu Hijo amado de las tinieblas de la muerte a la luz de la
gloria,
- haz que podamos llegar también nosotros a tu
luz admirable y ayuda a tu pueblo a superar esta enfermedad.
Tú, que nos salvas
por la fe,
- haz que vivamos hoy según la fe en Ti y en
nuestras fuerzas.
Tú que quieres que
busquemos los bienes de todos, porque Cristo está en medio de nosotros,
- fortalece nuestros afanes por salir todos
juntos de esta pandemia.
Haz que nuestra
vida, escondida con Cristo en ti, brille en el mundo
- como signo que anuncie el cielo y la tierra
nuevos.
Da, Señor, vivir
al tu lado a los que de entre nosotros fueron a Ti
- y consuela a sus familiares, que de manera
tan dramática les han sido arrebatados .
Por Jesús nos
llamamos y somos hijos de Dios; por ello, nos atrevemos a decir:
Padre nuestro (Antonio
Alcalde)
Padre nuestro
que estás en el cielo
y en la tierra escondido y cercano
con su rostro divino y humano
en tu Hijo te muestras sin velo.
1. Nueva imagen del Padre entrañable
que derramas amor y ternura
y nos das confianza segura
pues nos amas de modo inefable.
2. Hacia Ti levantamos las manos
conocerte y amarte es la vida
nuestra dicha será compartida
por ser hijos ya somos hermanos.
3. El Espíritu Santo nos mueve
y florecen los labios en calma
con la fuerza de un grito del alma
Abba Padre a llamarte se atreve.
4. Con la Iglesia y María la Madre
bajo el soplo de aliento divino
Jesucristo nos lleva en camino
a la casa del Reino del Padre.
5. Que en el Hijo los hijos copiemos
actitudes y gestos filiales
y aprendiendo a vivir como tales
a tus brazos de Padre arribemos.
y en la tierra escondido y cercano
con su rostro divino y humano
en tu Hijo te muestras sin velo.
1. Nueva imagen del Padre entrañable
que derramas amor y ternura
y nos das confianza segura
pues nos amas de modo inefable.
2. Hacia Ti levantamos las manos
conocerte y amarte es la vida
nuestra dicha será compartida
por ser hijos ya somos hermanos.
3. El Espíritu Santo nos mueve
y florecen los labios en calma
con la fuerza de un grito del alma
Abba Padre a llamarte se atreve.
4. Con la Iglesia y María la Madre
bajo el soplo de aliento divino
Jesucristo nos lleva en camino
a la casa del Reino del Padre.
5. Que en el Hijo los hijos copiemos
actitudes y gestos filiales
y aprendiendo a vivir como tales
a tus brazos de Padre arribemos.
Final
Dios de misericordia infinita, que reanimas la fe de tu pueblo con el retorno anual de las fiestas pascuales, acrecienta en nosotros los dones de tu gracia, para que comprendamos mejor la inestimable riqueza del bautismo que nos ha purificado, del Espíritu que nos ha hecho renacer y de la sangre que nos ha redimido. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Canto a
María.
Alégrate
María
Alégrate, María llena de gracia, Predilecta de Dios.
Alégrate, porque el Señor está contigo. (bis)
Alégrate, porque el Señor está contigo. (bis)
¿Qué
significa aquel saludo? Es el anuncio
del ángel:
"No temas María, darás a luz un Hijo, Él será grande"
"No temas María, darás a luz un Hijo, Él será grande"
Alégrate, María ...
"Su
reino no tendrá fin, Dios le dará el trono de David
El espíritu Santo vendrá sobre ti, Tu Hijo será Santo".
El espíritu Santo vendrá sobre ti, Tu Hijo será Santo".
Alégrate, María ...
María
respondió: "Soy la esclava del
Señor
Hágase en
mí, según tu palabra Este es el Si que al hombre salva.…
Alégrate, María ...
Reflexión
para este día
No les resultaba fácil a los discípulos
expresar lo que estaban viviendo. Se les ve acudir a toda clase de recursos
narrativos. El núcleo, sin embargo, siempre es el mismo: Jesús vive y está de
nuevo con ellos. Esto es lo decisivo. Recuperan a Jesús lleno de vida.
Los discípulos se encuentran con el que
los ha llamado y al que han abandonado. Las mujeres abrazan al que ha defendido
su dignidad y las ha acogido como amigas. Pedro llora al verlo: ya no sabe si
lo quiere más que los demás, solo sabe que lo ama. María Magdalena abre su
corazón a quien la ha seducido para siempre. Los pobres, las prostitutas y los
indeseables lo sienten de nuevo cerca, como en aquellas inolvidables comidas
junto a él.
Ya no será como en Galilea. Tendrán que
aprender a vivir de la fe. Deberán llenarse de su Espíritu. Tendrán que
recordar sus palabras y actualizar sus gestos. Pero Jesús, el Señor, está con
ellos, lleno de vida para siempre.
Todos experimentan lo mismo: una paz
honda y una alegría incontenible. Las fuentes evangélicas, tan sobrias siempre
para hablar de sentimientos, lo subrayan una y otra vez: el Resucitado
despierta en ellos alegría y paz. Es tan central esta experiencia que se puede
decir, sin exagerar, que de esta paz y esta alegría nació la fuerza
evangelizadora de los seguidores de Jesús.
¿Dónde está hoy esa alegría en una
Iglesia a veces tan cansada, tan seria, tan poco dada a la sonrisa, con tan
poco humor y humildad para reconocer sin problemas sus errores y limitaciones?
¿Dónde está esa paz en una Iglesia tan llena de miedos, tan obsesionada por sus
propios problemas, buscando tantas veces su propia defensa antes que la
felicidad de la gente?
¿Hasta cuándo podremos seguir
defendiendo nuestras doctrinas de manera tan monótona y aburrida, si, al mismo
tiempo, no experimentamos la alegría de «vivir en Cristo»? ¿A quién atraerá
nuestra fe si a veces no podemos ya ni aparentar que vivimos de ella?
Y, si no vivimos del Resucitado, ¿quién
va a llenar nuestro corazón?, ¿dónde se va a alimentar nuestra alegría? Y, si
falta la alegría que brota de él, ¿quién va a comunicar algo «nuevo y bueno» a
quienes dudan?, ¿quién va a enseñar a creer de manera más viva?, ¿quién va a
contagiar esperanza a los que sufren?
¡quédate
en casa! y
¡CUÍDATE!
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