Nuestro modelo a seguir ha sido María.
Hemos reflexionado en silencio sobre el SÍ de la Virgen.
En el mundo rutinario y ajetreado que vivimos, nos resulta complicada la tarea de organizar nuestras agendas y hacer tiempo para Dios. María nos enseña a abrir nuestro corazón, a tener fe plena y estar 100% dispuestos a cumplir la voluntad del Padre.
María recibe un anuncio divino inusitado “llena de gracia, el Señor está contigo”. La expresión indica la iniciativa salvífica de Dios dirigida a una persona particular que ha sido elegida mediadora de la salvación que viene del Señor en favor de su pueblo.
María está perpleja por el mensaje recibido, el ángel invita a María a dejar toda preocupación: “No temas”. Y aduce el motivo: “porque has hallado gracia ante Dios.”
El ángel le comunica a María el nacimiento de Jesús con la típica fórmula de tres actos: concebirás, darás a luz, le impondrás el nombre.
Sin comprensión lógica ni certeza humana, María acoge confiadamente la palabra de Dios y escucha con una profunda atención el mensaje. No escucha con los oídos, sino con el corazón. El ángel le muestra la divinidad y la omnipotencia de Dios.
María se dejó guiar por la fe y acogió con sencillez la misión de Dios. El acto de fe de María nos recuerda el papel fundamental que la fe desempeña y sigue desempeñando en la salvación del género humano.
En el mundo tan rutinario y ajetreado que vivimos, nos resulta complicada la tarea de organizar nuestras agendas lo suficientemente bien para llegar a todas las cosas que nos planteamos hacer durante el día.
María nos enseña a abrir nuestro corazón, a tener fe plena, pero, sobre todo, nos da ejemplo de sencillez y disposición cien por cien a la voluntad de Dios.
En el mundo rutinario y ajetreado que vivimos, nos resulta complicada la tarea de organizar nuestras agendas y hacer tiempo para Dios. María nos enseña a abrir nuestro corazón, a tener fe plena y estar 100% dispuestos a cumplir la voluntad del Padre.
María recibe un anuncio divino inusitado “llena de gracia, el Señor está contigo”. La expresión indica la iniciativa salvífica de Dios dirigida a una persona particular que ha sido elegida mediadora de la salvación que viene del Señor en favor de su pueblo.
María está perpleja por el mensaje recibido, el ángel invita a María a dejar toda preocupación: “No temas”. Y aduce el motivo: “porque has hallado gracia ante Dios.”
El ángel le comunica a María el nacimiento de Jesús con la típica fórmula de tres actos: concebirás, darás a luz, le impondrás el nombre.
Sin comprensión lógica ni certeza humana, María acoge confiadamente la palabra de Dios y escucha con una profunda atención el mensaje. No escucha con los oídos, sino con el corazón. El ángel le muestra la divinidad y la omnipotencia de Dios.
María se dejó guiar por la fe y acogió con sencillez la misión de Dios. El acto de fe de María nos recuerda el papel fundamental que la fe desempeña y sigue desempeñando en la salvación del género humano.
¿Tienes un huequito en la agenda?
En el mundo tan rutinario y ajetreado que vivimos, nos resulta complicada la tarea de organizar nuestras agendas lo suficientemente bien para llegar a todas las cosas que nos planteamos hacer durante el día.
Por un lado, los estudios, el trabajo, por otro la familia, los amigos, la mascota, el tiempo de ocio…
Y ¿qué me decís del tiempo personal?
Realmente nos paramos a pensar en:
- ¿ cómo estamos?,
- ¿ qué queremos?,
- ¿ hacia dónde vamos?,
- ¿ qué esperamos?…
María nos enseña a abrir nuestro corazón, a tener fe plena, pero, sobre todo, nos da ejemplo de sencillez y disposición cien por cien a la voluntad de Dios.
Sin embargo, para llegar a este punto, debemos trabajarnos a nosotros mismos, debemos alimentar nuestra fe, crecer personal y espiritualmente.
No es tarea fácil, no cualquiera está dispuesto a ello, a veces incluso puede dar miedo mirar nuestro interior, debemos armarnos de valor y voluntad.
Y tú,
No hay comentarios:
Publicar un comentario