La mujer que se presenta a Jesús, tenía todas las condiciones para ser rechazada por Jesús (un judío, varón, religioso cumplidor de la ley).
Ella era mujer, samaritana, conviviente con cinco varones que abandonó y unida a otro del que no era esposa (una pecadora).
En nuestra sociedad, nos relacionamos con muchas personas de características muy variadas. Son personas y nada más. Pero nosotros les vamos colgando carteles que condicionan nuestras actitudes hacia ellos.
Jesús en su encuentro con la samaritana nos invita a imitarle, en su aceptación de los demás.
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