PARROQUIA BARRIO COVADONGA: CUARESMA 2020: Celebración del perdón

Que el amor de Dio, nuestro Padre, que nos otorga su perdón y nos llama al seguimiento de su Hijo, Jesús, para descubrirle a Él en toda su grandeza, esté con todos vosotros.

Con espíritu de conversión, hemos caminado a lo largo de esta Cuaresma para poder celebrar, como comunidad de creyentes, la Pascua.

Nuestro propósito, tal como estaba programado, era celebrar juntos el día 6, en nuestra Parroquia de Covadonga, la Reconciliación Cuaresmal y sepultar así, en el perdón de Dios, nuestra intransigencia y falta de respeto y acogida; nuestros egoísmos, miedos y cobardías, para resucitar con Cristo, triunfador de la muerte y dador de la nueva Vida.

Pero una vez más el rumbo de nuestras vidas se ha visto trastocado y nuestros planes anulados por ese invasor llamado Coranavirus.

A pesar del dolor y desencanto que ha traído a nuestras vidas, no perdamos la esperanza y juntos, como lo estamos haciendo, guiados por una total, absoluta y desinteresada solidaridad, luchar para acabar con quien tanto sufrimiento, amargura y desorientación, ha traído a nuestro mundo.

Si nos mantenemos unidos, seguro que lo conseguiremos. Para mantener viva nuestra esperanza y fortalecer nuestros ánimos, ofrecemos esta reflexión sobre la Celebración del Sacramento de la Reconciliación.

LITURGIA DE LA PALABRA

De la carta del Apóstol San Pablo a los fieles de Roma. (Rom. 12, 1-3; 9-18)

"Por el cariño que Dios nos tiene os pido, hermanos, que no os dejéis engañar por este mundo. Sabed valorar las cosas: lo bueno como bueno y lo malo como malo. Valorad a los demás tal como ellos se merecen; y no olvidéis que todas las personas merecen lo mismo por haber sido hechas a imagen y semejanza de Dios.

Que vuestro amor no sea una farsa ni una mentira. Vivid la vida no de cualquier modo, sino con ilusión y coraje. Ayudad con vuestro ejemplo a que otros sean felices. Vivid siempre alegres y llenos de esperanza.

Manteneos firmes en los momentos difíciles. Orad al Señor dándole gracias y poniendo a Dios en el centro de vuestra vida.

Ayudad a los pobres y necesitados; no olvidéis que siempre que un hombre sufre es Dios quien sufre en él.

Alegraos con los que se alegran y llorad con los que lloran. Si alguien es enemigo vuestro, perdonadle; porque esto es lo más maravilloso del Evangelio de Jesús. No devolváis a nadie mal por mal.

En cuanto os sea posible,- y esto depende de vosotros-, vivid siempre en paz con todo el mundo. No os dejéis vencer por el mal; antes bien venced al mal con el bien. Y por encima de todo, amaos los unos a los otros."

PALABRA DE DIOS

DEL EVANGELIO DE SAN LUCAS (6, 27-28, 36-38)

"En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: A los que me escucháis, yo os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que odian, bendecid a los que os maldigan y rogad por los que os difaman. Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo. No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados. Dad y se os dará: una medida buena, apretada, remecida, rebosante. Porque con la medida que midáis se os medirá"

PALABRA DEL SEÑOR

Revisión- Examen

Ahora, con sinceridad de corazón, comprobemos si hemos llevado a la práctica nuestra conversión Cuaresmal, tal como lo prometimos al iniciarla.

Este es el momento de examinar en qué hemos fallado en nuestro propósito de lograr, durante esta Cuaresma, imitar con nuestros actos, el estilo de vida de Jesús y de qué debemos pedir perdón a Dios.

JESÚS, SU HONESTIDAD

¿Somos capaces de descubrir en Jesús a la persona preocupada por defender y respetar la dignidad de las personas?
¿Luchamos por cambiar nuestra inclinación a dominar a los demás, por una actitud de servicio humilde y ayuda desinteresada a todas las personas?
¿Actuamos con honestidad, siendo portadores de sinceridad, rectitud y verdad, o anteponemos a estos valores nuestros propios intereses?
¿Qué lugar ocupan en nuestra vida los valores del compartir, el servicio, la entrega o la acogida en nuestra relación cotidiana con las personas?
¿Valoramos a los demás por lo que aparentan y tienen o acogemos a todos, como hizo Jesús, por su dignidad de hijos de Dios?

