CANTO: oración del pobre
SALUDO
Para
Jesús, éste es el momento de la decisión; tiene que considerar el precio que ha
de pagar para hacer de nosotros, hombres nuevos. Y es un precio alto, siempre
lo consideró así, pero en este momento, a la hora de empezar....se hace duro.
Si pudiera ser de otra manera... Pero no, el amor no tiene medida; si se ama no
se puede escatimar. Todo es poco para el amado, para los amados. Pero que
cuesta más difícil de subir...
SILENCIO
SILENCIO
SALMO
Hemos dejado
atrás
la mesa sin
recoger.
Tú nos das la
noche
para aumentar
nuestros riesgos.
Apretados en
las sombras caminamos
convertidos en
pueblo en marcha.
El silencio y
la paz son como lluvia
sobre tierra
reseca y pisada.
El misterio y
lo incierto nos envuelve
como la
caricia de un madre.
Es la noche y
es la luz.
Es el miedo y
es la oración.
Es el juego de
ser hombre y de ser Dios.
Es la vida de
dos mundos enlazada.
Señor de la
columna de fuego,
que es luz y
que es sombra.
Señor acampado
entre los nosotros,
acompaña
nuestro miedo, que es la noche
y apenas la
salida está estrenada.
EL RIESGO
DEL SERVICIO
Jesús
se pone en manos del Padre
mt 26
36-42
Jesús fue con sus discípulos a un huerto, llamado
Getsemaní, y les dijo:
Ì - Sentaos aquí, mientras voy allá
a orar.
C. - Y llevándose a Pedro y a los dos hijos de
Zebedeo, empezó a entristecerse y a angustiarse.
Entonces dijo:
Ì - Me muero de tristeza: quedaos
aquí y velad conmigo.
C. - Y adelantándose un poco cayó
rostro en tierra y oraba diciendo:
Ì - Padre mío, si es posible que
pase y se aleje de mí ese cáliz. Pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que
tú quieres.
C. - Y se acercó a los discípulos y
los encontró dormidos.
Dijo a Pedro:
Ì
- ¿No habéis podido velar una hora conmigo? Velad y orad para no caer en
la tentación, pues el espíritu es decidido, pero la carne es débil.
C.
- De nuevo se apartó por segunda vez y oraba diciendo:
Ì ‑ Padre mío,
si este cáliz no puede pasar sin que yo lo beba, hágase tu voluntad
Jesús, tú sabes
para qué has venido a nuestro mundo, tú sabes para qué te ha enviado tu Padre.
Él no acepta las cosas a medias, no puedes ponerte del todo en sus manos,
porque no te va a dar cuartel. Te va a exigir que pongas toda la carne en el
asador; que te entregues totalmente y sin reservas al amor de sus otros hijos.
Tu Padre te ha tomado la palabra y no te va a considerar. Te has arriesgado a
ponerte en su manos y tienes que hacer lo que Él te pide.
ACLAMACIÓN
UN SERVICIO
MILITANTE
Jesús acepta su compromiso. Mateo 26 43
- 46
C. – Estaba Jesús orando al Padre
en el huerto de los olivos, en un lugar apartado. Y volviendo donde estaban sus
amigos, los encontró dormidos, porque estaban muertos de sueño.
Dejándolos de
nuevo, por tercera vez oraba repitiendo las mismas palabras.
Luego se acercó a sus discípulos y les
dijo:
Ì - Ya
podéis dormir y descansar. Mirad, está cerca la hora y el Hijo del Hombre va a
ser entregado en manos de los pecadores. ¡Levantaos, vamos ! ya está cerca el
que me entrega.
Ya le has dicho
“sí” al Padre; ya te has dicho “sí” a ti mismo; ahora ya no valen las medias
tintas, tienes que beber hasta el fondo ese cáliz. Significa el odio de
aquellos que tu amas, el desprecio de los que tú recibiste, los golpes de los
cuerpos que tú sonaste. Ahora ya no te puedes echar atrás: dijiste que quién te
conoce a ti conoce al Padre y es el Padre el que te impone tu compromiso de
vanguardia. No esperes de nosotros mucho; los tuyos te traicionaron, te negaron
y te abandonaron; no esperes más de nosotros, aunque es verdad que también
tenemos, como ellos, las mejores intenciones.
ACLAMACIÓN
GRATUITAMENTE
Jesús no pide nada a cambio Mateo 26, 47-56
C. - Todavía
estaba hablando, cuando apareció Judas, uno de los doce, acompañado de un
tropel de gente, con espadas y palos, mandado por los sumos sacerdotes y los
senadores del pueblo. E1 traidor les había dado esta contraseña:
S.
- A1 que yo bese, ése es: detenedlo.
C. - Después se acercó a Jesús y le dijo:
S.
- ¡Salve, Maestro!
C. - Y lo besó. Pero Jesús le contestó:
Ì - Amigo,
¿a qué vienes ?
C.
- Entonces se acercaron a Jesús y le echaron mano para detenerlo. Uno de los
que estaban con él agarró la espada, la desenvainó y de un tajo le cortó la
oreja al criado del sumo sacerdote.
Jesús le dijo:
Ì -
Envaina la espada: quien usa espada, a espada morirá. ¿Piensas tú que no puedo
acudir a mi Padre? E1 me mandaría en seguida más de doce legiones de ángeles.
Pero entonces no se cumpliría la Escritura que dice que esto tiene que pasar.
C. - Entonces dijo Jesús a la gente:
Ì -
¿Habéis salido a prenderme con espadas y palos como a un bandido? A diario me
sentaba en el templo a enseñar y, sin embargo, no me detuvisteis.
Tu reino,
Jesús, no es de este mundo. Nadie va a
defenderte. La pasión que ahora te espera y que te asusta es el pago de todas
las preocupaciones que tuviste con los humildes, con los desposeídos, con los
pecadores,...
Pero no fue
suficiente. la mano bondadosa que estuvo libre para acariciar a los niños, para
posarse, amistosa, sobre los hombros del solitario, sobre las heridas del
leproso o sobre los ojos del ciego, tienen que estar atadas. Y te las ata tu
amigo, del que esperabas fidelidad y amistad...
También
nosotros te atamos las manos y los pies. Te exigimos a ti el precio de nuestros
propios pecados y nada te damos a cambio.
ANTÍFONA Nº
79
PADRE NUESTRO (MEXICANO)
CANTO
No hay comentarios:
Publicar un comentario