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domingo, 27 de enero de 2013

Misa de Familia

PRECIOSA MISA DE FAMILIA COMPARTIENDO LA FE CELEBRADA EN EL DIA DE HOY EN LA PARROQUIA NUESTRA SEÑORA DE LA VIRGEN GRANDE









UNA TARDE DE FRATERNIDAD CON NUESTRAS HERMANAS DE LA PARROQUIA DE SAN MIGUEL DE CAMPUZANO, DISFRUTAMOS DE UN EXPECTACULAR BELEN Y DE UNA RICA MERIENDA EN FAMILIA


domingo, 20 de enero de 2013

EL VALOR DE LA FE CRISTIANA EN NUESTRA VIDA

              El hombre de hoy, envuelto en tantas ideologías y embarcado en multitud de tareasy quehaceres, está olvidando lo fundamental: cuidar la experiencia de la fe. Los tiempos en que vivimos reclaman una fe especialmente viva que comportamiento moral. Si la experiencia de la fe no se aviva, la fe languidece y se convierte en una especie de iedeología o en un voluntarismo extrenuante, o en nada.
 
           ¿Qué valor real y práctico damos a la fe y a la presencia de Dios en nuestra vida?. ¿Cuánto tiempo dedicamos a conocer a Dios?.¿Tenemos en cuneta su palabra para programar nuestra vida?.
 
               En la vida real de la mayoría de nuestras gentes, la importancia efectiva de Dios es escasa. Muchos no dedican ratos a Dios, a oir y obedecer su Palabra. Viven de espaldas a Dios. El tiempo y la vida se nos van en otras cosas: trabajos, diversiones, proyectos, aspiraciones, deportes, tv, etc.
 
               Ocurre algo más preocupante todavía. En nuestra sociedad, están viegentes muchas ideas que tienden a configurar una cultura y una forma de vivir en las cuales no se tienen en cuenta, para nada, ni la existencia ni mucho menos la importancia de Dios. Este abandono y olvido de Dios viene favorecido desde frentes distintos: ideas filosóficas, centros de enseñanza, medios de comunicación, programas de partidos politicos, primacia absoluta de la economía y del bienestar material.
 
               El ateísmo práctico se vive sin más. No interesa más que este mundo. Vivir bien y disfrutar cuanto podamos. Todo esto se hace de forma tranquila, nada agresiva. Por la vía del silenciio y de la marginación de la fe. Incluso entre los creyentes hay muchas formas de fe débil, enferma, poco operante, incapaz de informar y dirigir la vida y las actuaciones personales y, por todo ello, sin fuerza para el testimonio y la misión. Muchos bautizados tienen la fe comon recurso de última hora, "por si acaso..." o van al otro mundo como si nada...
 
                              
                La verdad es que necesitamos creer en Dios para vivir de acuerdo con nuestro ser, para vivir en la verdad y distrutar ya de la salvación. La salvación de nuestra vida nos viene de la gracia de Dios acogida con fe, en humildad, obediencia y gratitud.
 
              Si queremos ser fieles a nuestra conciencia, a los signos, datos de la historia y de la razón, tenemos que llegar a encontrarnos con Dios. Sólo a partir de la fe en Dios podremos vivir en la verdad que nos hace libre y dar sentido trascendente a toda nuestra axistencia. 
 
                                                          Vicente Jiménez Zamora
                                                               Obispo de Santander

domingo, 13 de enero de 2013

INICIAR LA REACCION

          El Bautismo no permite que la gente lo confunda con el Mesías. Conoce sus límites y los reconoce. Hay alguien más fuerte y decisivo que él. El único al que el pueblo ha de acoger. La razón es clara. El Baustismo les ofrece un baustimo de agua. Solo Jesús, el Mesías, los "bautizará con el Espíritu Santo y con fuego".
          A juicio de no poco observadores, el mayor problema de la Iglesia es hoy "la mediocridad espiritual". La Iglesia no posee el vigor esperitual que necesita para enfrentarse a los retos del momento actual. Cada vez es más  potente. Necesitamos ser bautizados por Jesús con su fuego y su Espíritu.
           Estos últimos años ha ido creciendo la desconfianza en la fuerza del Espíritu, y el miedo a todo lo que pueda llevarnos a una renovación. Se insiste mucho en la continuidad para conservar el pasado, pero no nos preocupamos de escuchar las llamadas del Espíritu para preparar el futuro. Poco a poco nos estamos quedando ciegos para leer los "signos de los tiempos".
          Se da primacía a certezas y creencias para robustecer la fe y lograr una mayor cohesión eclesial frente a la sociedad moderna, pero con frecuencia no se cultiva la adhesión viva a Jesús. ¿Se nos ha olvidado que él es más fuerte que todos nosotros?. La doctrina religiosa, expuesta casi siemrpe con categoría premodernas, no toca los corazones ni convierte nuestras vidas.
          Abandonado el aliento renovador del Concilio, se ha ido apagando al alegría en sectores importantes del pueblo cristiano, para  dar paso a la resiganción. De manera callada pero palpable va creciendo el desafecto y la sepración entre la intitución eclesial y no poco creyentes.
         Es urgente crear cuanto antes un clima más amable y cordial. Cualquiera no podrá despertar en el pueblo sencillo la ilusión perdida. NECESITAMOS VOLVER A LAS RAICES DE NUESTRA FE. PONERNOS EN CONTACTO CON EL EVANGELIO. ALIMENTARNOS DE LAS PALABRAS DE JESÚS QUE SON "ESPIRITU Y VIDA"
              Dentro de unos años, nuestras comunidades cristianas serán muy pequeñas. En muchas parroquias ho habrá presbíteros de forma permanente. Qué importante es cuidar desde ahora un núcleo de creyentes en torno al Evangelio. Ello mantendrán vivo el Espíritu de Jesús entre nosotros. Todos será más humilde, pero también más evangélico.
         A nosotros se nos pide iniciar ya la reacción. Lo mejor que podemos dejar en herencia a las futuras generaciones es un amor nuevo a Jesús y una fe más centrada en su persona y su proyecto. Lo demás es más secundario. Si viven desde el Espíritu de Jesús, encontrarán caminos nuevos.

                                                 José Antonio Pagola
El Bautismo del Señor