JESÚS, SU LIDERAZGO

¿Qué lugar ocupa Jesús en nuestra vida de cada día?

¿Estamos dispuestos, no sólo a escuchar la vos de Jesús, a quien el Padre proclamó su Hijo predilecto, sino también a seguirle e imitar su estilo de vida?

¿Tenemos claro quién debe ser el Líder que guie nuestras vidas en busca de la justicia y la verdad?

¿Somos capaces de de abandonar nuestras comodidades y todo aquello que nos fascina para seguir, con valentía, a nuestro verdadero líder?

¿Queremos, de verdad, dejarnos guiar por Jesús, para que nuestra conversión continúe más allá de la Cuaresma?...

JESÚS, TOLERANTE

¿Estamos dispuestos a imitar a Jesús en su capacidad de aceptar y saber escuchar a las personas sin tener en cuenta su situación particular, por el simple hecho de su dignidad de hijos de Dios? ¿Somos tolerantes con quienes proceden de culturas diferentes a la nuestra?

¿Aceptamos con facilidad a quienes practican otra religión o tiene una situación social o económica distinta?

Discriminamos y no respetamos a las personas que tienen una preferencia sexual distinta?

¿En el seno de la familia, somos capaces de dialogar con respeto, escuchar la opinión de los demás y no tratar de imponer siempre nuestro punto de vista?

JESÚS, LUZ

Sabiendo que la palabra de Jesús es “lámpara para mis pasos” ¿Me dejo guiar, en mi vida de cada día, por la luz de esa lámpara?

¿Siento la necesidad de que, la luz de la palabra de Jesús, disipe las tinieblas de mi camina para poderme encontrar con Dios y con los hermanos?

¿Soy consciente de que, cuando camino a espaldas de esa luz, falta transparencia en mis actos porque son fruto del egoísmo, la intransigencia o la insolidaridad?

¿Procuro escuchar, con frecuencia, la palabra iluminadora de Jesús para que su luz mantenga vivo y activo, mi compromiso evangelizador?

JESÚS, VIDA

Sabemos, porque el propio Jesús nos lo ha dicho, que “Él ha venido para que tengamos vida y vida abundante”. Teniendo en cuenta esto: ¿Somos capaces de valorar el don inmenso y gratuito de la vida o solo en momentos difíciles como los presentes?
¿Intentamos hacer de esa vida un servicio generoso, desinteresado y solidario a los demás, imitando así el estilo de vida de Jesús?
¿Nos esforzamos para eliminar nuestro egoísmo y colaborar para lograr que todas las personas que sufren o sufrirán el coronavirus pueda recuperar su salud?
¿Compartimos con los demás nuestro tiempo, lo que somos y tenemos, ayudando a tantas personas que, contaminadas o no, nos necesiten?
¿Valoramos y respetamos la vida de los demás, al margen de su condición social, raza, color o religión, como hizo Jesús, por el sencillo hecho de su dignidad de hijos de Dios?

PETICIÓN DE PERDÓN Y CONFESIÓN

Así pues, convencidos de nuestros fallos pero también del amor y la misericordia de Dios, humildemente le pedimos perdón:

Por nuestra falta de honradez y honestidad en nuestras relaciones humanas. PERDÓNANOS
Por no escuchar tu palabra de vida y dejarnos guiar por ella. PERDÓNANOS
Por nuestro rechazo a los que no son de los nuestros, mostrándonos intolerantes con su modo de ser y de pensar. PERDÓNANOS.
Por nuestra agresividad y desconsideración con la vida de las personas y de su dignidad. PERDÓNANOS
Por nuestra obstinación para abrirnos a la luz de Dios, comunicada por la palabra de Jesús. PERDÓNANOS
Por nuestro alejamiento del Dios de la vida, olvidando que es un Dios cercano y compasivo. PERDÓNANOS
Por todos nuestros pecados y nuestra desconfianza en tu amor de Padre. PERDÓNANOS.