Querido Eugenio:
La Paz ya está contigo. Siempre ha estado, por qué has
sido un hombre de paz.
Paz para regalar paz para contagiar.
Pasó lo malo, ya estás en la casa del Padre.
En el recuerdo nos quedan tantos momentos.
Llegaste al barrio y te hiciste uno más, compartimos todo,
lo bueno y lo no tan bueno.
Fuiste clave y apoyo en momentos difíciles para nuestra Comunidad,
la permanencia de los dominicos por diez años más, fue en gran medida gracias a
ti, dejaste todo por venir a nosotros y eso no lo olvidaremos nunca.
Tu calma, tu trato amable, tu cercanía y sencillez, junto
a tu amor a la naturaleza, plasmada en esas poesías que nos regalabas tantas
veces, te hacían ser un hombre maravilloso, has calado en nuestras vidas y
siempre te recordaremos con cariño.
Hasta siempre pacificador tu Comunidad de Covadonga te
llevará siempre en el corazón como un tesoro.
Eugenio te queremos porque te dejaste querer.
Hasta siempre amigo.
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